Desde hace un tiempo está de moda la mantequilla de cacahuete. Podemos encontrarla en cualquier supermercado, de diferentes marcas y composiciones. Algunas con trocitos, otras con azúcar u otros endulzantes.

Una buena mantequilla de cacahuete debería llevar solo cacahuetes (y como mucho una pizca de sal) y no ser ni salada ni dulce, solo una crema con un sabor intenso a cacahuete.

Para elegir una buena mantequilla de cacahuetes, lo más recomendable es comprar una que solo lleve cacahuetes y una pizca de sal. Mira la lista de ingredientes y verás que no todas son iguales. Algunas llevan grasa de palma, sucrosa (azúcar), aceites vegetales hidrogenados, etc.

Si no encuentras ninguna decente cerca de casa tienes dos opciones: pedirla a alguna tienda online (no suelen ser caras) o hacer tu propia mantequilla de cacahuete.

Cómo hacer mantequilla de cacahuete casera

Para hacerla solo necesitas cacahuetes y una batidora potente. Compra un paquete grande de cacahuetes crudos o tostados (preferiblemente sin sal). Si son crudos, tuéstalos al horno a 180ºC unos 10 minutos, lo justo para que se doren un poco y estén fragantes, y déjalos enfriar.

Después bátelos con la batidora. Tardará unos minutos. Primero se picarán en trocitos, después se formará una pasta arenosa y finalmente una crema, solo hay que seguir batiendo.

Para esto es más cómoda una batidora de vaso, pero puedes usar una de brazo perfectamente. Una vez hecha, pásala a un bote bien cerrado y guárdala en la nevera.

Más usos de la mantequilla de cacahuete

Además de los usos que hemos visto en series y películas (la clásica tostada con mermelada y mantequilla de cacahuete) o en cuentas de Instagram (plátano con mantequilla de cacahuete, tostadas, etc), hay muchas más formas de usarla.

Se puede incorporar a platos dulces o salados tal cual, se puede desleír en agua o bebidas vegetales para hacer salsas, se puede convertir en ingrediente principal de helados y postres...

Hoy os doy unas cuantas ideas para usar la mantequilla de cacahuete en otras preparaciones más allá de las tostadas de desayuno o merienda.

Como sustituto de la mantequilla o margarina

En tostadas, galletas y algunos tipos de panes y bizcochos podemos sustituir la mantequilla o la margarina por mantequilla de cacahuete. La diferencia, además del sabor y el color, es que aporta los sólidos del cacahuete, por lo que tendremos cremosidad y estructura, dos en uno.

Si es para cocinar, es decir, para freír o dorar algo a la sartén, mejor utiliza aceite de oliva. La mantequilla de cacahuete no se derrite como la margarina porque son cacahuetes triturados (la margarina es 80% grasas, 20% agua).

Queda especialmente bien para hacer frostings y rellenos, sustituyendo la margarina u otras grasas vegetales. Te quedarán con mucho mejor sabor y una textura agradable.

Como aglomerante

Cuando necesitas que una serie de ingredientes se peguen entre sí, por ejemplo al hacer barritas caseras de cereales y semillas. En lugar de azúcar, margarina, chocolate dulce, sirope de arce o de agave, aceite de coco u otros ingredientes, añade mantequilla de cacahuete.

No hay que usar mucha y, si después pasas la masa al horno, quedará crujiente. Lo mismo se puede aplicar para otras preparaciones: granola, galletas de cereales enteros, hamburguesas veganas, etc.

En salsas y cremas

Pueden ser tanto saladas como dulces, siempre que elijamos una mantequilla de cacahuete sin endulzantes. En la cocina tailandesa por ejemplo se utiliza bastante, moliendo en el momento los cacahuetes, para hacer aliños o salsas para ensaladas, arroces, fideos y currys.

También se utiliza mucho en la cocina de África occidental para hacer guisos de verduras como el maafe, sopas y estofados de cacahuete (domoda), salsas como la binyebwa, o condimentos como el suya (en este caso, con cacahuete en polvo, pero se puede hacer una versión con mantequilla de cacahuete).

El truco para que quede más líquida es desleírla con un poco de agua en un bol con un batidor manual pequeño o con un tenedor.

También se pueden usar leches vegetales como la de coco, soja o almendras para un color más claro y un sabor diferente. Puedes añadir la mantequilla desleída a cualquier ensalada o vinagreta que tengas preparada.


Para hacer helados caseros

Una de las cosas que más nos gusta de los helados es su cremosidad, que viene dada por diferentes factores (ingredientes, acción mecánica, congelado, etc.).

La forma más fácil de hacer un helado casero que no quede duro como una piedra y que no necesite máquina heladera es combinando ingredientes muy cremosos, que no tengan un alto contenido en agua y que congelen bien.

Por ejemplo frutas carnosas (plátano, melocotón, etc.) y elementos ricos en grasas (como el aguacate y la mantequilla de cacahuete). Añade mantequilla de cacahuete a tus helados caseros y bátelo todo junto para un extra de sabor y de cremosidad. Se nota la diferencia.

Con heladera también quedarán unos helados muy cremosos y sabrosos sin necesidad de añadir nata montada vegana.