No existen juguetes para niños o para niñas.
Tampoco colores.
A los niños no hay que regalarles por sistema camiones o espadas.
A las niñas no hay que regalarles por sistema muñecas o cocinitas.
Cuando alguien dice que qué hace tu hijo jugando con una muñeca o qué hace tu hija jugando con un coche.
Lo único que tienes que decirle es: ser feliz.
Jugar con lo que quiere.
No hay nada mejor para un hijo o una hija que sentir que se le respeta.
En sus gustos y deseos.
Sentir que son importantes.
Porque lo son.
No existen juguetes para niños o para niñas.
Y decir que sí, construir de ese manera la realidad, es generar violencia.
Es educar en el error.
Haciendo ver que solo existe una única posibilidad.
Es hacer sentir mal a alguien porque no le guste lo que le tiene que gustar a todo el mundo.
Es cercenar lo que el otro es.
Es prohibir su desarrollo.
Es hacer una fotografía mental de los demás e intentar que encajen en ella.
Los niños y las niñas no necesitan que nadie les diga que no pueden jugar con algo porque ese algo ha sido pensado para otros.
Lo que necesitan es crear y construirse.
Lo que necesitan es ser libres para encontrar las personas que van a ser.
Lo que necesitan es que no les hagan creer.
Que hay algo que no pueden hacer.
Por razón de su género.