En el municipio de Hellín, en Albacete, se encuentra la macrogranja de porcino más contaminante de España. Observando la explotación desde el cielo, el motivo de que sea tan contaminante resulta evidente: unas enormes balsas de purines ocupan una extensión similar a la de 18 estadios de fútbol. Son 13.000 m2 llenos de los excrementos que generan los 150.000 cerdos que pueden llegar a malvivir en esta granja.
Un abono peligroso
Estos desechos suelen ser utilizados como fertilizante de campos cercanos, una práctica que puede acarrear consecuencias nefastas para el medio ambiente. Una de estas consecuencias es la contaminación de aguas superficiales y acuíferos.
Como las tierras de cultivo no son capaces de absorber todos los nitratos presentes en los purines, los nitratos acaban también en las aguas subterráneas, pudiendo contaminar incluso las destinadas a consumo humano.
En Aragón cerca del 18 % de los municipios están contaminados por los purines y en algunas escuelas de Huesca los estudiantes no pueden beber agua de las fuentes del patio. En Cataluña, el 41 % de los acuíferos están contaminados debido a los purines y 142 municipios sufren problemas de abastecimiento de agua.
Un problema que llega al mar
El exceso de nitratos presente en las aguas fluviales y subterráneas llega hasta los mares, generando las denominadas áreas muertas, zonas hipóficas (sin oxígeno) en las que la vida marina es imposible.
El aumento del número de áreas muertas en las últimas décadas ha sido abrumador y han pasado de ser 45 en la década de 1960 a 700 en la actualidad. Este avance imparable representa una amenaza existencial para los ecosistemas marinos y, en consecuencia, para la vida.
Una de las mayores zonas muertas del mundo se halla en el Golfo de México y tiene una extensión similar a toda la Comunidad Valenciana. En 2018, la organización Mighty Earth acusó a las empresas cárnicas JBS, Tyson y Cargill de ser las principales culpables de esta catástrofe medioambiental. El motivo eran los casi 220 millones de toneladas de desechos animales sin tratar que habían vertido al río Mississippi ese año.
En España, en 2019 vimos cómo las orillas del Mar Menor se llenaban de peces muertos por la eutrofización del agua. Uno los responsables fue la alta concentración de nitratos en el subsuelo, en parte ocasionada por los incumplimientos en gestión y almacenaje de purines en más del 90% de las granjas inspeccionadas.
Abandonar la carne
Con todas estas evidencias, no es de extrañar que la FAO sostenga que la ganadería es probablemente la mayor fuente de contaminación del agua. Nuestro consumo de productos animales contamina uno de los recursos más preciados de la Tierra. Apostar por una alimentación cada vez más vegetal ayudará a que podamos seguir llamando a este planeta el Planeta Azul.