Cada vez es más frecuente escuchar a alguien de nuestro entorno decir que padece una alergia alimentaria, y curiosamente también se hace más común oír que esa alergia ha sido desencadenada por un alimento de origen vegetal como frutas o verduras. ¿Es mera casualidad? No, puesto que la alergia a las frutas ha aumentado un 34% en los últimos diez años, convirtiéndose en la fuente más habitual de alergia alimentaria en nuestro país, seguida de los frutos secos.
Además, se ha visto que el 60% de las reacciones alérgicas inducidas por las frutas son producidas por un tipo de proteínas concreto, llamadas "proteínas transportadoras de lípidos" (LTP, por sus siglas en inglés). Júlia Farré, dietista-nutricionista nos revela en este artículo qué son las proteínas LTP y su relación con la alergia.
¿Qué son las "proteínas LTP"?
Las LTP son unas proteínas presentes en las plantas superiores (vasculares) que pueden transportar grasas a través de las membranas de las células vegetales. Actúan como un mecanismo de defensa de la planta y están implicadas en la mayoría de las reacciones alérgicas a frutas. Pero no están solo en ellas, también en otros alimentos de origen vegetal como verduras, legumbres y cereales.
Esta proteínas se encuentran en mayor concentración en la piel de frutas y hortaliza, aunque también se hayan en la pulpa y las semillas, y no se desactivan al cocinar los alimentos. Los que más frecuentemente provocan reacciones alérgicas son los siguientes:
- Frutas: melocotón, manzana, membrillo, albaricoque, cereza, ciruela, fresa, pera, uva, limón, naranja, mandarina, plátano, kiwi, frambuesa, granada y mora.
- Hortalizas: col, coliflor, brócoli, repollo, espárrago, lechuga, tomate, zanahoria y apio.
- Cereales: maíz y trigo.
- Frutos secos: almendra, avellana, cacahuete, castaña, pipas de girasol y nuez.
- Legumbres: lentejas, judías verdes, guisantes, soja.
- Semillas: mostaza.
Además se encuentran en el polen de plantas silvestres como la artemisia, la parietaria o la ambrosia, y árboles como el olivo y el platanero. La sensibilización a un alérgeno de polen puede dar lugar a alergia a algunos alimentos vegetales con las mismas proteínas o similares (como el melón, la naranja o la soja), por una reactividad cruzada. Hablamos entonces del "síndrome polen-fruta".
Existe una gran variabilidad de la incidencia según la zona geográfica: la sensibilización tiende a ocurrir con mayor frecuencia en las áreas de menor latitud y hay una clara diferencia entre el norte y el sur de Europa.
Cofactores que favorecen la reacción alérgica
Determinadas variables aumentan la vulnerabilidad a sufrir una crisis de alergia tras ingerir un alimento con LTP. También incrementan hasta un 70% las probabilidades de shock anafiláctico.
Esta potenciación podría tener relación con la aceleración del paso a sangre de la proteína alergénica, según la doctora Esther Fernández Calvo, autora de una tesis doctoral sobre las LTP por la Universidad de Murcia. Es importante que las personas con alergia a LTP conozcan estos factores de riesgo:
Medicamentos
Los medicamentos AINEs (antiinflamatorios no esteroideos, como ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno) favorecen la permeabilidad intestinal a las proteínas alergénicas. Es el cofactor que con más frecuencia participa en una reacción, sobre todo a melocotón y manzana. El alergólogo puede realizar una prueba de provocación que combine el alimento con el AINE sospechoso.
Ejercicio físico
Este cofactor afecta especialmente a las personas con sensibilidad a las proteínas del trigo y a pólenes. Por eso es más probable una reacción si haces ejercicio antes o después de la ingesta de un alimento y coincide con niveles altos de polen en el aire. La app Alerta Pólenes, creada por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, te permite estar al tanto de las niveles de polen.
Alcohol
La presencia de alcohol en sangre puede favorecer la respuesta alérgica a LTP. Una de las razones puede ser su contenido en histamina. Otras drogas pueden producir efectos similares. La marihuana, en concreto, es una planta con un alérgeno perteneciente al grupo LTP. Los alérgicos al cannabis pueden sufrir alergias a más alimentos que los que no lo son.
Menstruación
Los cambios en los niveles de hormonas femeninas pueden dar lugar a un aumento de histamina, sustancia que se libera en las reacciones alérgicas. Durante o después del embarazo y durante la menstruación es más frecuente experimentar reacciones alérgicas, y que estas sean más repentinas y exageradas. Si durante la menstruación se toman AINEs, aumenta el riesgo.
Por qué son peligrosas las LTP
Las LTP son potentes alérgenos alimentarios que debemos temer porque reúnen unas características que dificultan mucho la creación de estrategias de prevención, como la realización de tratamientos concretos en los alimentos o en el entorno para que la posible reacción alérgica no se dé o se dé en menor intensidad.
Esto, sumado a que la anafilaxia (reacción alérgica grave) es la manifestación clínica más común a las LTP, la ha convertido en una de las alergias alimentarias más temidas.
Los síntomas son muy variables
Además, existe una dificultad en su diagnóstico y tratamiento. Se ha comprobado en diversos estudios que los síntomas de la hipersensibilidad a la LTP son muy variables entre los diferentes afectados. Hay personas que toleran los alimentos a los que están fuertemente sensibilizados, otros que reaccionan solo en presencia de los cofactores y otros que, aun estando poco sensibilizados a ciertos alimentos, experimentan reacciones alérgicas graves.
Así pues, muchos sanitarios ven necesario, incluso en la población que no sugiere una sintomatología que haga sospechar alergia a esta proteína, incluir la prueba de la LTP de manera rutinaria en el diagnóstico de cualquier alergia alimentaria, sobre todo en las zonas geográficas donde la prevalencia de sensibilización es considerable.
Según el estudio Alergológica 2015, publicado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, en nuestro país, un 12,1% de los pacientes con alergia presentó anafilaxia, siendo la sensibilización a LTP de vegetales la causa más frecuente de anafilaxia en la zona mediterránea.
Las personas con sensibilidad a un mayor número de LTP en diferentes alimentos son, asimismo, más susceptibles de presentar una reacción grave. Lamentablemente, sin embargo, no se han realizado estudios específicos en nuestro país sobre la prevalencia e incidencia de la sensibilización a la LTP.
¿Cómo se diagnostica el "síndrome de LTP"?
Ante la sospecha de que se tenga una alergia o sensibilización a ciertos alimentos, conviene ir al alergólogo (médico especialista) para que este realice el diagnóstico mediante la elaboración de la historia clínica del paciente y las pruebas cutáneas (prick-test) y pruebas de sangre (IgE específica) habituales.
Hay que tener en cuenta que, en muchos casos, debido a la gran reactividad cruzada de las LTP con los pólenes, se producen falsos positivos, por lo que el especialista debe valorar una prueba de exposición con el alimento en condiciones debidamente controladas (en un hospital o centro sanitario preparado).
Tratamiento de la alergia a LTP
En todos los casos, antes del tratamiento es imprescindible un adecuado diagnóstico y una valoración individual por parte del alergólogo y conjuntamente con el dietista-nutricionista si se necesitan pautas de alimentación preventivas.
En la mayoría de los casos el paciente deberá evitar los alimentos que le causan reacción. Además el alergólogo puede recomendarle tratamientos como la inmunoterapia sublingual específica.
Si el paciente acude a urgencias y existe riesgo de shock anafiláctico, se le administrará adrenalina. Los pacientes con riesgo deben llevar consigo adrenalina precargada para autoadministración.
Sólo hay que evitar alimentos concretos
En general, a una persona diagnosticada de alergia a un alimento con LTP no se le debe recomendar que evite todos los productos de origen vegetal que contienen este tipo de proteínas, pues resultaría una dieta demasiado restrictiva que podría ocasionar deficiencias nutricionales.
Se evitarán los alimentos que hayan causado alguna reacción alérgica, pero se debe seguir consumiendo los que, aunque contengan LTP, hayan sido tolerados hasta entonces. Sabemos que los afectados no reaccionan igual a todos los alimentos que las contienen.
Por tanto, la recomendación médica debe ser individualizada, debe tener en cuenta las reacciones previas que ha tenido el paciente a los alimentos implicados y su calidad de vida.
De hecho, desde un punto de vista práctico, seguir consumiendo alimentos con LTP se puede considerar un tipo de "inmunoterapia oral", por lo que favorecería su evolución y evitaría el deterioro del sistema inmunológico de la persona afectada por falta total de exposición al alérgeno.
Recuerda que las frutas y verduras son ingredientes fundamentales de toda alimentación beneficiosa para la salud. Aunque reacciones a alguna LTP, debes seguir consumiendo otros vegetales que toleres bien. Si tienes dudas, consulta con tu alergólogo o con tu dietista-nutricionista especializado.
¿Por qué están aumentando las alergias?
Las alergias alimentarias aumentan y los motivos que se barajan son diversos. Los tóxicos emitidos al aire por industrias y medios de transporte han aumentado el potencial alergénico del polen y los alimentos.
El calentamiento de la atmósfera provoca que los periodos de polinización sean más amplios y, por tanto, que estemos más tiempo expuestos a alérgenos.
Además, la creación de plantas transgénicas resistentes a plagas podría implicar la expresión de proteínas que pueden resultar alergénicas, explica la doctora Esther Fernández Calvo.
Ciertos pesticidas utilizados en la agricultura convencional pueden multiplicar por 10 las proteínas alergénicas en los alimentos. Además, los pesticidas, ya dentro del cuerpo, aumentan la sensibilidad a los alérgenos en los alimentos, según un estudio publicado en Annals of Allergy, Asthma & Immunology.
Júlia Farré es dietista-nutricionista