Cómo se utiliza un bastón para caminar

Caminar con bastones o apoyarse en un bastón en tus paseos y excursiones fortalece los músculos y protege las articulaciones.

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Sebastien Goldberg-Unsplash

Cuando me apoyo en la gayata o en un bastón corto, mi cuerpo se dobla de lado y tengo la sensación de estar baldado. En cambio, al apoyarme en un bastón largo, mi espalda se endereza, mi mirada queda al frente y recupero la elegancia, la dignidad y la eficacia de la postura erguida.

El bastón largo o vara –también llamado Jo– tiene que ser un palo largo, delgado y liso con una altura ideal que va del suelo a la axila del caminante. También se venden bastones telescópicos de altura regulable, que podemos adaptar fácilmente a nuestra altura.

Por qué usar un bastón para caminar

El bastón largo, para ayudarse a caminar, ha sido instrumento de pastores, abuelos, peregrinos y montañeros. Durante años se ha visto su utilidad para mejorar la marcha y aliviar las articulaciones de las piernas cuando reciben peso.

En los años 80, los competidores de esquí de fondo se empezaron a entrenar en verano con bastones de esquí para aumentar su resistencia y fortalecer la parte superior del cuerpo; se hizo así un primer intento de promover la marcha con bastones como medio de mantener la forma física, sobre todo para personas que sufrieran algún tipo de desgaste articular o personas con sobrepeso. Es lo que hoy se conoce como marcha nórdica.

Te preguntarás cuáles son los beneficios de caminar con bastones:

  • La principal ventaja del bastón es que se descarga parte del peso corporal en los brazos, con lo cual las extremidades inferiores y las rodillas quedan aliviadas.
  • La musculatura de brazos y hombros, que una musculatura pasiva en la marcha normal, participa en el ejercicio, lo que favorece su desarrollo.
  • Produce una relajación y masaje de la nuca que resultan útiles en caso de espasmo muscular cervical.

Cómo caminar con bastón

Para caminar con un bastón conviene seguir algunos consejos básicos:

  • En terreno llano, toma el bastón a la altura del codo (brazo doblado en un ángulo casi recto) y apóyalo en el suelo cada dos pasos.
  • Cuesta arriba, agarra el bastón algo más abajo y a cada paso corto y lento clávalo junto al talón del pie para impulsarte hacia arriba.
  • Cuesta abajo, agárralo casi a la altura del hombro y, a cada paso largo y rápido, clávalo por delante del pie (a un lado), descargando así parte de tu peso sobre el brazo.
  • Conviene cambiar de mano el bordón cada cierto tiempo para repartir el esfuerzo entre los dos brazos, evitar la asimetría y prevenir ampollas.
  • Lleva el bastón en el lado opuesto a la pierna débil y haz coincidir su apoyo con el de esta.

Si caminas con dos bastones...

Actualmente, se ve a menudo caminar con dos bastones telescópicos. El cuerpo trabaja mejor, pero las exigencias de coordinación, atención y visualización son mayores. Lo importante es fijar la vista donde se pisa, y no en los bastones, para no caerse.

Ahora bien, el uso desmedido de dos bastones conlleva la habituación excesiva a puntos de apoyo adicionales, con perjuicio del equilibrio natural, aparición de lesiones y molestias en hombros, codos y muñecas.

Con un bastón es suficiente, excepto que queramos caminar deprisa y hacer recorridos o etapas largas con pendientes fuertes.

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