Mi pareja y yo somos polos opuestos Soy una persona introvertida. Esto significa que muchas veces debo esforzarme en vencer mi timidez para estar con los demás, pero también que disfruto al estar sola. Mi pareja es la extroversión personificada y no entiende que a veces necesito esos momentos de soledad. Estamos bien en la relación, pero tengo miedo de que estas diferencias, con el día a día, se conviertan en un muro entre nosotros. ¿Qué puedo hacer? Marisa, Granada Estimada Marisa: Como sole­mos decir, no es necesario que ambos integrantes de una pareja coincidan en todo para que el vínculo funcione. Es más, el hecho de que tu mun­do y el suyo sean tan diferen­tes puede ayudaros a crecer como personas. Seguramente tú podrás aprender de él a sen­tirte menos amenazada por la presencia de otros , y él puede aprender de ti que la soledad también es un espacio valioso de crecimiento y encuentro con uno mismo. El que estas diferencias se conviertan en un muro entre vosotros o en un catalizador del desarrollo per­sonal del otro dependerá de lo que hagáis con ello. Si aceptáis lo valioso de vuestros distintos temperamentos e intentáis aprender de ello, vuestra pa­reja se fortalecerá a la vez que os potenciará como personas. Ayudar a superar una depresión tras un accidente Mi hermano sufrió un grave accidente el año pasado y desde entonces está muy deprimido. Yo le digo que debería estar agradecido y aprovechar esta nueva oportunidad, disfrutar de lo que tiene. Pero él solo dice que tal vez hubiese sido mejor que hubiese muerto. Él siempre ha sido algo pesimista, pero ahora su negatividad se ha acrecentado. ¿Qué puedo hacer para animarlo? Sonia, Albacete Estimada Sonia: Muchas veces, cuando alguien atraviesa una experiencia traumática –y más cuando esta lo pone frente a la muerte–, queda de algún mo­do impactado: no solo debe reponerse de lo ocurrido sino que también debe atravesar lo que podría haber sucedido . Creemos que esto es con lo que está lidiando tu hermano. Verse tan cercano a la muerte implica tomar clara concien­cia de la propia finitud, y eso es como morir un poco . Es un proceso muy íntimo , que cada quien atraviesa lo mejor que sabe o puede. Creemos que lo que puedes hacer es escuchar­lo y acompañarlo estando allí, sin empujarlo para que salga rápido de esto ni para que esté alegre nuevamente. Todo eso habrá de llegar, pero no sin an­tes atravesar este proceso. Cuando los amigos te decepcionan Doy mucha importancia a la amistad y, cuando conozco a alguien que me interesa, me entrego totalmente, lo idealizo y vivo intensamente esa amistad; pero, tarde o temprano, sufro un chasco. Ya son tres decepciones en un año y siempre es igual: me doy en cuerpo y alma, recibo una respuesta similar y, pasado un tiempo, me frustran o me decepciono. ¿Cómo puedo cambiar esta decepción? Alba, Zaragoza Querida Alba: La decepción y la frustración suelen ser finales bastante probables de la ideali­zación . Tarde o temprano todos fallamos y dejamos de encajar en los ideales que los demás pueden hacerse de nosotros. No en vano, Fritz Perls, padre de la terapia Gestalt, decía: “Yo no estoy en este mundo para llenar tus expectativas, y tú no estás en este mundo para lle­nar las mías”. Lo cierto es que si nunca has visto al otro como realmente era, nunca ha habido amistad. No puede existir sin un contacto auténtico con el otro. Una vieja e irónica frase dice: “Un amigo es aquel que te conoce de verdad y, a pesar de ello, te quiere”. Más allá de la broma, hay en ella una semilla de verdad: la amistad con quie­nes te han decepcionado es la que podía haber surgido tras tu frustración , tras haber conoci­do su verdadero rostro. Quizá debas pensar también acerca de tu entrega. Si sientes tanto malestar cuando el otro no te retribuye lo que das, es muy posible que no estés tan con­vencida de darlo. Para evitar tanto dolor, te sugerimos solo dar aquello que puedas ofrecer sin esperar nada a cambio. Envíanos tu consulta a mentesana@rba.es y la trataremos en los próximos consultorios.