El sol es esencial, es pura energía y, como tal, creo en que tiene grandes propiedades curativas a nivel mental y emocional. A dosis saludables, la exposición solar incrementa el metabolismo, fortalece el sistema inmunológico, activa el funcionamiento de determinados enzimas, reduce el estrés, mejora el humor y nos ayuda a sintetizar vitamina D.

Los beneficios del sol son infinitos así que no debemos tenerle miedo pero sí vigilar a no sobreexponernos, de lo contrario experimentaremos repercusiones negativas. El sol es un extractor, es decir, extrae toxicidad a la superficie de la piel. Cuanto más tóxico es tu cuerpo y tu estilo de alimentación, más perjudiciales serán los efectos del sol.

Así que, además a de tomar las precauciones habituales a la hora de exponerte, te propongo algunos alimentos que si comemos durante o después de tomar el sol nos mantendrán hidratados, jóvenes y guapos.

  1. Vegetales de hoja verde: espinacas, acelgas, lechugas, brócoli, apio, alcachofas, perejil o cilantro son óptimas para prevenir y reparar el daño solar. Nos aportarán una buena cantidad de minerales fácilmente absorbibles, antioxidantes, vitaminas y otros nutrientes, como los que podemos encontrar en un buen zumo o batido verde.
  2. Frutas rojas y anaranjadas: las sandías, las papayas, los albaricoques, los pomelos, el tomate… todos ellos llenos de licopeno, un antioxidante que promueve las defensas naturales de la piel contra los radicales libres. Estas frutas son un excelente, refrescante e hidratante snack.
  3. Chocolate negro: las nueces de cacao pueden reducir la sensibilidad de tu piel a los rayos solares. Así que busca una tablita de chocolate que contenga un elevado % de cacao o usa cacao crudo en polvo dentro de tus leches vegetales o batidos verdes o prepárate unas deliciosas bolitas energéticas incluyendo este superalimento.
  4. Semillas: las semillas de lino, las de chía y las de cáñamo son ricas en ácidos grasos esenciales, o también los conocidos omega 6 y omega 3. Éstos nos ayudan a prevenir quemaduras y reducen la inflamación. Además nos aportan aminoácidos y antioxidantes de fácil asimilación que nos servirán ara reparar el daño causado en las células de la piel.
  5. : 1 o 2 tazas de té al día nos sanarán la piel por dentro dándole la capacidad de suavizar previos daños causados por el sol. Elige siempre mejor infusiones o tés descafeinados ecológicos y naturales, sin aromas artificiales.

Además, ten en cuenta que las personas que siguen una alimentación rica en grasas tienden a quemarse más fácilmente. Los aceites vegetales se enrancian con facilidad. Verás que incrementando el consumo de alimentos crudos en tu dieta cambiará el proceso de bronceado de tu piel.

Si tienes una piel clarita o te quemas fácilmente con el sol, incrementa el consumo de agua. Perdemos más agua cuando estamos bajo el sol y nuestro organismo necesitará fluido extra cuando esté reparando la piel de cualquier quemadura. El remedio más efectivo y natural para las quemaduras será la aplicación del gel de aloe vera que tiene propiedades antiinflamatorias y refrescantes.

¿Y a todos estos, qué otros truquitos añadirías a la lista de recomendaciones?