Muchas personas, por lo general aquellas excesivamente responsables, no son capaces de disfrutar de sus vacaciones. Aprovechan el “tiempo libre” para seguir centrados y ocupados en su trabajo y no se permiten desconectar. Cuando, tras las vacaciones, vuelven al trabajo, se dan cuenta de que están agotadas y de que no han tenido tiempo para descansar.

Estas personas, aunque estén de vacaciones, aluden a la necesidad de producción y rendimiento para seguir con el automatismo del trabajo. No toman este tiempo de descanso como una oportunidad saludable de resetear y cambiar de ambiente, sino que lo viven como la ocasión ideal para retomar aquellas tareas pendientes que no tuvieron tiempo de completar durante el resto del año.

Casi sin darse cuenta, sus vacaciones terminan y tienen que volver a trabajar, pero su mente no ha podido desconectar, ni descansar, por lo que se enfrentan, con las pilas desgastadas, a otro año de estrés laboral. A la larga, su salud mental y física puede verse afectada. Para que no ocurra esto, conviene poner práctica estrategias que nos permitan desconectar del trabajo.

5 consejos para desconectar en vacaciones

Desconectar del trabajo durante las vacaciones supone una especie de reseteo y puesta a punto para poder estar bien a la vuelta. Nuestra sociedad tecnológica abierta 24h, los 365 días del años, nos vende la idea de que no podemos parar de trabajar y de producir, como si dejar de hacerlo implicara el fin del mundo, pero esto no es así. El mundo sigue girando y las empresas siguen funcionando aunque tú descanses.

Para que puedas disfrutar de tus vacaciones sin estar pensando en el trabajo, te traigo una serie de consejos para poner en práctica.

1. Recordar la importancia del descanso

En primer lugar, debes recordar que el descanso no es ninguna pérdida de tiempo; muy al contrario, descansar es algo básico y necesario para mantener una mente equilibrada y saludable que pueda ser productiva posteriormente. Si no descansas, tu trabajo, durante el resto del año, se verá mermado.

2. Dormir bien

No es ninguna tontería la idea de que los seres humanos necesitemos, aproximadamente, 8 horas de sueño para permitir que nuestro cuerpo y nuestra mente se recuperen del desgaste del día. Dormir bien ayuda a limpiar y renovar tu cerebro de las cargas y preocupaciones de los meses de trabajo.

Durante tus días de vacaciones, tómate todo el tiempo que no tienes el resto del año para dormir todas las horas que necesitas. Duerme bien por la noche, aprovecha las horas del mediodía para echarte una pequeña siesta. Duerme todo lo que tu cuerpo te pida.

3. Desconectar de la tecnología

En vacaciones, siempre viene bien reducir el tiempo de uso de las tecnologías y las pantallas, sobre todo en aquellas actividades que nos restan tiempo y tranquilidad.

Usa las pantallas exclusivamente para aquellas actividades que te relajen y te hagan sentir bien. Elimina todo lo que te estrese, principalmente, todo aquello que tenga que ver con el trabajo.

4. Disfrutar el presente

Céntrate en disfrutar lo que haces y en mantener tu mente en el presente. Cuanto más pendiente estés del ahora, menos espacio tendrá tu mente para pensar en el trabajo.

Si viajas, infórmate y absorbe toda la información que puedas sobre el sitio que estás visitando. Si pasas las vacaciones con tu familia, disfruta de cada minuto que estés con ellos. Si vas a la naturaleza, utiliza todos tus sentidos para conectar y empaparte de todos los estímulos que te llegan.

5. Anotar ideas para la vuelta

Es probable que, cuando tu mente se relaje en vacaciones, se te ocurran ideas brillantes para mejorar tu trabajo o tengas intuiciones originales para poner en práctica. Esto es muy normal, ya que el descanso favorece la creatividad. Sin embargo, debes recordar que estás de vacaciones.

Para que esas ideas no se pierdan, puedes anotarlas en un cuaderno, en la sección “Os veré en septiembre”. Si las guardas para poder retomarlas en el futuro, cuando llegue su momento, tu cerebro se quedará tranquilo y podrás centrarte en disfrutar de tus vacaciones.