Cocinar un poco de esto y un poco de aquello tiene sus ventajas. También cocinar siempre platos diferentes. El truco es aprovechar todo lo que tengamos y lo que nos haya sobrado, y si no podemos aprovecharlo en el momento, siempre tenemos la opción de congelarlo.

Cocina de aprovechamiento

Hazte con recipientes que cierren bien y que sean aptos para congelar, bolsas de congelación, etc., así siempre tendrás un lugar donde guardar todo aquello a lo que no vas a dar salida de inmediato.

1. Las sobras de la ensalada

Haces un bol enorme de ensalada y te sobra un culín. No lo tires, guárdalo en la nevera.

Al día siguiente basta con hidratar unas obleas de arroz y meter dentro esa ensalada, haciendo unos rollitos frescos estilo vietnamita. Aprovechamiento y gourmet.

2. Las sobras del pisto

Si has hecho pisto para un regimiento estás de suerte. Tus próximas comidas pueden ser lasañas de verduras con pisto, empanadas, empanadillas, tartas saladas, paninis, pizzas… Meriéndate unas tostas de hummus con pisto. Llévatelo a la playa en un sandwich. Decora una ensaladilla rusa con ello.

Utiliza el pisto a discreción. Guarda lo que te sobre. Al fin y al cabo son hortalizas ya hechas que usamos en un montón de platos.

3. Curry (de lo que sea)

Has hecho un curry y te ha sobrado alguna verdura y caldo. No lo tires. Úsalo como base para una crema de verduras, para un paté vegetal (por ejemplo hummus) o para aliñar una ensalada. Sí, tal cual. Si hay poquito caldo añádele un poco de agua y aceite de oliva y tendrás un aliño super sabroso.

4. Patatas

De un guiso, hervidas, al vapor… aunque sea una sola y triste patata, no la tires. Con ella puedes hacer la base para una mayonesa vegetal, ya que aporta espesor y cuerpo con menos aceite. También la puedes machacar y mezclar con otras verduras y hacer una tosta con ello. Puedes añadirla a una ensaladilla, aprovechar y hacer unas hamburguesas veganas con la patata bien machacada como ligante, usarla como guarnición salteándola o dorándola a la sartén.

5. Sopas

Las sopas y caldos, como la de miso o de verduras se pueden congelar en un recipiente bien cerrado. Si no sabes qué hacer con lo que te sobre, mételo en un táper y al congelador hasta que se te ocurra algo o te apetezca.

Con el caldo de la sopa de miso puedes hacer aliño para ensalada, la base para otra sopa, caldo para un potaje, etc.

Y si un día tienes prisa, basta con hervir ese caldo y ponerle un puñado de fideos finos de arroz, que se hacen en 3 minutos, o un paquete de fideos de ramen.

6. Peladuras en general

De patata, zanahoria, chirivía, berenjena, calabacín… todas estas pieles son comestibles.

Para aprovecharlas lo que recomiendo es lavar muy bien con un cepillito y bajo el grifo las verduras antes de pelarlas y cortarlas. Después seca muy bien las pieles y hazlas al horno, dejando espacio entre ellas y salpicándolas con una pizca de sal, para que te salgan unos snacks muy originales.

También con las pieles puedes hacer caldos y bases para caldos y sopas. Si no tienes claro qué hacer con ellas, mételas en un recipiente bien cerrado y al congelador. Cuando tengas un montón, haz un buen caldo con ellas.