Caminar descalzos previene los desequilibrios eléctricos

Descalzarse y dejar que nuestros pies estén en contacto con la naturaleza nos ayuda a descargar toda la electricidad estática que solemos acumular.

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Jordan Whitt- unsplash

A veces, al bajar del coche y tocar la puerta, se tiene la sensación de recibir un chispazo. Solemos estar cargados de electricidad estática: nuestro calzado deriva mal a tierra y muchas instalaciones eléctricas también.

Muchos hemos probado a caminar descalzos sobre la arena, la hierba o las piedras de un río, incluso a correr descalzos. La sensación agradable que se experimenta puede guardar relación con un fenómeno que cada día se conoce mejor: la estabilidad eléctrica que se produce en nuestra toma de tierra. Y es que cuando nuestros antepasados caminaban descalzos o con calzado hecho de pieles de animales, el cuerpo aprendió a equilibrarse en contacto con el potencial eléctrico de la Tierra.

Tomar contacto con la tierra puede ayudar a reequilibrar la electricidad estática del cuerpo.

Por qué tenemos tanta electricidad estática

El cuerpo recibe por término medio un flujo de quinientos mil millones de electrones por segundo, provocado por una inducción lejana de una cienmillonésima parte de amperio. Puede parecer ridículo, pero es importante para nuestro equilibrio eléctrico. Este se pierde si esa carga no se libera en la tierra.

Puede sufrir asimismo alteraciones por modificaciones geológicas o corrientes de agua, aunque nimias al lado de las que producen la técnica y la vida artificial: construcciones y transportes que son auténticas cajas de Faraday, uso de materiales sintéticos en la vivienda, ropa y calzado… que hacen que nos carguemos de electricidad estática.

Los beneficios de caminar descalzos

Al descalzarse, tomar tierra ayuda a sincronizarse con los ciclos astronómicos, meteorológicos, climáticos y telúricos; cuando el sincronismo entre el Cosmos y el reloj biológico se desajusta, aparece la enfermedad.

Puede sorprender que tengamos que vivir sobre esta inmensa máquina electromagnética cuya energía es suministrada por el Cosmos.

Pero cuando uno se descalza se da cuenta no solo de la maravillosa receptividad del organismo a las resonancias del Cosmos, sino de que así las puede canalizar. De esa manera, salimos regenerados y compenetrados con el equilibrio de la naturaleza.

Conectarse con la tierra es un modo de armonizar los circuitos eléctricos del cuerpo, lo que tiene múltiples beneficios:

  • Mejora el sueño
  • Promueve la calma
  • Alivia la tensión muscular
  • Reduce el dolor de cabeza
  • Protege de los campos electromagnéticos ambientales
  • Puede influir en el curso de las enfermedades neurodegenerativas y desmielinizantes, trastornos del sistema nervioso autónomo y síndromes de dolor y psicóticos.
  • También regula el sistema nervioso simpático, lo que influye en el ritmo cardiaco, el sistema vascular periférico y la motilidad gastrointestinal.

Descalzarse al aire libre es una práctica sencilla y muy recomendable, pero hay que hacerlo cuando el tiempo y las condiciones lo permitan, procurando que los pies reaccionen bien y no se enfríen.

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