El ramen es una sopa japonesa que se empezó a popularizar en Japón a principios del siglo XX. Aunque es de origen chino, pues las primeras versiones eran un caldo con fideos chinos con carne por encima.
Con los años la receta fue cambiando, sobre todo por regiones, adaptándola a los gustos y producción locales, y acabó siendo uno de los platos más populares de la cocina japonesa con la entrada en el mercado de los boles de ramen que solo necesitan agua caliente.
Lo más importante del ramen es contar con una buena sopa y unos fideos específicos, finos y muchas veces precocinados, que se venden especialmente para hacer ramen. Puedes encontrar estos fideos en tiendas y supermercados de alimentación asiática, así como paquetes de fideos con sobres de caldo instantáneo. Son muy baratos.
Paso 1: Preparar el caldo
Aunque la mayoría de caldos que se utilizan son a base de cerdo o pollo, también hay exquisitas sopas elaboradas con una variedad de ingredientes vegetales, como la alga kombu, las setas shiitake, los brotes de bambú, las cebollas, la cebolla de primavera, las zanahorias o incluso el miso.
A este caldo se le suele añadir, cuando se quiere hacer más sabroso, alguna salsa como salsa de soja, miso o curry. El ramen de curry es más novedoso pero tiene muy buena aceptación por el cambio de sabores.
Una de las mejores cosas que tiene la sopa del ramen es que se puede hacer muy rápidamente. Por ejemplo, si elegimos hacer una sopa de miso, podemos hacerla solo con alga kombu, unas setas shiitake y, una vez entre en ebullición, lo apagamos y añadimos el miso.
Con esto ya tendríamos el caldo en el que poner los fideos y el resto de ingredientes que queramos añadir. Por supuesto, podemos hacer caldos que necesitan más tiempo de cocción (por ejemplo con cebolla, zanahoria, cebolla de primavera, kombu y shiitake) y guardar para hacer también otras recetas. Si tenemos caldo de verduras casero ya hecho, aunque sea con otros ingredientes, también nos vale.
Paso 2: La pasta
Aunque a la pasta oriental se le llama "fideos", en realidad no tiene nada que ver con los fideos de sopa que utilizamos aquí. Es más como espaguetis larguísimos, finos y curvados para ocupar menos espacio. Otra de las diferencias es que la pasta italiana se hace con sémola de trigo mientras que la pasta oriental se hace con harina de trigo, de trigo sarraceno, de arroz glutinoso, etc. Y, en general, se cortan en tallarines muy finos y largos.
En Japón muchos establecimientos hacen sus propios fideos para el ramen, haciendo el plato completamente fresco, preparado todo en el momento.
Los paquetes de ramen con sobrecitos de caldo que venden son aptos para hacer ramen casero. Podemos usar el sobrecito para hacer la sopa en cuestión de 5 minutos y cocer la pasta en ella. Los fideos de ramen tardan muy poquito tiempo en hacerse. Comprueba en las instrucciones del paquete los minutos que necesitan, que suele rondar entre 1 y 3. Esto hace que sea un plato muy rápido.
Paso 3: Los 'toppings'
Para un buen ramen tenemos que incluir unos cuantos ingredientes más, por encima de la pasta y el caldo, que hará el plato mucho más completo, saciante y delicioso, por la combinación de ingredientes, sabores y texturas.
Los ingredientes vegetales más populares son las cebollas de primavera, mostaza (la verdura) al natural o encurtida, alga nori cortada en tiras finas, wakame, umeboshi (ciruelas encurtidas), maíz, aceite de sésamo, semillas de sésamo, zanahoria, pak choi, setas variadas (enoki, maitake, etc), daikon rallado, etc.
Para nuestro ramen casero podemos saltarnos un poco la tradición y utilizar las verduras que tengamos en la nevera a punto de ponerse malas: trocitos de pimiento, brócoli, zanahoria, coliflor en floretes pequeños, champiñones, setas, tomates Cherry…
La idea es hacer un plato bastante completo, así que podemos utilizar ingredientes de temporada que se puedan comer crudos, o que tengamos ya cocinados (al vapor, asados, etc).
Como fuente de proteínas suelen utilizar pescado y carnes, pero en nuestro caso no hay ningún problema en añadir unos daditos de tofu duro, tofu gan o tofu frito (o ahumado, lo que tengas), ya que también suele ser un añadido muy común en las sopas japonesas. Por supuesto, también podemos añadir tempeh, seitán, soja texturizada dorada aparte (sobre todo filetes de soja o en trozos grandes) o edamame.
Así que solo necesitamos un buen caldo, fideos de ramen y unas verduras y tofu para hacer un plato completo, contundente, muy rico y diferente. No te lo pienses, haz tu propia versión del ramen, en mi casa es un básico de invierno.