Tener un perro o un gato es toda una responsabilidad. La edad promedio de un perro es de 10-13 años, mientras que, la de un gato, aumenta hasta los 15. Durante ese tiempo, la alimentación, los cuidados veterinarios y su salud mental recae sobre la persona o personas con las que convive.
Cuando una persona o una familia decide abrir su hogar a una mascota, tiene varias opciones para hacerlo. Una de ellas es la adopción de perros y gatos, una forma de dar una segunda oportunidad a esos animales que han sido abandonados o no han tenido la suerte de encontrar a una buena familia.
El proceso de adopción habitual en las asociaciones de animales
La adopción de perros y gatos se lleva a cabo a través de las asociaciones de animales. Estas son variadas y se encuentran en todas las ciudades españolas, incluso en pueblos. Algunas pueden disponer de ayudas del Gobierno, mientras que otras subsisten de las donaciones y el trabajo voluntario de muchos colaboradores que se animan a dedicar tiempo a cuidar y rescatar a los animales.
Pero, ¿cómo es el proceso de adopción habitual en una asociación? Como 'mamá' de dos mastines y un gato smoking (también llamados bicolor o tuxedo) al que le tuvieron que amputar una pata, la experiencia que he tenido pasa por una serie de fases. Estas son:
1. Comunicación con la asociación mostrando interés por el animal
El primer contacto que se tiene con la asociación es a través de la página web o las redes sociales, lugares donde publican a los animales que tienen a su cargo para buscarles una adopción. En la mayoría de los casos, solicitan que, aquellos interesados, les envíen un correo electrónico con el nombre de ese perro o gato para iniciar el procedimiento de adopción.
Sin embargo, esto no quiere decir que el animal pasa a estar automáticamente adoptado o reservado. En muchos casos, cada animal puede recibir varios solicitantes, sobre todo cuando son razas de moda o animales que llamen la atención.
2. Cumplimentación de cuestionarios enviados por la asociación
La asociación, una vez recibido el correo y pasado el primer filtro, envía una serie de cuestionarios a los posibles adoptantes.
Estos cuentan con varias páginas en las que se formulan diferentes preguntas acerca de la experiencia de la persona o familia sobre la tenencia de animales, el tipo de hogar que tienen y el conocimiento sobre las responsabilidades y futuro del perro o gato.
3. Entrevista personal con responsables de la asociación
Una vez rellenados los cuestionarios, y tras unos días en los que las personas responsables de la asociación leen esos documentos, si pasan el baremo establecido, se cita a las personas a una entrevista personal que puede ser presencial u online.
En ella se trata de ver cómo es la familia y que entiendan lo que significa tener un animal y las obligaciones que van a asumir al respecto, así como conocer un poco la casa en la que vivirá.
4. Decisión final
La decisión final de la asociación no tarda mucho en llegar. De hecho, es habitual que, al finalizar la entrevista, se pueda determinar si esta es apta o no para adoptar a ese perro o gato. Sin embargo, si hay varias familias interesadas en el mismo animal es posible que la asociación se tome su tiempo para elegir a la más indicada en base a las necesidades del perro o las necesidades del gato.
La asociación Arca Dejando Huella, de Almería, tiene un sistema similar a este: "Se hace publicación del animal y cuando preguntan le pasamos el protocolo de adopción (se explican los requisitos que pedimos y las condiciones que conlleva la adopción) y lo acepta, seguidamente le enviamos cuestionario para que lo rellenen y después por último la entrevista".
Desafíos a los que se enfrentan las asociaciones
A pesar de que las asociaciones ponen todo de su parte para encontrar un hogar a los perros y gatos abandonados, tanto pequeños como adultos, se encuentran con muchos inconvenientes a la hora de realizar su labor. "Los problemas con los que nos encontramos es que hay mucha gente que pregunta, pero a la hora de tener que rellenar cuestionario y los compromisos que tiene que tener con el animal adoptado, es cuando se lo piensan y no siguen adelante", comentan desde la asociación Arca Dejando Huella.
Eva, colaboradora en varias asociaciones, también ha aportado su punto de vista: "a veces la gente no se interesa por los animales por su color, por su tamaño, porque les falta algún miembro, aunque son plenamente funcionales, o tienen alguna enfermedad que requiere medicación. Otro problema es que la gente no quiere castrarlos o ponerles el chip, que es obligatorio, pero no quieren gastar tanto en el veterinario".
A pesar de estas situaciones, que a menudo son las que salen a la luz y frustran los ánimos de los responsables de las asociaciones, también hay finales felices: "El caso de los últimos perritos que se han adoptado ha sido muy complicado. Nos escribió una pareja pidiendo ayuda porque se habían encontrado dos cruces de Mastín de 4 meses. Es de estos casos que sabes que es difícil, pero que te ves con el compromiso de ayudar, y así lo hicimos. Una asociación de Barcelona nos iba a ayudar, pero se echaron para atrás dos días antes de viajar. Otra asociación nos quería ayudar y vimos que se nos demoraba en el tiempo y que se iban a hacer demasiado grandes, así que decidimos publicar en sitios que se suelen adoptar perros grandes como es el norte de España y las islas. Nos escribió una familia de Menorca y cumplió todos nuestros requisitos y la entrevista fue genial. Mi compañera hizo el viaje con ellos y están súper felices con una familia que ya tienen otra perra y viven en una casa con parcela", nos han contado desde la asociación.
Los animales adoptados a veces son abandonados o devueltos a la asociación
Esta situación no son casos aislados. En realidad, las asociaciones están muy pendientes los primeros días, semanas y meses de las familias, debido a que hay casos en los que estas se echan para atrás justo cuando van a recibir en el hogar a su mascota.
Pero también se enfrentan a la devolución de los animales adoptados, a veces con días de haberse ido, debido a la falta de conocimiento para una buena adaptación al hogar, a no entender las necesidades del animal o darse cuenta de que es una responsabilidad que requiere pasar tiempo con el animal.
"Nosotras intentamos que eso no llegue a pasar, por eso hacemos siempre el protocolo de adopción y la entrevista, pero si se llega a esa situación, tenemos que asumir que hay que buscarle una nueva familia", ha explicado la asociación.
En este caso, las asociaciones vuelven a hacerse cargo de los animales antes de que las familias decidan abandonarlos en la calle o que sufran situaciones más peligrosas que pongan en riesgo su salud o su propia vida.