Hablamos con el prestigioso investigador médico Jordi Sunyer, codirector del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Pompeu Fabra.
La mayor parte de sus trabajos de investigación, realizados en colaboración con científicos internacionales, tratan del asma y la EPOC, la contaminación del aire y las enfermedades cardiorrespiratorias, y los efectos de los contaminantes sobre el desarrollo neuroconductual en los primeros años de vida de los niños.
Insospechadas enfermedades provocadas por la contaminación del aire
—Todos relacionamos la contaminación casi exclusivamente con problemas respiratorios, pero lo cierto es que provocan muchas más enfermedades y trastornos. ¿Cuáles son los más insospechados?
—Por lo que sabemos hoy, la primera enfermedad que causa es el ictus y la segunda, el infarto de miocardio.
La tercera ya sería la EPOC, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
—¿Cuáles son los contaminantes más problemáticos y sus emisores? ¿Estamos hablando solo del tráfico rodado?
—La parte particulada del aire es más tóxica que los gases. En las ciudades las partículas respiratorias provienen del tráfico en su mayoría, pero también de la industria y de la combustión de calderas.
A nivel global, la agricultura intensiva es una de las fuentes principales de partículas respirables.
¿Qué se puede hacer para prevenir?
—Aparte de las medidas que tímidamente toman algunos organismos oficiales, ¿existe algún tipo de prevención que esté en nuestras manos?
—A nivel individual es recomendable hacer una ingesta de frutas y verduras por su capacidad antioxidante, aunque la evidencia de su efectividad no es muy cierta.
Al hacer ejercicio físico lo preferible es que se escojan vías con poca contaminación (o sea, con poco tráfico), entendiendo que en general no es aconsejable dejar de hacer ejercicio por culpa de la contaminación.
Sobre las mascarillas, solo las profesionales impiden la incorporación de las partículas finas, y estas son caras y poco prácticas.
—¿Escaparse más a la montaña o al campo es una forma de contrarrestar este grave problema de salud?
—El contacto con la naturaleza tiene beneficios sobre la salud en general y sobre la salud mental en particular más allá de la contaminación. Además, los espacios verdes en las ciudades contrarrestan la contaminación por la capacidad de la vegetación de captar partículas y de hacer de muro de los contaminantes.