En lo que se refiere a nuestra relación, si se cumplen muchas de las siguientes señales, conviene que nos sentemos a hablar con nosotras mismas para evaluar si es su fin o es solo una crisis.
Porque así podremos tomar decisiones sensatas, y no alargar la agonía: hay llamas que se extinguen y no hay manera de avivarlas.
Es mucho mejor ser honesta y ponerse práctica, sincerarse con una misma, sincerarse con la pareja, y tomar una decisión para no sufrir ni hacer sufrir al otro.
- Cuando te sientes cada vez menos generosa, y cada vez más egoísta, por ejemplo con tu tiempo o con tus recursos.
- Cuando tu forma de tratar a la otra persona cambia, y ya no estás tan cariñosa y amable.
- Cuando ya no te sientes conectada al cien por cien, cuando sientes que falta complicidad, cuando no fluye bien la comunicación con tu pareja
- Cuando evitas las conversaciones profundas, cuando te cuesta mirar a los ojos a la otra persona.
Cuando te baja la libido
- Si no te apetece tener relaciones sexuales y evitas la intimidad, cuando el cuerpo responde con frialdad a los requerimientos amorosos de la otra persona.
- Cuando te apetece ver menos a tu pareja, espacias los encuentros, no sientes tanta necesidad de estar con la persona amada, no quieres dedicar todo tu tiempo a la pareja, y empiezas a situarla en un lugar secundario en tu vida.
- Cuando estás absorbida por el trabajo y solo te preocupa sacar adelante las tareas pendientes, y utilizas el trabajo como excusa para no pasar tiempo con tu pareja.
- Cuando estás con tu pareja pero te sientes muy sola. Cuando tu pareja estando contigo se siente muy sola.
Cuando los silencios empiezan a ser incómodos.
- Cuando uno de los dos está permanentemente enfadado/a o dolido/a, cuando nos empezamos a sentir culpables.
- Cuando nos hablan del futuro y se nos pone el cuerpo tenso porque ya no nos vemos en el futuro junto a la otra persona, y no nos gusta hacer planes más allá del próximo fin de semana.
- Cuando accedes a hacer un viaje sabiendo que es el último viaje.
- Cuando te besa y ya no sientes nada parecido a lo que sentías antes.
- Cuando sientes que estás más pendiente del teléfono que de tu pareja, cuando te cuesta centrarte en el presente, cuando notas que evitas los momentos románticos.
Cuando todo aquello que antes nos hacía gracia, ya no.
- Si tenéis otra actitud, menos favorable al otro o a la otra, y lo que antes nos parecía maravilloso, puede llegar a irritarnos profundamente.
- Cuando echas de menos los inicios y te das cuenta de que todo tiempo pasado fue mejor.
- Cuando pones excusas porque no quieres hacer el amor o no quieres pasar la tarde con la pareja: excusas que no suenan bien, que se repiten, que resultan a veces absurdas, y generalmente provocan la protesta de la otra persona porque son inconsistentes.
- Cuando hay lluvia constante de reproches mutuos: “es que tú siempre", "es que tú nunca", "es que yo siempre", "es que lo que te pasa a ti es...".
- Cuando la estructura de relación está basada en el ataque y la autodefensa, cuando las conversaciones se basan en demostrarle al otro lo mala persona que es o lo mal que lo está haciendo todo.
Cuando sientes que te falta algo
- Cuando echas de menos cosas que antes no te afectaban tanto, cuando ya no te apetece conformarte con lo que hay, cuando no te resignas y crees que podrías estar mejor.
- Cuando ves otras parejas y te das cuenta de que la tuya no funciona ya, pero no queréis admitirlo ninguno de los dos.
- Cuando sientes que ya no tenéis muchas cosas en común, que ya no sois los mismos, que tú ya no estás en el mismo lugar.
Cuando notas que estáis evolucionando por separado.
- Cuando te das cuenta además que te apetece compartir más con otras personas que con tu pareja.
- Cuando te gusta alguien más, cuando te atraen otras personas, cuando empiezas a fantasear con todo el mundo menos con tu pareja, cuando te entran ganas de vivir un romance pasional y no es con tu pareja.
- Cuando dejas de cumplir los acuerdos fundamentales, cuando rompes los pactos que teníais, cuando te cuesta ser sincera.
- Cuando empiezas a portarte mal con tu pareja, cuando empiezas a mentir o a ocultar información, cuando contestas mal o gritas, cuando te sientes desquiciada o pierdes la paciencia, cuando dejas de contar con ella para hacer tus planes, cuando actúas con indiferencia y ya no cuidas a la otra persona....
- Cuando no te sientes cuidada por tu pareja, cuando sientes que tu pareja no te trata bien, cuando sientes que la otra persona está desconectada y tú te sientes alejada.
Cuanto antes se terminen las relaciones que ya están acabadas, mejor: nos ahorramos muchas guerras, mucho dolor, mucha angustia e incertidumbre: el reto es entonces separarse con el amor que nos queda, y convertir la relación en una amistad si se puede.
O si no, en un recuerdo bonito que nos acompañe de por vida.