El Día Mundial del Agua se celebra todos los años el 22 de marzo para concienciar sobre la importancia del agua dulce y promover su gestión sostenible. Esta iniciativa fue establecida por las Naciones Unidas en 1993 y cada año se enfoca en un tema diferente relacionado con el agua.

El tema de este año 2023 es "Agua y Cambio Climático". La idea es destacar la importancia de tomar medidas para proteger los recursos hídricos del planeta frente a los efectos del cambio climático, como la escasez de agua, la sequía, las inundaciones y la degradación del agua.

En este contexto Naciones Unidas acaba de presentar un informe en el que alerta de que la escasez de agua seguirá afectando a miles de millones de personas en las próximas décadas por el ritmo actual de consumo y el impacto del cambio climático. 

Con el Día Mundial del Agua se busca promover la gestión sostenible del agua, asegurar el acceso al agua potable y saneamiento para todos, proteger los ecosistemas acuáticos y fomentar la cooperación internacional en la gestión del agua.

Día Mundial del agua: por qué es importante

Nuestro estilo de vida, y sobre todo de alimentación, determina nuestra "huella hídrica": el agua que consumimos en todos los aspectos de nuestra vida, en producir y consumir bienes, comida, servicios… Aunque más del 70% de la superficie terrestre está cubierta de agua, solo el 3% es agua dulce, la que necesitamos para subsistir.

Y de esta cantidad, el 2 % es inaccesible por hallarse en la atmósfera, en lugares demasiado profundos o estar contaminada. Así que 7.500 millones de personas han de subsistir con el 1% del agua accesible del planeta y compartirla con los otros seres vivos.

Mientras en algunos lugares nos permitimos una ducha diaria que consume 200 litros en diez minutos, tres de cada diez personas carecen de agua potable y disponible en el hogar, y seis de cada diez carecen de un saneamiento seguro, según informes de la OMS y Unicef.

En 2025, las estimaciones de la ONU son que el 30% de la población de 50 países diferentes se enfrentará a escasez de agua.

Hemos roto el equilibrio cíclico que permite mantener el agua dulce en una cantidad estable sobre la Tierra y está disminuyendo a un ritmo alarmante: la tasa de uso del agua, según Naciones Unidas, ha aumentado más del doble que la del incremento de la población en apenas cien años.

Cómo reducir el gasto de agua en casa

En el Día Mundial del Agua  se realizan campañas de sensibilización y concienciación sobre el uso responsable del agua, la importancia de su conservación y la necesidad de proteger los recursos hídricos. Además de promover las prácticas sostenibles en el uso del agua industrial y agrícola, también se anima a la población a tomar medidas desde los hogares:

Te damos algunas ideas para reducir el uso del agua en casa.

  • Al lavar los platos y ropa. Utilizar el lavavajillas y la lavadora solo cuando estén llenos. Utilizar productos de limpieza respetuosos con el medio ambiente para evitar contaminar el agua.
  • No desperdiciar el agua. No lavar el coche en casa, no utilizar el inodoro como papelera, reparar inmediatamente las fugas de agua.
  • Al ducharnos. Instalar un dispositivo de ahorro de agua en la ducha, darse duchas cortas en lugar de baños. Utilizar un balde para recoger el agua fría antes de que salga caliente en la ducha.
  • Al lavarnos los dientes o las manos. Cerrar el grifo mientras nos cepillamos los dientes o nos afeitamos, utilizar un vaso de agua para cepillarse los dientes en lugar de dejar correr el grifo, utilizar un balde para recoger el agua que se utiliza para lavarse las manos. Instalar grifos con cierre automático.
  • En el jardín. Regar el jardín temprano en la mañana o al final de la tarde. Utilizar plantas autóctonas que requieren menos agua.
  • Reutilizar el agua de cocer la pasta. El agua utilizada para cocer la pasta puede contener nutrientes como almidón, que pueden ser beneficiosos para las plantas. Por lo tanto, una forma de aprovechar el agua de la pasta es utilizarla para regar las plantas en el hogar o en el jardín. Limpiar: El agua de la pasta también se puede utilizar para limpiar diferentes superficies, como pisos o baños, siempre y cuando no contenga sal o aceite. También se puede usar para cocinar otros alimentos, como arroz o sopas, siempre y cuando se tenga en cuenta que puede contener almidón y otros residuos de la pasta.
  • Recoger el agua de la lluvia: La lluvia es una fuente gratuita de agua que se puede utilizar para diferentes usos. Se pueden instalar sistemas de recolección de agua de lluvia en los tejados o terrazas, y almacenarla en tanques o recipientes para su uso posterior. El agua de la lluvia es ideal para regar plantas y jardines, ya que no contiene cloro ni otros químicos que pueden ser dañinos para ellas. Además, al utilizar agua de lluvia se reduce el consumo de agua potable. También se puede utilizar para limpiar diferentes superficies, como pisos o vehículos, ya que no contiene químicos y es más suave que el agua potable.
  • Reutilizar el agua de cocer las patatas.  El agua de cocción de las patatas puede ser utilizada como líquido para hacer pan o cualquier tipo de masa, así como base para hacer salsas o sopas. Además, el agua de cocción de las patatas contiene nutrientes como potasio, que son beneficiosos para el crecimiento de las plantas. También contiene nutrientes que pueden ser beneficiosos para la piel. Por ejemplo, se puede utilizar para hacer baños de pies o como tónico facial. Asimismo, el agua de cocción de las patatas también se puede utilizar para limpiar diferentes superficies, como platos o cubiertos.

Cuánta agua malgastamos cada día

A diario, utilizamos diez mil millones de toneladas de agua dulce en todo el mundo.

En España, consumimos "solo" 132 litros por habitante y día, pero nuestra huella hídrica general es de 6.700 litros por persona y día (lo que representa 2.461 m3 al año), una cifra muy superior a la media (que está en 1.400 m3 por persona) y la segunda mayor huella hídrica de Europa, por detrás de Portugal.

¿Es útil el veganismo para gastar menos agua?

Una persona con una dieta carnívora gasta de 4.000 a 5.000 litros de agua al día. Un vegetariano emplea unos 2.600 y un vegano, unos 800 litros. La comparación del agua requerida para producir una hamburguesa de 200 gramos de carne o vegana es incluso más reveladora:

  • Hamburguesa de carne: supone usar 2.400 litros.
  • Hamburguesa vegana: supone solo usar unos 350 litros.

Como elemento básico para la vida, ¿podemos permitirnos el lujo de malgastarla, envenenarla o mercantilizarla?

El gran agravante, el cambio climático

Son muchos los factores por los que se desperdicia agua: además del uso excesivo, hay que añadir la contaminación, los conflictos, la distancia hasta las fuentes de agua y las fugas, roturas y averías en la red, fraudes y pozos ilegales, riegos con tecnologías nada eficientes, cultivos poco apropiados para el clima, sequías…

La mala gestión y el nulo control son los más vergonzantes por evitables: "Más de un millón de pozos ilegales extraen el equivalente en agua al consumo de 118 millones de personas", explica Julio Barea, de Greenpeace.

A eso hay que añadir el cambio climático, que en España supone un incremento de las sequías estacionales, más intensas, y que pone en peligro cultivos y ecosistemas naturales.

La aportación media de agua a los cauces de los ríos ha descendido un 14,3%, según Ecologistas en Acción en el informe "Transformar el mundo, no el clima". En la demarcación del Segura, hasta el 40%. En la cabecera del Guadiana, en el Ebro y en las cuencas catalanas se ha perdido una quinta parte en solo diez años.

El impacto de la agricultura en el consumo de agua

El gran problema en España es que el 82% del agua se destina a regadío, que en vez de adaptarse a los nuevos tiempos de escasez venideros sigue aumentando su extensión: se ha autorizado un incremento del 17%, algo incompatible con la lucha contra el calentamiento global

Aunque hay medidas de ahorro actualmente en marcha (modernización de regadíos, reutilización de aguas residuales…), no son suficientes: habría que sustituir algunos cultivos por otros menos consumidores de agua y reducir el regadío en al menos un millón de hectáreas, concluye Ecologistas en Acción.

Además de restringir el consumo de agua en el sector urbanístico y turístico (con sus piscinas y campos de golf).

Disponer de agua suficiente y saludable es un derecho humano reconocido por la ONU. Sin embargo, nos enfrentamos al problema de su privatización. "El agua, por ley, es dominio público hidráulico. Es decir, es pública", explica Quim Pérez, de la organización Aigua és vida y Ecologistas en Acción. "Entonces, la gestión, también por ley, está encomendada en todas sus competencias a los ayuntamientos."

¿De quién es el agua?

Teóricamente el agua es pública, pero la trampa son las externalizaciones y concesiones por décadas a empresas privadas para que hagan la gestión. "Se contrata una empresa que hace negocio con el agua y llega un momento en que el alcalde pierde el gobierno del agua y la información", denuncia Pérez.

Para las empresas privadas, "los ciudadanos no son usuarios, son clientes", explica Quim Pérez, y añade que, mientras en todo el mundo, el 80% de la gestión es pública y en Europa representa el 60%, en España ese porcentaje es solo del 53% y, en comunidades como Cataluña, apenas el 20% es de gestión pública.

Por eso, la nueva batalla de los ciudadanos y sus ayuntamientos es la de recuperar el agua para que deje de ser una mercancía en manos de especuladores. En ese sentido, la tendencia es clara: remunicipalizar el agua es una batalla que se va a ir ganando en los próximos años, a pesar de las presiones e, incluso, de las amenazas. Es cuestión de vida.