No quiero decir que el miedo sea siempre negativo. Está claro que es una herramienta de supervivencia muy útil en ocasiones, pero el miedo no siempre está justificado. A menudo es más eficaz la prudencia que el miedo. La prudencia es racional y al miedo no le cuesta nada salirse de madre, tanto que puede meternos en líos mayores que los que se tratan de evitar.
Por desgracia el miedo está a la orden del día. Miedo tanto al virus de la COVID-19 como a las vacunas, miedo a perder el trabajo, miedo al conflicto social, miedo a la violencia machista… Demasiados miedos. Por fortuna disponemos de herramientas para controlarlos, para transformar el miedo en autoconocimiento y prudencia e, incluso, para llenarnos de coraje y ponerlo en su lugar.
Comprender el miedo es un primer paso. Descubriendo el significado de los miedos y las fobias es un artículo muy interesante del médico y psicoterapeuta Norberto Levy.
Además del análisis y la reflexión, para superar el miedo hace falta cambiar el chip. La meditación crea el hábito de no dejarse arrastrar por los pensamientos, que cuando somos presas del miedo se suceden como una catarata. Aprender a meditar te dará calma y abrirá tu mente, nos dice Aida Ponts en un artículo que te puede ayudar a dar tus primeros pasos en el mundo de la meditación.
Si quieres profundizar encontrarás muchos más artículos interesantes en nuestra sección sobre meditación o puedes escuchar las meditaciones guiadas de Lidia González, como la Meditación guiada para manejar las emociones difíciles o la Meditación guiada para cuando sientes inseguridad.
Otra forma de combatir el miedo excesivo es a través del cuerpo. Un miedo extremo puede hacernos temblar. Esta es la respuesta natural de nuestro sabio organismo. Pues bien, tal como explica Anna Sólyom en Reaprende a temblar para superar tensiones y traumas, hacerlo a propósito es una ayuda eficaz y simple contra el temor.
¡Feliz domingo!
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