En la consulta es un podcast del psicólogo Ramón Soler para la revista Mentesana. Escúchalo y compártelo.

El calendario marca enero como inicio del año, pero realmente, en las vacaciones Navideñas, a veces con sólo un par de días festivos, apenas tenemos tiempo para percatarnos de este cambio temporal.

Volvemos con tanta rapidez al trabajo y a las rutinas diarias que casi no nos damos cuenta de que estamos en un nuevo año. Nada parece haber cambiado, incluso, muchas personas (en las cuales me incluyo) tardamos unas cuantas semanas en acostumbrarnos a apuntar el dígito del año que acaba de comenzar.

La importancia de renovarnos en septiembre

Realmente, es en verano cuando podemos realizar un parón vacacional lo suficientemente dilatado y significativo como para poner en marcha un auténtico reseteo físico y mental. En estas semanas de descanso, nuestra mente sí que dispone del tiempo necesario para sentir que, de verdad, se produce un cambio de ciclo.

En verano, los días son más largos, parecen estirarse, lo que nos permite dedicar el tiempo suficiente a la introspección. Tenemos más horas de luz para disfrutar y compartir con nuestros hijos, pero también, para reflexionar sobre nuestra vida, sobre los objetivos que nos queremos marcar para el nuevo año y los cambios que queremos introducir para cumplirlos.

Incluso, si trabajas en julio o agosto, también tendrás más ocasiones que durante el curso, para relajarte y regalarte el tiempo necesario para poner en marcha esta sana introspección.

En mi trabajo con las personas que acuden a mi consulta, solemos aprovechar la pausa de las vacaciones y la vuelta a la rutina que supone el mes de septiembre, para revisar todo el trabajo realizado durante el año y para plantearnos nuevos retos y objetivos para el curso que comienza.

No existe ningún guión preestablecido y cada persona decide cuáles serán sus cambios. Unas veces, son pequeños detalles de la vida cotidiana, mientras que, en otras ocasiones, los cambios implicarán un giro radical en su vida.

De todas formas, lo más interesante de este trabajo se fundamenta en el deseo de querer renovarnos para avanzar en nuestras vidas. Aprovechar la oportunidad que nos ofrece el verano para reflexionar y poner en marcha nuevos proyectos resulta sumamente positivo para nuestras vidas. Los ejemplos son innumerables, pero he querido traer en concreto tres historias que pueden ser representativas de estos cambios.

El caso de Carmen

En septiembre del año pasado, Carmen comenzó un curso que necesitaba para progresar en su carrera profesional. Llevaba años postergándolo, siempre encontraba la excusa perfecta para no apuntarse. Pero, el año pasado, justo después de las vacaciones de verano, decidió que ya era el momento de completar su formación y se sintió con la energía suficiente como para realizar el curso de forma exitosa.

El caso de María Jesús

Hace dos años, María Jesús, tras unas insoportables semanas de vacaciones en un pueblo costero, decidió dejar a su marido. Su pareja no le aportaba nada, la maltrataba psicológicamente y, por miedo al cambio, a lo desconocido y a sentirse sola, le había soportado durante demasiados años.

Durante el tiempo de vacaciones de ese año, pudo ver claramente los desprecios y la falta de apoyo que sufría por parte de su marido (tras varias discusiones familiares en las que él no estuvo de su lado). Al final del verano, llegado septiembre, María Jesús pensó que era mejor estar sola que mal acompañada y reunió las fuerzas necesarias para dejarle.

El caso de Carlos

Otro ejemplo significativo puede ser el de Carlos, quien en el mes de septiembre de hace varios años, por fin aceptó el ascenso que le había ofrecido su empresa en varias ocasiones y que nunca se había decidido a tomar porque implicaba un traslado a otro país y además, del que desconocía el idioma.

Durante el verano, Carlos analizó la situación, barajó los pros y los contras, y se percató de que le apetecía cambiar de ambiente y probar la experiencia de trabajar en otro país. También, de aprender a manejarse en un nuevo idioma.

Una decisión trascendental

Como podemos ver, aunque son casos diferentes (algunos más agradables que otros), el denominador común de todos ellos es la toma de una decisión vital trascendental tras el parón de las vacaciones de verano.

También resulta curioso que sea justo al final del verano cuando más llamadas y solicitudes de terapia recibo. Muchas personas van postergando meses, incluso años, esta decisión, pero este cambio de ciclo, tras el parón estival, les ayuda a dar el paso de iniciar un proceso de introspección y autoconocimiento.

Los anteriores casos son ejemplos de cómo realmente, el mes de septiembre supone una transición mucho más significativa que el día de año nuevo. Y justo ahora que iniciamos este nuevo curso y nuevo año del blog, quería proponerte que reflexionaras sobre aquellas cosas que necesitas cambiar en tu vida. Plantéate qué objetivos o retos deseas conseguir y qué necesitas para ponerlos en marcha. Una vez decidido, toma aire, aprovechas las energías recién recargadas y lánzate a por ellos.