Dar la espalda al mundo laboral lo antes posible y disfrutar de un retiro anticipado económicamente independiente suena bien. No es de extrañar que cada vez más personas se esfuercen por alcanzar este ambicioso objetivo. A menos que hayan acumulado una pequeña fortuna, para lograrlo, cada vez más personas están dispuestas a cambiar su estilo de vida y adoptar el frugalismo. Ahorrar, invertir y renunciar al consumismo son sus principales características.

¿Qué es el frugalismo?

El término frugalismo deriva del latin frugalitas, que significaba sobriedad, moderación. Un principio básico de este estilo de vida es ahorrar gran parte de los ingresos. Si es posible, también se realizan inversiones financieras.

La tendencia surgió en los Estados Unidos en 2008 con los llamados movimientos FIRE (Financial Independence, Retire Early, "independencia financiera, jubilación anticipada").

Los frugales se olvidan de salir a cenar, tomar un café fuera de casa, ir de compras, ir al cine o la peluquería o los costosos viajes de fin de semana.

En cambio, beben agua del grifo, cocinan y solo consumen lo que es realmente necesario, por nombrar solo los aspectos de ahorro obvios. Algunos frugalistas ni siquiera tienen una lavadora, pues lavan la ropa con el agua de la ducha a mano en el fregadero.

¿Cuál es la diferencia entre frugalismo y minimalismo?

Las dos formas de vida, el frugalismo y el minimalismo, comparten la misma idea básica: vivir sin consumir recursos y enfocarse en lo esencial.

La renuncia está en primer plano para ambos, pero de ninguna manera es vista como algo negativo. Más bien, ambos estilos de vida también tienen como objetivo obtener satisfacción de los logros íntimos, no de los materiales, y de apreciar lo que tienes.

La diferencia entre el frugalismo y el minimalismo es la motivación que hay detrás. En el frugalismo, el estilo de vida ayuda a lograr la independencia financiera. El enfoque del minimalismo, por otro lado, está más en distanciarse de la sociedad de consumo y practicar la sostenibilidad en todos los ámbitos.

Ahorra dinero, pero ¿cuánto?

La libertad financiera suena bien. Pero, ¿cuándo se puede hablar de tal independencia? No existe una definición única de libertad financiera, ni existe una cantidad específica que los frugalistas ahorran en promedio que pueda usarse como guía.

En el frugalismo se habla de independencia financiera tan pronto como los costos mensuales continuos de comestibles, alquiler, electricidad, etc. puedan pagarse únicamente con ahorros, ingresos por intereses y dividendos.

Es decir, cuando ya no se depende de un ingreso fijo a cambio del trabajo. Así que cada uno tiene que averiguar individualmente cuando ha alcanzado su propia libertad financiera.

Por lo tanto, si deseas vivir frugalmente, primero debes crear un plan financiero realista. Tiene sentido registrar los costos de consumo en curso por escrito durante varios meses. De esta manera, puedes ver cuánto dinero necesitas y cuánto puedes ahorrar cada mes.

Los frugalistas establecen un objetivo de ahorro. Para ello, consideran cuánto dinero quieren tener disponible cada mes en el futuro y cuántos años quieren vivir de los ahorros.

Sin embargo, al establecer una meta de ahorro, rápidamente queda claro que no es tan fácil. Porque cuánto se gastará cada mes en el futuro depende de factores externos e imprevisibles como la inflación y puede estar fuertemente influenciado por eventos relevantes (como el nacimiento de un hijo o una enfermedad grave). Además no se puede calcular la edad que llegaremos a alcanzar.

Así ahorran los frugales

Para lograr su objetivo de ahorro, los frugalistas ahorran en todas partes. Si bien los alimentos, el alquiler, los impuestos y los seguros no se pueden eliminar, hay muchas otras áreas en las que existe un gran potencial de ahorro.

Un principio es que las compras espontáneas no son posibles. Para consumir con más cuidado y gastar menos dinero, las personas frugales piensan en las compras a largo plazo.

Algunos se adhieren a la regla de los 30 días: si quieres algo después de un mes de reflexión, lo compras.

Pero hay muchas otras medidas de austeridad que juegan un papel en el frugalismo:

  • El uso de descuentos y ofertas especiales.
  • Revisión periódica de costes fijos, como seguros y suscripciones.
  • Planificación precisa de las compras.
  • Tomar prestadas materias primas en lugar de comprarlas.
  • Abandono de bienes de lujo.
  • Renuncia a un coche.

¿Todos pueden vivir frugalmente?

Aquellos que viven frugalmente ahorran del 50 al 80% de sus ingresos cada mes y lo invierten. Es obvio que no todo el mundo puede permitírselo. Para reservar una gran parte de los ingresos, primero debes tener suficiente dinero en tu cuenta.

Los frugalistas pertenecen en su mayoría a la clase media alta y, gracias a unos buenos ingresos (superiores a la media), pueden permitirse ahorrar el dinero suficiente para no tener que trabajar antes de que llegue la edad legal para la jubilación.