Eres una mierda.
O eso crees.
Eso te han hecho sentir siempre.
Porque no eres demasiado guapo.
Porque no eres demasiado lista.
Porque no destacas en nada.
Porque no sabes qué quieres.
Porque eres un cero a la izquierda.
Porque no se te da bien.
Porque eres torpe.
Porque eres una mierda.
Pero no es verdad.
Porque los mierdas son ellos.
Son los que te tratan mal.
Los que han olisqueado tu herida y han metido el puño.
Y tú te enganchas.
A aquello que te confirma lo que te han hecho creer que eres.
Tú crees que eso es lo único que mereces.
Desprecios.
Porque eres una mierda.
Pero no es verdad.
Porque tú tienes tu vida.
Tienes un cerebro.
Tienes boca para decir NO.
Tienes derecho a que se te trate bien.
Y a que te quieran por lo que eres.
Porque eres un prodigio.
Que estés aquí es asombroso.
Que existas.
Eres bonito, bonita, porque has logrado existir.
Así que coge a toda esa gente que nunca te ha valorado.
Bloquéala.
Y empieza a rodearte de gente que te quiera de verdad.
Que vea todas las flores.
Que alberga.
Tu interior.