Una buena forma de aprovechar los restos de verduras que tengamos, las peladuras y partes descartadas es hacer caldo con ellas. Nos quedará un caldo claro muy sabroso que podemos utilizar en el momento, guardar en la nevera (hasta 3 días) o congelar en botes. Así tendremos caldo siempre que queramos.

Los puedes congelar en envases pequeños y solo tendrás que poner el bloque de caldo con un poco más de agua en una cacerola u olla tapada a fuego medio-bajo para descongelar y recalentar.

Qué puedes usar para tu caldo de aprovechamiento

Entre las mejores cosas para guardar para hacer un caldo de aprovechamiento están estas:Recuerda lavar siempre las verduras y hortalizas antes de pelarlas, así podrás aprovechar las pieles y partes que no vayas a usar. Como será poca cantidad la que saques cada vez que cocines, lo mejor es que vayas guardando estos restos congelados. Entre las mejores cosas para guardar para hacer un caldo de aprovechamiento están estas:

  • Las pieles de las cebollas y las primeras capas que descartes.
  • Las partes verdes de las cebolletas y los puerros.
  • Tallos y partes duras de kale, acelgas, cardos, brócoli, etc.
  • Las hojas exteriores de las coles.
  • Las pieles y peladuras de zanahorias, chirivías, nabos, etc.
  • Los pies de setas y champiñones (sin tierra, claro, bien limpios).
  • Las hojas del apio y del hinojo.
  • Hierbas frescas que estén a punto de mustiarse (perejil, albahaca, etc.).
  • Trocitos de verduras que queden por el frigorífico (calabaza, apio, hinojo, etc.).

Recuerda lavar siempre las verduras y hortalizas antes de pelarlas, así podrás aprovechar las pieles y partes que no vayas a usar. Como será poca cantidad la que saques cada vez que cocines, lo mejor es que vayas guardando estos restos congelados.

cómo preparar un caldo de aprovechamiento espectacular

Estos consejos te ayudarán a obtener un buen caldo de verduras de aprovechamiento:

  • Una vez tengamos cantidad suficiente de verduras descartadas, lo ponemos todo en la olla (no es necesario descongelar), la llenamos bien de agua y ponemos a fuego fuerte hasta que hierva.
  • Las verduras y hortalizas para caldo no necesitan mucha preparación, solo lavar, pelar y cortar. En general se pueden añadir en trozos medianos, no es necesario picarlas de ninguna forma especial.
  • En cuanto a las cantidades, es algo que va al gusto. Cuantas más hortalizas pongamos, más sabroso nos quedará el caldo. Puedes medirlas por peso para probar. Lo mínimo son unos 500g por cada 2 litros de agua. También puedes llenar tu olla hasta la mitad (volumen) de hortalizas y el resto, con agua.
  • Más tiempo de cocción no significa necesariamente mejor sabor. Pasado un tiempo, cuando todas las verduras y hortalizas estén muy hechas y muy blanditas, no soltarán más sabores al agua, así que seguir cociéndolo solo nos produce gasto energético. Para la mayoría de caldos se necesitan de 45 minutos a 1 hora de cocción. Si hacemos caldos en ollas muy grandes necesitaremos más tiempo, pero no es necesario que se cueza más de 2 horas.
  • Recuerda siempre tapar tu olla para que se evapore el mínimo de agua posible (sino, ¡nos quedamos sin caldo!). Al principio ponlo a fuego fuerte para que hierva y después deja que se cueza a fuego lento. No hace falta que estés ahí mirando cómo se hace, solo vigílalo alguna vez por si se sale el agua y para ver cómo va.
  • Los caldos una vez hechos aguantan perfectamente 3 días en la nevera, aunque se pueden congelar en envases pequeños y nos durarán meses. Después solo tienes que poner el bloque de caldo con un poco más de agua en una cacerola u olla tapada a fuego medio-bajo para descongelar y recalentar.

Las mejores verduras para hacer caldos de aprovechamiento

En invierno tenemos una buena selección de verduras y hortalizas que son especialmente buenas para hacer caldos. Son sabrosas de por sí, pero ese sabor se queda en el agua y nos permite hacer unos caldos estupendos. Estas son las mejores:

  • Zanahorias

Tenemos zanahorias en el mercado todo el año, pero vienen genial para hacer caldos invernales. Aportan sabor y color. No quedan tan dulces como hechas a la sartén o en crema. Si quieres un extra de sabor y color en tu caldo, ásalas al horno antes de usarlas. 

  • Chirivías

El sabor que da la chirivía al caldo es sutil, delicado. No aporta color, pero sí un sabor que, aunque no predomine, hace diferente cualquier caldo. También se pueden asar antes de usarlas para un sabor mucho más fuerte y un color tostado.

  • Cebollas

Blancas, amarillas, moradas… todas nos valen perfectamente. Los caldos hechos con cebolla tienen un aroma y un sabor muy agradable, los sabores que quedan en el agua no tienen nada que ver con la cebolla cruda o frita. Yo recomiendo tostar un poco las cebollas, cortadas por la mitad, en la cacerola, antes de añadir el agua. Así tendrá mejor sabor y color.

  • Calabaza

El sabor y color de la calabaza es similar al de las zanahorias en los caldos. Puedes usar cualquier variedad que te guste, aunque lo mejor es elegir las más aromáticas.

  • Apio

Te sirven tanto los tallos como las hojas del apio. No es necesario añadir grandes cantidades, el apio da mucho sabor. Si lo prefieres, puedes tostarlo o asarlo antes de añadirlo al caldo.

  • Apionabo

Se puede usar junto con el apio o en sustitución de éste. El apionabo da mucho sabor también, queda muy parecido a añadir apio + nabo.

  • Puerro

Para mí el puerro es imprescindible en los caldos. Utiliza la parte blanca, la verde o ambas. Tuéstalo en la cacerola un poquito antes de añadir el agua.

  • Coles

Un buen trozo de repollo, col lisa o coles de Bruselas le dará un toque de sabor a tu caldo. Además las coles en temporada son muy baratas, así que aprovecha.

5 caldos caseros para aprovechar las verduras

Los caldos caseros son un buen fondo de despensa, sobre todo ahora que viene el frío. Lo mejor es que se congelan estupendamente y podemos guardarlos en recipientes de medio litro o menos,. Así solo es echar a la olla y se descongelan rápidamente.

En otoño e invierno contamos con un montón de ingredientes excelentes para hacer caldos, así que ¿por qué no aprovechar y prepararnos de vez en cuando una buena olla de caldo?

Aquí os dejo 5 recetas que son de mis favoritas. Me gusta hacer caldos porque no son preparaciones muy elaboradas ni tienes que estar pendiente de ellos, se hacen solos. Y estas en concreto, además, te encantarán.

1. Caldo de verduras base de aprovechamiento

Este caldo te sirve como base para hacer preparaciones más ricas en las que normalmente se usa agua. Úsalo para hidratar soja texturizada, para hacer salsas para pastas, como base para una sopa con muchos ingredientes, etc.

Ingredientes:

  • 2 zanahorias
  • 2 cebollas
  • 1 puerro
  • 1 nabo
  • 2 litros de agua

Preparación:

  1. Lava bien las hortalizas, córtalas en trozos medianos y ponlas con el agua a hervir a fuego fuerte.
  2. Cuando entre en ebullición, ponlo a fuego lento.
  3. Deja que se cueza 45 minutos, medio tapado.

2. Caldo de verduras para legumbres

Este caldo está muy bien para hacer de más y guardar. Te sirve de base para cualquier sopa que quieras con mucho sabor, por ejemplo sopas de pasta, de legumbres o de cereales. Puedes hacer el doble y congelar en recipientes de medio litro.

Ingredientes:

  • 1 cebolla
  • 1 chirivía
  • 2 zanahorias
  • 2 nabos
  • 1 rama de apio
  • 2 litros de agua

Preparación:

  1. Lava bien las hortalizas. Córtalas en mitades y ásalas a 200 ºC unos 20 minutos, hasta que estén doradas.
  2. Ponlas con el agua, a fuego fuerte, hasta que entre en ebullición.
  3. Baja el fuego y deja que cueza 45 minutos, medio tapado.

3. Caldo de verduras con hortalizas de otoño

Puedes aprovechar más verduras y hortalizas que tengas por la nevera para hacer este caldo, como coles, repollo o acelgas. La idea es condensar el sabor del otoño en un caldo que te servirá para cualquier uso que quieras darle.

Ingredientes:

  • 500 g de calabaza
  • 1 cebolla
  • 1 pimiento rojo
  • 1 zanahoria
  • 1 nabo
  • 1 chirivía
  • ½ hinojo
  • Un manojo mediano de perejil
  • 2 litros de agua

Preparación:

  1. Corta las hortalizas en trozos medianos y ponlas a hervir con el agua a fuego fuerte.
  2. Cuando entre en ebullición baja el fuego y deja que se cueza 45 minutos medio tapado.

4. Caldo de verduras especiado para arroces y quinoa

Este caldo está especialmente bueno combinado con verduras, hortalizas o cereales como el arroz y la quinoa. Hace unas excelentes sopas, una riquísima adición a tus purés de patatas y un consomé ligero como primer plato muy especial.

Ingredientes:

  • 2 chalotas
  • 1 puerro
  • 1 zanahoria
  • 1 rama de apio
  • 2 hojas de laurel
  • Unas ramitas de tomillo
  • Un par de ramitas de romero
  • 4-5 bolitas de pimienta negra
  • 2 litros de agua

Preparación:

  1. Primero lava muy bien las hortalizas, pélalas y córtalas en trozos medianos. Ponlas con el agua a fuego fuerte a hervir.
  2. Mientras hierve el agua mete las especias y hierbas en un saquito (sirven los de hacer infusiones caseras, o un filtro de café), ciérralo bien y mételo en el caldo.
  3. Cuando empiece a hervir baja el fuego y cuécelo todo junto 45 minutos, medio tapado.

5. Caldo de invierno como consomé

Este caldo tiene mis sabores favoritos. Úsalo para tomar como consomé, como base para sopas, mitad y mitad al hacer una bechamel (por ejemplo al hacer croquetas), para elaborar salsas y en general para todo lo que necesite líquido.

Ingredientes:

  • 500 g de calabaza
  • 250g de champiñones
  • 1 cebolla
  • 1 rama de apio
  • ½ puerro
  • La piel de ½ naranja
  • 2 hojas de laurel
  • 2 clavos de olor
  • 1 ramita de canela
  • 2 litros de agua

Preparación:

  1. Lava y pela las hortalizas. Corta la cebolla por la mitad y clávale los clavos.
  2. En la olla, sin agua ni aceite, pon a fuego fuerte la cebolla por el lado cortado y la canela, hasta que se tuesten. Añade entonces el resto de ingredientes y el agua y ponlo a hervir a fuego fuerte.
  3. Cuando entre en ebullición ponlo a fuego lento y cuécelo 45 minutos medio tapado.

Cómo conservar el caldo de verduras

Los caldos una vez hechos aguantan perfectamente 3 días en la nevera, aunque se pueden congelar en envases pequeños y nos durarán meses. Después solo tienes que poner el bloque de caldo con un poco más de agua en una cacerola u olla tapada a fuego medio-bajo para descongelar y recalentar.