El doctor Marco F. Payá, especialista en enfermedades dolorosas y miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York, padeció hipersensibilidad a la electricidad, lo que le llevó a indagar y a divulgar sobre esta nueva patología –relacionada con las radiaciones electromagnéticas generadas por móviles, redes wifi, ordenadores y demás aparatos electrónicos– que puede afectar hasta a cuatro millones de españoles. Los síntomas pueden ir desde dolor de cabeza y cansancio a problemas graves inmunitarios o nerviosos.

–¿Cómo descubrió que era sensible a las radiaciones artificiales de los aparatos electrónicos?
–Cuando compré mi primer ordenador, en 1988, empecé a encontrarme muy mal, con cefaleas y problemas cutáneos. Al mismo tiempo, descubrí que en una central nuclear francesa, cerca de la que yo vivía en esa época, los ingenieros tenían el mismo problema de encontrarse mal ante los ordenadores hasta que empezaron a usar un sistema inventado y desarrollado por el equipo científico del físico Maurice Fillion-Robin y ahí empezó mi aventura en esta investigación.

–¿A qué se deben los efectos negativos de esas radiaciones?
–Las bajas frecuencias que modulan las microondas portadoras son las mismas que se aprecian en la comunicación intercelular y también las que permiten a las abejas comunicarse con su colmena; por eso se desorientan cuando hay una antena de telefonía móvil cerca.

–¿Pasa algo similar con las personas?
–Entre las células del organismo humano hay una comunicación electromagnética previa a la comunicación química. Eso significa que, si hay una interferencia electromagnética esa comunicación se puede bloquear o puede afectar al intercambio bioquímico. Además, estudios como los de la doctora Reba Goodman de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), han comprobado la alteración en el ADN de la mosca del vinagre, que es el animal que se emplea en los estudios genéticos.

–¿En qué consiste la oscilación magnética de compensación?
–Es una tecnología de protección que incluye una solución salina cargada con frecuencias electromagnéticas y que crea un espacio en el cual la persona recibe las ondas de los aparatos o antenas pero sus procesos biológicos no se ven afectados por esto. Es decir, se consigue que las ondas sean biocompatibles.

–¿Qué alcance tiene la protección?
–Depende del dispositivo. Por ejemplo, el Multifunción 04 es un pequeño cono que cubre 100 metros cuadrados contra cualquier tipo de ondas. Hay otro modelo específico para ordenadores y otro para móviles, porque las frecuencias son diferentes.