La llegada de un nuevo miembro a la familia es una experiencia única, llena de felicidad, sentimientos y emociones, pero también de pequeñas molestias. La acidez de estómago o el ardor durante el embarazo es uno de los efectos secundarios más comunes entre las mujeres embarazadas, sobre todo durante el segundo y tercer trimestres. Está causada por la presión del útero sobre el estómago y los cambios físicos y hormonales que se desarrollan.
Muchas mujeres embarazadas conocen bien la situación: tienen un hambre de lobo (el niño creciendo está pidiendo comida), pero después de comerse un plato, empieza una sensación poco agradable, quemazón en el pecho y la garganta y sensación de "fuego" en la boca o el estómago.
Existen diferentes remedios tradicionales para reducir la sensación de quemazón o ardor:
- Evitar alimentos difíciles de digerir y los que contribuyen a aumentar la acidez como el chocolate, el café, los cítricos, la menta, las salsas de tomate, la cebolla, el ajo y las especias; y además seguir unas rutinas como comer menos cantidades más a menudo, comer sin prisa, beber lo suficiente, cenar dos o tres horas antes de irse a la cama y dormir con la cabeza elevada.
- Elegir ingredientes suaves. Conviene introducir platos suaves y tibios, alimentos con PH alcalino como la fruta y la verdura, especialmente los plátanos, la papaya, la calabaza, las verduras de hoja verde, las alcachofas y los espárragos, así como cereales como el mijo y legumbres bien cocidas. Además de incrementar la fibra y los alimentos probióticos como el yogur o la verdura fermentada.
- Cocciones sencillas. A la hora de cenar conviene introducir platos a base de verdura cocida con un poco de proteína vegetal.
Aquí tienes algunas ideas de recetas para cenas que no provocan acidez de estómago ni reflujo en las embarazadas: