Bucay responde: desarraigo. ¿Persigo mi vocación? Echo de menos a mis padres

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¿Cómo puedo valorar mi nueva vida?

Tengo 19 años y hace tres que vine de mi país a España para comenzar una nueva vida. He sufrido mucho debido a la soledad que conlleva empezar de nuevo en otro lugar. Aunque estoy muy agradecida por tener trabajo, salud y a mi familia, me siento muy sola y ello me impide disfrutar de muchas cosas. ¿Cómo puedo cambiar mi manera de pensar y disfrutar más de lo que tengo y no sentirme triste por aquello que no poseo?
Eva, Madrid

Querida Eva: El desarraigo es a menudo una experiencia muy dura en la que los sentimientos de soledad y desamparo son muy frecuentes.
Comenzar de nuevo puede intimidar mucho, pero también conlleva una gran posibilidad: la de reinventarte. Muchas veces nuestro pasado y lo que esperan quienes nos conocen funciona como una amarra, algo que nos ata a nuestras formas habituales de ser y de actuar. Tú tienes la posibilidad de desembarazarte de todo esto y de abrirte a nuevas experiencias.
Intenta utilizarlo a tu favor: explora nuevas actividades y círculos. Quizá la Eva que recuerdas no es la que puede desenvolverse mejor en este nuevo entorno.

Cuanto más te nutras de estas vivencias novedosas, más posibilidades tendrás de encontrarte con alguien tan interesante como la persona en la que te habrás convertido.

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Perseguir o no la vocación

Hace casi un año que terminé la carrera de biología. Desde entonces estoy buscando trabajo, pero no encuentro nada acorde a mis estudios. Empiezo a plantearme que tal vez debería abandonar mi sueño de ejercer mi profesión y aceptar la realidad; esto es, realizar un trabajo menos cualificado. Pero me duele renunciar a mi vocación, pues siento que, en lugar de avanzar, estoy dando un paso atrás. ¿Es esto así?
Carla, Barcelona

Querida Carla: De ningún modo creemos que aceptar un trabajo “menos cualificado” sea dar un paso atrás. A veces es necesario adaptarse a la realidad.
Sin embargo, esto no tiene por qué implicar renunciar a tus sueños. Hacerlo sí que podría considerarse un retroceso. Si determinado momento impone dar un rodeo para avanzar, no hay que empecinarse en caminar en línea recta.
Pero no pierdas de vista el lugar hacia el que quieres dirigirte. Nada impide que, mientras trabajas de otra cosa, sigas buscando el modo de insertarte laboralmente como bióloga.

Actualiza con frecuencia esta búsqueda; nunca se sabe cuándo puede surgir la vacante que tanto esperas.

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Tras la muerte de los padres

Mi padre murió hace cinco años y pronto hará tres del fallecimiento de mi madre. A pesar del tiempo transcurrido, me acuerdo mucho de ellos, me invade la melancolía y me siento muy triste. Además, no puedo pasear por los mismos sitios a los que iba con ellos, ya que lo paso muy mal. ¿Qué puedo hacer para sentirme mejor?
Fernando, Castellón

Querido Fernando: Tal vez te resulte un tanto paradójico, pero las mismas cosas que te entristecen podrían servirte de bálsamo.
Recordar a tus padres es un modo de mantener algo de ellos vivo. En lugar de sumirte en la melancolía por su ausencia, podrías encontrar cierto regocijo en comprobar qué hay de ellos en ti.
Por eso nos gustaría proponerte que no evites los lugares que solías frecuentar con ellos sino todo lo contrario: ve allí con toda intención, solo o con otros a quienes amas. Comparte las anécdotas de aquellos tiempos con quienes te rodean y te quieren bien. Puede traer consigo un gran alivio.

Mírate a ti mismo y atrévete a descubrir en ti sus gestos y actitudes. Quizás esto te lleve a no sentirte tan solo, a saber que ellos van contigo allá donde vas.

Envíanos tu consulta a mentesana@rba.es y la trataremos en los próximos consultorios.