Que seamos alérgicos, engordemos o acabemos desarrollando diabetes o incluso cáncer puede tener mucho que ver con haber tomado demasiados antibióticos, advierte Martin J. Blaser, médico y microbiólogo que se halla al frente del Programa Microbioma Humano de la Escuela de Medicina de Nueva York.

El doctor Martin J. Blaser es la principal autoridad mundial en el conocimiento de los efectos secundarios de los antibióticos.

Tomar más antibióticos de los necesarios está provocando enfermedades

–Ha emprendido una batalla contra los antibióticos.
–Para nada. No estoy en contra, sino todo al contrario, a favor. Pero, y esto es muy importante que quede claro, siempre que se usen de forma correcta. ¡Salvan vidas! El problema es que en la mayoría de ocasiones se administran en casos en que no hacen falta.

–¿Por qué?
–En esto, cada médico es un mundo. Hay infinidad de situaciones que dependen de la interpretación del médico, pero está claro que, en general, administramos demasiados antibióticos. En Estados Unidos, entre el 60 y el 80% de los antibióticos que toman los niños no son necesarios.

–Es una cifra muy elevada…
–¡Por supuesto! Tanto los médicos como los ciudadanos creen que no pasa nada por tomarlos, que no tienen un coste para la salud. Pero nuestro trabajo demuestra que sí hacen daño, porque aumentan el riesgo de sufrir enfermedades a lo largo de la vida. Y tengo un ejemplo en casa.

–Cuéntenos.
–Cuando mi hija era pequeña, padecía unas infecciones de oído tremendas. Su pediatra le recetó muchos antibióticos para acabar con aquellas terribles infecciones. Y yo no dije nada, porque estábamos convencidos de que calmarían su dolor y evitarían complicaciones. Pero ojalá no lo hubiera hecho.

–¿Por qué?
–Mi hija es celíaca. La ingesta de muchos antibióticos durante los primeros años de vida incrementa el riesgo de desarrollar celiaquía. Hay otros factores que pueden influir, como el nacimiento por cesárea, alimentar el bebé con leche de fórmula, los medicamentos que se le administran… Todo esto influye sobre la microbiota.

–¿Qué pasa con la leche de fórmula?
–No sirve para alimentar la microbiota. La leche materna contiene urea, una sustancia que los bebés no pueden digerir, pero las bacterias beneficiosas de su intestino la necesitan para desarrollarse.

"La leche de fórmula y los antibióticos perjudican la salud futura de los bebés"

–¿Cómo empezó a sospechar de los antibióticos?
–Un día recordé que los granjeros los utilizaban para engordar el ganado y me di cuenta de que estábamos haciendo lo mismo con nuestros hijos. La administración de antibióticos y la obesidad infantil y adulta están relacionados. Los controles que hacen las autoridades sanitarias a menudo muestran que hay restos de antibióticos tanto en la leche como en la carne.

–¿También afectan al desarrollo del sistema inmunitario?
–Sí. una función de la flora intestinal es entrenar a nuestro sistema inmunitario. Si matamos estas bacterias con los antibióticos, nuestras defensas se ‘mal educan’. Como consecuencia aumentan las alergias y las enfermedades metabólicas.

–También se asocia con el síndrome de intestino irritable o la enfermedad de Crohn.
–Así es. Cada dosis de antibióticos que recibe un niño aumenta el riego.

–¿Los probióticos ayudan?
–Podrían ayudar a regenerar la microbiota intestinal, pero por el momento carecemos, en mi opinión, de buenos probióticos. Además de diseñar nuevos probióticos, también es importante que diseñemos mejores fármacos, más enfocados a actuar sobre bacterias específicas, minimizando los daños colaterales. Confío en que dentro de unos años, cuando seamos capaces de entender la microbiota, analizaremos las heces de un niño, identificaremos los microorganismos que le faltan y le administraremos el probiótico adecuado.