Los campos de fútbol debería ser espacios para hacer deporte y para socializarse jugando. La salud y la alegría deberían reinar allí. Pero los campos de césped artificial provocan problemas ambientales y pueden perjudicar la salud de los futbolistas, sobre todo la de los pequeños.
Se prohibirá el granulado de goma en el césped artificial
En España hay más de 7.000 campos de fútbol con césped artificial de plástico que recurren al granulado de goma (neumáticos reciclados) para conseguir una superficie más blanda y apta para el juego.
Casi un millón de niños y jóvenes juegan en estos campos y todos ellos se llevan en las botas el granulado negro que se cuela dentro. El viento y la lluvia también lo arrastran lejos de los terrenos de juego y acaba en ríos, mares y campos.
Cada campo de fútbol necesita 100 toneladas de granulado y cada año hay que reponer 10 toneladas. Por eso junto a cada campo de futbol hay unos grandes sacos para reponerlo.
El fútbol es una de las principales fuentes de microplásticos
El problema ambiental es que este granulado se comporta en la naturaleza como un microplástico más. De hecho, se estima que los campos de fútbol son la tercera fuente de microplásticos, por encima de los cosméticos.
Por eso la Unión Europea ha decidido erradicarlo. La próxima directiva sobre residuos de plástico prevé la prohibición del granulado de goma que se emplea en los campos con césped artificial.
Muy probablemente el granulado ya no estará permitido a partir de 2022, aunque se permitirá una transición de 6 años para que los clubes puedan asumir el gasto que representa la inversión en una alternativa a la goma (las principales son el corcho, la arena y la fibra de coco).
Los campos de fútbol también son un riesgo para la salud de los niños
Por otra parte, además del problema ambiental está el riesgo para la salud de este granulado de goma. Un estudio científico español ha demostrado que el granulado de goma contiene cantidades elevadas de compuestos tóxicos, incluso cancerígenos.
María Llompart, investigadora y profesora titular del departamento de Química Analítica Nutrición y Bromatología en la Universidad de Santiago de Compostela, ha hallado en el granulado de goma hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y ftalatos. Estudios anteriores habían descubierto plomo, un potente neurotóxico.
Buena parte de los HAP son cancerígenos y son compuestos orgánicos volátiles que se evaporan de la superficie con el calor y pueden ser inhalados por los jugadores. Los ftalatos, por su parte, son conocidos disruptores endocrinos.
En Estados Unidos existen denuncia sobre la relación entre el granulado de goma y una mayor incidencia de leucemia y linfoma no-Hodgkin entre los jugadores de fútbol, sobre todo de los porteros.