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¿Cómo superar el rencor después de una infidelidad?

Estoy divorciada desde hace un año y separada desde hace dos. Tengo dos hijos de siete y cuatro años, varones, y aún no puedo perdonar a mi ex marido por su infidelidad. Me considero una persona que perdona con facilidad, pero con el padre de mis hijos me siento diferente. Siento mucho rencor. ¿qué puedo hacer para sentir el dolor y la tristeza de la decepción y dejar todo esto atrás?
Beatriz (e-mail)

  • Estimada Beatriz: Reconocer que sientes rencor es ya un gran primer paso. Muchas personas, después de un episodio de infidelidad, no llegan siquiera a preguntarse sobre sus propios sentimientos y siguen sosteniendo tan solo que el otro es una mala persona, un traidor…
  • Más allá del juicio moral que hagamos sobre la infidelidad y, en consecuencia, de cuán adecuado o no juzguemos tu rencor, lo cierto es que el resentimiento es dañino, para aquel al que va dirigido y para aquel que lo siente. El rencor proviene de un dolor que uno se niega a aceptar y sentir como tal.
  • ¿Cuál es ese dolor para ti? ¿Se trata del dolor de la traición? ¿Se trata del golpe al ego, que viene de comprobar que no eras irreemplazable (como no los somos ninguno de nosotros)? ¿Se trata de la pérdida de la familia que habías imaginado? Deberás hacerte estas preguntas y responderlas lo más sinceramente que puedas.

Cuando consigas aceptar esa desagradable verdad, cualquiera que sea, el rencor estancado se transformará en dolor y comenzará a fluir hasta que, pasado un tiempo, acabará por diluirse.

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¿Cómo aceptar la homosexualidad de mi hijo?

A sus 19 años, mi hijo me ha confesado que es homosexual. Sé que le ha costado sincerarse y habrá supuesto una liberación para él hacerlo. Se lo agradezco, porque eso significa que confía en mí. Siempre me he considerado una persona de mentalidad abierta, aún así, creo que necesito ayuda para asimilarlo.
Nieves, Madrid

  • Querida Nieves: Creemos que deberías estar orgullosa de tu hijo y de ti misma, puesto que, como dices, el hecho de que haya podido contártelo habla del buen vínculo que has forjado con él.
  • Puede ser difícil de encajar al principio, pues para las personas de nuestra generación eso suele significar una ruptura con el modelo familiar al que estamos habituados. Sin embargo, sería deseable y enriquecedor para todos comenzar a escuchar a nuestros hijos, a estos jóvenes que han logrado deshacerse de los prejuicios que limitan nuestra capacidad de amar.
  • Si empezamos a prestarles atención, podremos aprender de ellos que el amor no tiene por qué atarse a normas arbitrarias. Dejemos que nos muestren cuán valioso y poderoso puede ser el amor, que nos enseñen que el verdadero pilar de la familia está en el afecto y el mutuo sostén, y no en las formas o la identidad sexual.

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Aprender a decir que no sin miedo

Me resulta muy difícil tolerar que los demás se puedan enfadar conmigo, aunque sepa que tengo la razón. No sé de dónde me viene este deseo de contentar a los demás. Quizá temo que me castiguen o que me puedan hacer el vacío. Esta actitud me ha comportado mucha angustia en el trabajo porque siento que no puedo decir que no a nadie. ¿Se puede dar la vuelta a esta manera de ser?
Cristina (e-mail)

  • Estimada Cristina: Por supuesto que puede modificarse un modo de conducirse, y más cuando se reconoce el problema y se quiere hacer algo al respecto. ¿Qué se necesita para llevar adelante el cambio? Pues identificar para qué “sirve” esa conducta.
  • En este caso, es probable que, como dices, trates de evitar que los demás te hagan el vacío, o dicho de otro modo, que no te quieran. Esta es, casi siempre, la principal dificultad a la hora de decir “no”. Pero es una perspectiva falaz; he conocido muchas personas que al empezar a decir “no” han descubierto que los demás lo aceptaban muy bien.

Es cierto que algunos vínculos pueden resultar dañados, pero ¿qué clase de vínculo es ese que solo se mantiene si accedo a todo lo que el otro me pide? 

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