En un discurso emocionado y emocionante, Greta Thunberg, líder del movimiento mundial de jóvenes por el clima, acusó a los líderes mundiales de "traición" por hacer poco para luchar contra el cambio climático y les advirtió de que los jóvenes traerán el cambio, les guste o no.
"Os estaremos vigilando" fue lo primero que dijo Thunberg y algunos asistentes reaccionaron con risas condescendientes como si fuera una broma o para romper el hielo, pero estas risas se cortaron de inmediato cuando continuó hablando, visiblemente enfadada, con los ojos llorosos y la voz quebrada durante 5 minutos demoledores.
"¡Cómo os atrevéis!"
Thunberg acusó a los mandatarios por haberle robado sus sueños de infancia con sus palabras vacías. Si hubieran hecho su trabajo, ella no debería estar lejos de su casa hablando en la ONU en nombre de los jóvenes.
Acusó a los líderes mundiales de pensar solo en el dinero, en el crecimiento, cuando "estamos a las puertas de una extinción masiva de especies" y cuando muchas personas sufren o están muriendo a causa del calentamiento.
Recriminó a los mandatarios que aseguraran que entienden la urgencia cuando en realidad no hacen nada y miran para otro lado. "¡Cómo os atrevéis!", les espetó.
Thunberg marcó la raya, el Rubicón, que los gobiernos deben atreverse a cruzar. "Aquí y ahora es donde debemos dar un paso adelante", dijo la activista sueca de 16 años en el inicio de la Cumbre sobre Acción Climática convocada por el secretario general de la ONU, António Guterres.
"Estamos empezando a entender la magnitud de la traición"
Y si los dirigentes políticos no toman decisiones acertadas, "nunca se lo perdonaremos". "Nos están fallando, pero los jóvenes están empezando a entender la magnitud de su traición", dijo.
Thunberg mostró optimismo con la reacción de los jóvenes y pesimismo con la de los adultos, al menos la de los políticos. Sus palabras fueron muy poco habituales en un lugar donde prima la diplomacia al predecir que la cumbre no concluirá con planes nuevos y radicales para cortar las emisiones de CO2 y evitar las consecuencias desastrosas del cambio climático.
"Un riesgo del 50% no es aceptable"
Thunberg no transmitió únicamente un mensaje emocional. Bajó a los datos y discrepó de los objetivos que se plantean la ONU y los países más supuestamente comprometidos.
"La idea de reducir nuestras emisiones a la mitad en 10 años solo nos da un 50% de posibilidades de mantenernos por debajo de los 1,5 grados y existe el riesgo de que se produzcan reacciones irreversibles más allá del control humano. Quizás un riesgo del 50% sea aceptable para ustedes. Además cuentan con que mi generación absorba cientos de miles de millones de toneladas de su CO2 con tecnologías que apenas existen. Un riesgo del 50% simplemente no es aceptable para nosotros, que tenemos que vivir con las consecuencias", argumentó.
"Hoy no se presentarán soluciones o planes en consonancia con estas cifras [sobre la evolución de las emisiones]. Porque estos números son demasiado incómodos. Y ustedes todavía no son suficientemente maduros como para decir las cosas como son", recriminó.
Nada nuevo por parte de los políticos
Después de Thunberg hablaron más de 70 jefes de gobierno y directivos de empresas que se empeñaron en darle la razón: muchas palabras de comprensión, pero pocos compromisos auténticos con medidas eficaces.
Por ejemplo, el primero ministro de la India, Narendra Modi, que pasa por estar muy comprometido con el control del calentamiento, anunció planes para potenciar las energías renovables... pero no dio un plazo al fin del carbón en su país, algo que reclama insistentemente António Guterres.
La canciller Angela Merkel si ofreció una fecha: 2038, un año que se antoja muy lejano para los ecologistas. Además Merkel explicó que Alemania reducirá sus emisiones un 55% en 2030 y alcanzará la neutralidad en 2050, tal como propone la ONU.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, apoyó el plan alemán y lo propuso como objetivo para toda Europa. Un total de 66 países se han comprometido con este objetivo, según la ONU, pero no existe ninguna garantía de que vayan a cumplir y, en cualquier coso, puede ser insuficiente, como explicón Thunberg.
España es uno de estos países. El presidente Pedro Sánchez anunció que en 2030 el 74% de la electricidad generada en el país vendrá de fuentes renovables y en 2050 será el 100%. Sin embargo, la realización de sus planes está paralizada porque no se ha formado gobierno.
Países importantes que no se comprometen
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que niega el cambio climático por causas humanas, no habló y solo apareció durante los parlamentos de Merkel y Modi.
Sin el compromiso de países como Estados Unidos, Rusia o Brasil, la timidez de China, que no ha aportado nada nuevo en esta cumbre, y la renuencia de muchos otros países es prácticamente imposible que se alcancen las metas propuestas por la ONU y mucho menos por los ecologistas o por Greta Thunberg.
No se puede decir que los políticos hayan recogido el guante lanzado por Greta Thunberg y por millones de jóvenes en las calles, que volverán a manifestarse el próximo viernes 27. A los mandatarios tampoco les han afectado las olas de calor del pasado verano, los informes sobre pérdida de la biodiversidad, los incendios en el Amazonas, la desaparición de permafrost o el aumento del nivel del mar.