Los calabacines pertenecen a la misma familia que las calabazas, de hecho las plantas son muy similares y el fruto maduro (con semillas) también se parece mucho, sobre todo cuando lo abrimos.

Normalmente los calabacines se cosechan antes que las calabazas y no se han formado aún las semillas, pero si te encuentras alguno con semillas es perfectamente comestible, solo significa que se ha dejado madurar demasiado tiempo en la planta.

Podemos encontrar muchos tipos de calabacín, aunque el más común es el de color verde y forma alargada, pero también los hay rayados, casi blancos, amarillos, redondos y con otras formas.

Todos se pueden cocinar igual, tienen tiempos de cocción similares y el sabor no es tan diferente (si acaso ligeramente más dulces las variedades más claras). La piel también es comestible, pero podemos pelarlos dependiendo de lo que vayamos a preparar con ellos. Por su versatilidad, los calabacines se pueden cocinar de muchas formas. En este artículo te mostramos 5 recetas con calabacín muy apetecibles y 7 formas de cocinarlos para que comerlos no sea nada aburrido

5 recetas con calabacín fáciles y muy sabrosas

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Fotografía: Gtres/Stockfood

1. Canelones frescos de calabacín con pesto de rúcula

Ingredientes:

  • 1 calabacín bien grueso
  • 50 g de rúcula (un puñado)
  • 4-5 hojas de albahaca
  • Un puñado de anacardos crudos
  • 2 cucharadas de levadura de cerveza desamargada
  • La ralladura de ½ limón
  • 1 cucharada de zumo de limón
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • Pizca de pimienta negra molida
  • Pizca de sal

Preparación:

  1. Lava el calabacín y córtalo en tiras finitas a lo largo con una mandolina. Procura que queden finas porque así serán más fáciles de enrollar. Si por lo que sea se te rompen, pásalas por la sartén a fuego medio-bajo 2-4 minutos para ablandarlas y que se puedan enrollar bien.
  2. Para el pesto solo tienes que mezclar todos los ingredientes y batirlos con la batidora. Pruébalo y rectifica de sal si lo ves necesario.
  3. Estira una loncha de calabacín y en un extremo pon 1 cucharadita de pesto. Enróllalo procurando no aplastarlo y déjalo en un plato. Procede de igual manera con el resto de lonchas de calabacín.
  4. Sírvelo frío o templado acompañado de salsa casera de tomate o salsa romesco.

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Fotografía: Gtres/Stockfood

2. Calabacines rellenos de lentejas y quinoa

Ingredientes:

  • 2 calabacines medianos
  • 1 taza de lentejas cocidas y escurridas (sirve cualquier variedad)
  • 1 taza de quinoa cocida
  • 1 ramillete de perejil (unos 20 gramos)
  • 5-6 hojas de albahaca
  • ¼ de cucharadita de orégano
  • Pizca de sal
  • 2 cucharadas de aceite de oliva

Preparación:

  1. Precalienta el horno a 180ºC.
  2. Lava los calabacines, córtalos por la mitad a lo largo y ponlos en una bandeja para horno. Salpícalo de sal y ponle un poquito de aceite de oliva en la superficie.
  3. Hornéalos 20 minutos, lo justo para que estén al dente, no blandos.
  4. Sácalos y deja que se templen.
  5. En un bol mezcla las lentejas y la quinoa. Pica el perejil y la albahaca y añádelos al bol junto con el orégano, un poquito de sal y una cucharada de aceite de oliva. Mézclalo bien.
  6. Saca la carne de los calabacines con una cuchara sin llegar a la piel. Rellena tus calabacines con la mezcla de quinoa y lentejas y mételos al horno de nuevo 20-25 minutos para terminar de hacerlos y dorar ligeramente las lentejas y la quinoa.
  7. Sírvelo caliente.

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Fotografía: Gtres/Stockfood

3. Tortilla de garbanzos con calabacín

Ingredientes:

Para el calabacín:

  • 1 calabacín mediano
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • Unas ramitas de romero
  • Pizca de sal

Para la tortilla:

  • 1 taza de harina de garbanzos
  • 2 cucharadas de almidón de maíz o de tapioca
  • 1 cucharada de vinagre o zumo de limón
  • 1 taza de agua
  • Pizca de sal
  • Pizca de pimienta negra molida
  • 1-2 cucharadas de aceite de oliva

Preparación:

  1. Lava el calabacín y córtalo en trozos medianos.
  2. Calienta el aceite en una sartén a fuego medio-alto y pon todo el calabacín junto con el romero y espolvorea con la sal.
  3. Dóralo todo junto 4-5 minutos salteando de vez en cuando. Resérvalo.
  4. Mezcla en un bol la harina de garbanzos, almidón, vinagre, sal, pimienta y agua y bátelo a mano con un batidor de varillas hasta que quede una crema homogénea.
  5. Calienta una cucharada de aceite en una sartén antiadherente mediana y pon toda la masa que quepa para cubrir el fondo, a fuego medio-bajo. Tápalo. Tras 3-4  minutos la parte inferior estará hecha. Dale la vuelta con una espátula y cocínalo por el otro lado. Haz lo mismo con el resto de masa (te saldrán 2-3 tortillas).
  6. Sirve tu tortilla con el calabacín por encima y espolvorea con sal kala namak, que tiene sabor a huevo.

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Fotografía: Gtres/Stockfood

4. Espaguetis de calabacín con boloñesa de remolacha

Ingredientes:

  • 1 calabacín mediano
  • Para la boloñesa:
  • 1 remolacha cocida
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 cucharada de salsa de soja
  • ¼ de cucharadita de ajo en polvo
  • ¼ de cucharadita de hierbas provenzales
  • 1 manojo pequeño de perejil (unos 20 gramos)
  • Una pizca de sal
  • Una pizca de pimentón ahumado

Preparación:

  1. Para hacer espaguetis de calabacín necesitarás un espiralizador de verduras.
  2. Lava el calabacín y pásalo por el espiralizador. Resérvalo.
  3. Pica la remolacha bien fina. Calienta el aceite en una sartén antiadherente a fuego medio y pon la remolacha con el ajo, hierbas, perejil picado y sal. Cuando empiece a dorarse añade la salsa de soja y remuévelo todo rápidamente. Apaga el fuego y ponlo en un plato. Pon por encima los espaguetis de calabacín y salpícalo con un poquito de sal y pimentón ahumado. Sírvelo tal cual.

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Fotografía: Gtres/Stockfood

5. Calabacín conservado en aceite de jengibre y chili

Ingredientes:

  • 2 calabacines medianos
  • 1 taza de aceite de oliva
  • 4 chilis rojos (secos o frescos)
  • 2 dientes de ajo
  • 1 trocito de jengibre (unos 5 cm) pelado
  • 2 anís estrellado
  • ¼ de cucharadita de sal

Preparación:

  1. Lava los calabacines, córtalos en rodajas no muy gruesas y márcalos en una sartén grill a fuego fuerte con un poco de aceite y sal. Solo marcarlos, no hay que cocinarlos del todo.
  2. Sácalos a un plato con papel de cocina absorbente y deja que se enfríen.
  3. Mientras se enfrían los calabacines pon los chilis, ajos pelados, jengibre y anís estrellado en un cazo, agrega el aceite y ponlo a fuego lento 4-5 minutos, hasta que esté fragante.
  4. Retíralo del fuego y deja que se enfríe.
  5. Seca bien las rodajas de calabacín y mételas en un bote en el que quepan justas. Rellena el bote con el aceite aromatizado, ciérralo y guárdalo en la nevera. Te durará hasta 1 semana.

7 formas de cocinar el calabacín para que no sea aburrido

1. Hervidos

El calabacín no tiene un sabor muy potente, es bastante suave, además de ser muy jugoso y hacerse en poco tiempo. Solo recomiendo hervir los calabacines si es para hacer cremas o purés, ya que necesitamos que esté tan tierno que se deshaga por completo al batirlo.

Al mezclarlo con el resto de ingredientes de la crema (por ejemplo patata, cebolla y puerro) nos quedará estupendo, pero para comer tal cual no es el método más recomendable porque nos quedará con muy poco sabor y demasiado blando. Hay formas mejores de resaltarlo.

2. Al vapor

Cuando hacemos calabacín al vapor favorecemos que quede mucho más jugoso. Queda especialmente bien con salteados de legumbres (por ejemplo garbanzos), cuscús, etc.

Corta el calabacín en trozos medianos tirando a grandes y ponlo en la vaporera unos minutos, hasta que al pincharlo con un tenedor lo notes tierno.

Normalmente hago al vapor calabacines finitos. Los corto solo a lo ancho y pongo estos “troncos” en la vaporera, junto con trozos grandes también de zanahoria y de boniato.

3. A la plancha

Para mí es la mejor manera de disfrutar el calabacín, tanto que mis sándwiches y bocadillos suelen llevar un par de capas de lonchas de calabacín doradas a la plancha.

Haciéndolo de esta forma desarrollará mucho más sabor y una textura crujiente si lo cortamos bien finito y lo dejamos un rato a fuego medio-bajo.

  1. Corta el calabacín en lonchas finas y calienta una pizca de aceite de oliva en una sartén antiadherente a fuego medio-alto.
  2. Procura no poner apenas aceite, el calabacín tiende a absorberlo.
  3. Con una o dos cucharadas bien extendidas por el fondo de la sartén es suficiente.
  4. Pon las lonchas de calabacín que quepan, sin superponerlas, y espolvorea con una pizca de sal.
  5. Cuando se doren dales la vuelta y hazlas también por el otro lado.
  6. Sácalo y sírvelo.

También se pueden hacer en salteados con otros ingredientes. Como el calabacín tarda un poquito más que otras verduras en dorarse, ponlo al principio. En este caso, para salteados y cosas así, córtalo en daditos.

4. Frito

No lo recomiendo nada. Con el calabacín sucede como con la berenjena: que absorben un montón de aceite y al final lo que estamos comiendo es… aceite con sabor. Aunque el calabacín no es casi todo aire (como la berenjena) el aceite también penetra en su estructura.

Para evitar que quede muy grasiento se puede empanar o rebozar antes de freírlo, pero aún así quedará más grasiento que otras verduras.

En las tempuras suelen incluir calabacín en tiras, que puede gotear aceite durante una eternidad. Si quieres hacer tempura y poner calabacín, deja las tiras ya cortadas en un bol con agua fría al menos 30 minutos antes de pasarlo por la tempura y freír. Así evitaremos un poco que absorba tanto aceite.

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5. Al horno

El calabacín asado es super aromático y puede quedar tan tierno como el calabacín hervido, pero con muchísimo más sabor.

Puedes poner el calabacín entero o cortado por la mitad a lo largo, pinchándolo con un tenedor y con una pizca de sal por encima. Aprovecha si vas a poner el horno para asar más calabacines (así tienes para otros platos) u otras verduras y hortalizas como boniatos, cebolla, berenjenas, pimientos, etc.

El calabacín asado se puede comer tal cual o puedes hacer paté con él (para esto retiro la piel). Basta con batirlo con otros ingredientes, por ejemplo los del hummus, pero usando calabacín en lugar de garbanzos. El resultado es una crema untable muy sabrosa.

6. Encurtido

Se pueden encurtir calabacines igual que encurtimos pepinillos, zanahorias o cebollitas. Córtalo en trozos y hazlo exactamente igual. Si quieres puedes ponerlo en el mismo bote con otros encurtidos para que coja sabor (por ejemplo pepinillos, aceitunas, guindillas, etc).

También puedes hacer calabacín en vinagre, cortándolo en tiras y macerándolo un par de días con vinagre, aceite de oliva, perejil, ajo y sal.

7. Crudo

El calabacín se puede comer crudo, de hecho es la verdura más usada para hacer noodles o fideos vegetales (“zoodles”).

Aprovecha los calabacines largos para hacer lasañas, por ejemplo. En lugar de utilizar placas de pasta, pon láminas de calabacín finas cortadas a lo largo con el cuchillo o con un pelador de verduras, y haz la lasaña como siempre o pon solo ingredientes crudos: tomate, pesto de aguacate, crema de anacardos, brotes y germinados, etc.

También con las tiras del calabacín podemos hacer rollitos frescos. Pon los ingredientes a lo largo y enrolla la tira de calabacín. Queda especialmente bien con cremas y patés vegetales.

Si tienes un cortador en juliana o un espiralizador de verduras, puedes hacer fideos o espaguetis vegetales con el calabacín que no necesitan cocción y se pueden comer fresquitos como cualquier plato de pasta pero mucho más rápido.