Por lo general, solo nos percatamos de lo potente que es nuestra mente cuando nos produce problemas psicológicos (ansiedad, estrés, fobias, etc.). Sin embargo, muchas personas desconocen que este poder posee un doble sentido. Al igual que los pensamientos negativos nos pueden hundir y sumir en un pozo de desesperación, el control de nuestros pensamientos, en positivo, puede aportarnos enormes beneficios.

El poder de la mente en la salud mental

En cualquier ámbito de su vida, cada vez que se sentía observada, Ángela notaba que estaba punto de sufrir una crisis de ansiedad. Si le parecía que los demás comentaban algo sobre ella o se sentía observada, su corazón se aceleraba, comenzaba a sudar y su garganta se bloqueaba hasta el punto de no poder emitir ni palabras ni sonidos.

En consulta, analizamos sus crisis y llegamos a la conclusión de que no existía ningún impedimento físico que las causara. Además, nos dimos cuenta de que Ángela ni siquiera estaba segura de que estuvieran mirándola o hablando sobre ella, solo lo imaginaba.

Un simple pensamiento, sin fundamento, podía disparar su ansiedad hasta límites insospechados.

La joven me comentó que siempre le había preocupado lo que pensaran los demás de ella, pero que, en los últimos años, este malestar había ido en aumento hasta el punto de que, en la actualidad, le resultaba angustioso salir a la calle.

En una de sus primeras sesiones, hablamos sobre el poder que tiene la mente para, con un único pensamiento, provocar una crisis tan fuerte que puede llegar a bloquear a las personas. Como sucedía en el caso de Ángela, no existía un peligro exterior, no le iba a pasar nada, pero su mente reaccionaba como si fuera a sucederle algo real y la paralizaba.

Por desgracia, solo nos percatamos de la fuerza que tiene nuestra mente en aspectos negativos, cuando, sin ningún motivo aparente, nos crea problemas y nos bloquea o nos produce ansiedad, fobias o, incluso enfermedades psicosomáticas.

Evidentemente, sí que existe un motivo para albergar estos miedos, pero éste no procede de una situación externa real, sino de cómo la interpretamos, basándonos en experiencias de nuestro pasado que nos han programado de forma negativa para percibir como amenazante una situación que no lo es.

Sé que no es nada agradable reconocer y sufrir estos problemas, pero si realizamos el esfuerzo de leer entre líneas, comprenderemos lo poderosa que es nuestra mente y, si lo sabemos aprovechar, el enorme potencial positivo que tiene para nuestra vida.

Pensamientos positivos, la fuerza interior

Las personas que acuden a consulta están tan preocupadas y absortas por sus problemas que se muestran incapaces de percibir la fuerza que realmente albergan en su interior. En sus sesiones terapéuticas trabajamos para que comprendan que, al igual que un único pensamiento puede crearles una profunda crisis vital, también un único pensamiento puede llevarles a alcanzar logros extraordinarioa. Solo necesitan cambiar de perspectiva y revertir el signo de sus pensamientos.

Para poder recuperar el control de nuestra mente y aprovechar todo su potencial, debemos desprogramar todos aquellos mensajes negativos que se grabaron en nuestra infancia y que, aún hoy, nos fuerzan a interpretar el presente de forma errónea.

En el caso de Ángela, durante toda su vida, había estado escuchando a sus padres preocuparse por la opinión de los vecinos. Vivían en un pueblo pequeño, donde un mal chismorreo podía hundir el prestigio de toda una familia.

Desde muy niña, aprendió a comportarse de forma adecuada, según dictaba el microcosmos del pueblo, para no provocar un mal comentario. Además, en su colegio, por algún pequeño error cometido en clase, sufrió varios episodios de burlas por parte de profesores y compañeros, lo que la empujó a mostrarse aún más alerta frente a las expresiones y las miradas de los demás.

A lo largo de sus sesiones, Ángela pudo ir liberándose de los mensajes catastrofistas de sus padres y de la importancia de lo que pensaran los demás. Comprendió que estas ideas formaban parte de su pasado, pero que no debía seguir arrastrándolas en su presente. Hacía muchos años que se había marchado de su pueblo y llevaba una vida exitosa y gratificante tanto en el ámbito familiar como en el profesional. Gracias a su capacidad, a su tenacidad y a su esfuerzo, todos estos logros los había conseguido por sí misma.

Ángela comenzó a valorar todos sus éxitos y cambió la forma de verse a sí misma.

Comprendió que era una mujer muy capaz y que no debía perder el tiempo dándole importancia a las opiniones de los demás.

Cuando se empoderó y se liberó de sus preocupaciones, Ángela pudo enfocar su mente hacia lo que realmente deseaba para ella y para su familia. Se concentraba mucho más en su trabajo, organizaba mejor su tiempo, planificaba viajes, actividades y juegos con su familia.

Todos estos cambios los logró llevar a cabo gracias a la toma de conciencia que había realizado sobre el poder que tenía su mente y, a aprender a enfocar esta capacidad de forma positiva.