En nuestro cuerpo viven una multitud de bacterias. Usualmente, se considera que las bacterias son las causantes de muchas enfermedades, pero no solo debemos atribuirle este carácter negativo; pues tenemos alrededor de 1000 tipos diferentes de bacterias en y sobre nuestro cuerpo y, en concreto, en el intestino.

¿Para qué sirve la flora intestinal?

Estas bacterias tienen una numerosa cantidad de funciones que nos ayudan a regular nuestra salud:

  • Producción de vitaminas como B12, ácido fólico, niacina y vitamina K.
  • Extracción calórica y digestión.
  • Mantenimiento de la pared intestinal y protección contra malas bacterias.
  • Regulación del sistema inmune y la inflamación.
  • Producción del butirato, un ácido graso de cadena corta, que alimenta el cerebro y el intestino.
  • Pérdida de peso y regulación del apetito.
  • Producción de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina.

Hoy me centraré en la estrecha relación entre la salud de la flora intestinal y el peso corporal. El Dr. Raphael Kellman, autor del libro “The Microbiome Diet” afirma:

“Si aumentas los microorganismos saludables, perderás peso. Es decir, se trata de mantener una buena alimentación, una alimentación limpia; el exceso de bacterias no saludables, son la causa de que anheles alimentos equivocados, lo que conlleva a la inflamación y subida de peso."

Es muy importante, tener en cuenta los mensajes que las bacterias intestinales envían al cerebro; pues estos influyen en nuestro apetito y estado de ánimo.

Una dieta pobre basada en alimentos procesados, y carbohidratos y azúcares refinados, alimenta a las bacterias malas, lo que hace que aumente el deseo de comer más de estos alimentos. Por otro lado, una alimentación limpia, alimentos naturales y enteros (integrales) favorece el aumento de las bacterias saludables, ayudando a frenar los antojos al disminuir la inflamación.

Más del 90% de dopamina y serotonina se producen en nuestro intestino, ambas relacionadas con nuestro estado de ánimo. Son dos neurotransmisores que tienen un rol muy importante en nuestro bienestar, se las conoce como hormonas de la felicidad, y son un gran aliado para contribuir a una mejor elección de comida y, en general, a nuestro confort. Sin ellas hay mal humor, depresión y ansiedad.

Una alimentación limpia hace sentirte energético, activo, feliz, de buen humor y con ganas de comerte el mundo; mientras que una mala alimentación nos hace sentir pesados, cansados, no tan activos. Un equilibrio saludable de bacterias en el intestino favorece la producción de dopamina y serotonina.

Bacterias que te hacen engordar

Disponer de distintas bacterias en nuestro intestino nos ampara para la extracción de una gran cantidad de nutrientes. Para perder peso, comúnmente entendemos que debemos reducir la cantidad de calorías que injerimos. Pero no se trata de las que injerimos, sino de las que nuestras enzimas digestivas y bacterias pueden transformar para que nosotros podamos absorber.

El 90% de la flora intestinal está formada básicamente por 2 tipos de bacterias, los bacteroidetes y los, firmicutes y según cual predomina en nuestro sistema, absorberemos más o menos calorías de los alimentos que ingerimos.

Según los estudios de Jeffrey Gordon, responsable del Center of Genome Sciences de la Washington University en Saint Louis (USA), los ratones que presentaban obesidad tenían un 50% menos de bacteroidetes y una mayor cantidad de firmicutes. Otro de los estudios realizados por una doctora de su mismo equipo demostraba que lo mismo aplica a individuos humanos.

En conclusión, los estudios demostraron que las personas con sobrepeso tienden a tener más firmicutes, bacterias que son capaces de digerir los polisacáridos y carbohidratos complejos de manera que se absorben más sus calorías, superando la tasa de bacteroidetes, un tipo de bacterias que tienen las personas delgadas, las cuales convierten menos alimentos en calorías. Además la flora bacteriana de los individuos obesos favorece un aumento considerable de grasa en los receptores.

Alimenta a tus bacterias buenas

Después de leer todos estos beneficios que conlleva tener una buena salud y equilibrio intestinal, estoy segura de que te estarás preguntando: ¿Cómo puedo cuidar, mantener y potenciar las bacterias buenas?

Tenemos al alcance una gran variedad de productos con efecto pre y probiótico que nos aportan un sinnúmero de propiedades beneficiosas para ello.

Los prebióticos son compuestos de fibra vegetal que pasan sin digerir a través de la parte superior del tracto gastrointestinal y ayudan a estimular el crecimiento de bacterias buenas alimentándolas, básicamente son sus nutrientes/alimentos. Algunas fuentes son los vegetales tales como: los espárragos, la raíz de achicoria, el ajo, la alcachofa de Jerusalén, la jícama y las cebollas.

Los probióticos son un tipo de bacteria buena, que crean simbiosis, una relación win-win, en nuestro intestino. Buenas fuentes de probióticos son el kéfir de agua, el kombucha, el tempeh, el chucrut, el miso y el kimchi.

Para finalizar, no todas las bacterias tienen un rol negativo; en un estado saludable, la gran mayoría de las que encontramos dentro de nuestro cuerpo contribuyen a que disfrutemos de una vida saludable y llena. Nuestro deber está en procurar que estás puedan trabajar correctamente alimentándolas de forma adecuada.