Digamos más veces te quiero, perdona, no puedo y ayúdame
Necesitamos comunicarnos más.
Hacerle entender al otro nuestros anhelos.
Quiénes somos y no solo quiénes queremos que vean que somos.
Necesitamos profundizar.
Dejarnos caer y abrazar por el otro.
Confiar.
Necesitamos escuchar.
Sin ninguna otra intención que la de visitar al que tenemos enfrente.
Sin juzgar.
Siendo conscientes de qué lugares ocupan el resto.
Necesitamos muchos más abrazos.
Tocarnos.
Hacer de la piel un arma contra la sinrazón.
Necesitamos decir más veces te quiero y perdona.
También: No puedo.
Ayúdame.
Necesitamos dejar de parecer que somos omnipotentes.
Que no tenemos miedo.
Que nos la suda todo.
Necesitamos hacer piña y tribu y comunidad y pueblo.
Para combatir a la líquida soledad.
Necesitamos urgentemente empatía.
Y un cuerpo ajeno.
En el que poder descansar.
De lo que esperan los demás.