Quieres una comida o cena rápida y lo que tienes a mano son verduras ya cocinadas (brócoli, judías verdes, patata, etc) pero no te basta con mezclarlo, te apetece algo con más enjundia pero sin tener que ponerte a cocinar un plato completo. No te preocupes, para eso podemos hacer salsas rápidas.

Cuando hacemos batch cooking o ingredientes preparados para otros días lo importante es que la materia prima de los platos (verduras, legumbres, etc) esté ya hecha, de esa forma no hay que cocinarlo, solo calentarlo. Cuantos más ingredientes tengamos más mezclas distintas podremos hacer y menos repetir plato.

 

Pero cuando se trata de poner como base verduras, muchas veces nos da pereza porque llegamos con hambre o con unas expectativas concretas (comer algo muy sabroso y sustancioso) y la combinación de verduras en un plato o bol no nos parece tan gustoso.

En esos casos es cuando entran las salsas como complemento. No es necesario tirar de salsas compradas, que además tampoco hay mucha variedad, si no preparar la salsa que nos apetezca y a ser posible que nos sobre para otro día, para usarla tal cual o para variarla con unas especias.

Uno de los problemas a los que nos enfrentamos es la falta de tiempo, de ahí que el batch cooking sea tan útil, pero aún podemos sacrificar unos minutos más para hacer una salsa que cambie por completo el concepto del plato y nos proporcione una agradable comida o cena diferente de lo esperado.

Salsas fáciles y rápidas para alegrar la verdura

Las recetas que os propongo no tienen ingredientes muy complicados, la mayoría seguro que los tenéis en la despensa o los podéis conseguir fácilmente cerca de casa. Es la idea, que tampoco haya que gastar un tiempo extra haciendo otra compra.

1. Salsa de cacahuete

Utilízalo con verduras como brócoli cocido o al vapor, berenjena cocida o asada, coliflor cruda o hervida, etc. Queda también estupendo si por encima de las verduras y la salsa añadimos sésamo, nueces o pistachos.

Ingredientes

3 cucharadas de mantequilla de cacahuete (sin azúcar)

200 ml de bebida de soja (sin azúcar)

1 tomate seco

Si no tienes tomate seco puedes usar 1 cucharadita de triple concentrado de tomate, ½ tomate asado o un par de cucharadas de salsa de tomate casera si tienes hecha.

Preparación

Ponlo todo en la batidora y bátelo hasta que quede una crema homogénea.

Puedes multiplicar los ingredientes y hacer un par de botes para guardar. Déjalo en la nevera y agítalo antes de usarlo.

2. Salsa de tahini con cilantro

Se puede usar frío o caliente y como salsa en sándwiches y bocadillos. Queda especialmente bien con judías verdes cocidas, alcachofas, zanahorias y calabaza (cocida o asada).

Ingredientes

  • 3 cucharadas de tahini (preferiblemente blanco)
  • 200 ml de bebida de soja (sin azúcar)
  • 1 puñado de cilantro fresco (al gusto)
  • ½ diente de ajo (sin nervio)
  • 1 cucharada de zumo de limón (o vinagre de manzana)

Preparación

Ponlo todo en la batidora y bátelo hasta que quede una crema homogénea.

3. Salsa de miso con jengibre

Sírvela sobre berenjenas asadas o al vapor, setas, champiñones, col china, acelgas, espinacas, etc.

Ingredientes

  • 2 cucharadas de miso (marrón claro o amarillo)
  • 1 cucharada de vinagre de arroz (o de manzana)
  • 1 cucharadita de jengibre rallado fresco (o ½ si es en polvo)
  • 1 cucharada de shoyu o tamari
  • 200 ml de agua (preferiblemente templada)

Preparación

Pon todos los ingredientes en la batidora y bátelo hasta que quede una salsa homogénea. Puedes añadir un poquito más de agua si quieres, preferiblemente templada porque deshará mejor el miso.

Se puede hacer en cantidad y guardar en la nevera.

4. Salsa de coco

Esta salsa es ideal si quieres un cambio en tus platos de verduras. Antes de usarla pruébala y ajústala de sal o añade algún otro ingrediente que te guste (por ejemplo pimienta negra molida, cúrcuma, etc).

Pruébala con gajos de lechuga, repollo picado, puerros cocidos o asados, acelgas, etc.

Ingredientes

  • ½ lata de leche de coco (agitada)
  • 1 cucharada de salsa de soja, shoyu o tamari
  • ⅛ de cucharadita de sal
  • 1 cucharadita de cebollino fresco (½ si es seco)

Preparación

Bate todos los ingredientes en la batidora hasta que no queden trozos grandes de cebollino.

5. Salsa de tomate cruda

Prueba esta salsa con verduras frías o templadas: brócoli, coliflor, zanahoria, judías verdes, calabaza, calabacín, pimientos, etc.

Para más textura, ponle por encima perejil fresco picado y unas semillas de lino rotas, o bien almendras fileteadas y un poco de pimienta negra molida.

Ingredientes

  • 3 tomates de pera bien maduros
  • 6 mitades de tomates secos
  • ½ diente de ajo (sin nervio)
  • ¼ de cebolla dulce
  • pizca de sal

Preparación

  1. Bátelo todo unos minutos hasta que quede una salsa más bien suave, sin grumos o trozos grandes. Pruébalo.
  2. Si ves que está muy ácida puedes añadir 1 dátil (sin hueso) y volver a batir. También sirve añadir un trozo de manzana (¼ de manzana dulce es suficiente).

6. Salsa de yogur al curry

Prueba esta salsa con verduras al vapor o cocidas: brócoli, zanahorias, patatas, repollo, col china, alcachofas, tirabeques, etc.

Ingredientes

  • 1 yogur de soja sabor natural, sin azucarar
  • 100 ml de agua
  • ¼ de cucharadita de curry en polvo
  • ⅛ de cucharadita de sal
  • una pizca de aceite de sésamo (opcional)

Preparación

  1. Bate todos los ingredientes hasta que quede una salsa fina y homogénea.
  2. Pruébalo y rectifica de sal. Añade más especias y sabores si quieres (por ejemplo cilantro, pimentón, perejil, nuez moscada, pimienta o un poquito de algo picante como sriracha o tabasco).

Puedes hacer en cantidad y guardar en la nevera. Te dura hasta 4 días en un bote bien cerrado.