Nadie te va a querer "así".
Eso te dicen una y otra vez.
Nadie te va a querer así de gorda o así de fea o así de desaliñada.
Nadie te va a querer así de caótica.
Nadie te va a querer con ese carácter.
No te van a aguantar.
Y tú piensas que qué hay de malo en ti.
Que si ese "así" eres tú.
Es todo lo que tú eres.
A veces despistada, torpe.
A veces un huracán.
Con tu carne, tu cuerpo, que te permite existir.
En ese "así" va también todo lo que te ha costado llegar a ser así.
Tus decepciones, pérdidas y ausencias.
Tus miedos más profundos.
Tus anhelos.
Nadie te va a querer "así".
Te amenazan con eso para que cambies.
Para que te conviertas en otra persona.
Para que pases por el aro, claudiques y te comportes de una manera determinada.
Para anularte y que desaparezcas.
Pero no les hagas caso.
No te dejes vencer.
Resístete a ser la señorita complaciente que esperan ver en ti.
Porque si no te quieren "así".
Si no quieren a la persona que habita en ti.
Si lo que necesitan es a una persona distinta.
Mejor que no te quieran.
Y que se busquen a otra.
Cuyo "así".
Les convenga.