En España ya hay 33 millones de cerdos, un número que aumenta año a año gracias a las macrogranjas que proliferan por toda la península.

¿A qué nos referimos con macrogranjas? Son grandes instalaciones de ganadería industrial o intensiva donde se hacina un gran número de animales para la producción de carne o derivados como leche o huevos. Su objetivo es producir mucho, rápidamente y al menor coste.

La ganadería industrial representa un grave peligro para nuestra salud y para el medioambiente. Greenpeace ha presentado el informe “Macrogranjas, veneno para la España rural. Efectos ambientales de la ganadería industrial”, que pone cifras a un problema cada vez más alarmante.

Una explotación ganadera por kilómetro cuadrado

En España hay un total de 507.020 explotaciones ganaderas activas, lo que significa que existe una explotación ganadera por kilómetro cuadrado.

El sector porcino es el mayor, con casi 33 millones de cerdos en 2020, y el que más ha crecido en los últimos 6 años, un 21,5%. La ganadería industrial vacuna y avícola también se ha disparado en los últimos años.

Aragón es la comunidad con un mayor número de cerdos, 8,8 millones. En 2020 había 184 cerdos por km2 frente a 28 personas por km2.

Más de 910 millones de animales sacrificados

En 2020 se sacrificaron en España más de 910 millones de animales para consumo humano.

Estamos sacrificando más de 1700 animales cada minuto”, explica Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace.

Preocupa especialmente el crecimiento en los últimos años. Entre 2016 y 2020, la producción total de carne aumentó un 16,2%.

También hay que recordar las condiciones infames en las que viven confinados los animales en las macrogranjas, sin apenas espacio para moverse y alimentados de forma permanente dentro de instalaciones bajo condiciones estrictamente controladas por los seres humanos. Incluso en aquellas en las que pueden salir al exterior, no tienen acceso a pastos o a un espacio suficiente.

Contaminación del agua por nitratos

Más del 75% de España está en riesgo de desertificación y el 70% de las demarcaciones hidrográficas españolas presentan niveles de estrés hídrico alto o severo.

A esta escasez se suma el hecho de que la ganadería intensiva y los purines que genera contaminan las aguas subterráneas y superficiales de nuestro país.

En solo 4 años, la contaminación del agua por nitratos ha aumentado un 51,5% en nuestro país. Actualmente un 24% de la superficie total de España está afectada.

La España Vaciada es también la España olvidada en el control de la contaminación del agua”, asegura Ferreirim.

Desde Greenpeace denuncian la falta de controles suficientes de la calidad del agua y han puesto en marcha una red ciudadana de vigilancia de la contaminación del agua por nitratos en el ámbito estatal que ha detectado niveles de riesgo en el 51,2% de las mediciones tomadas entre abril y septiembre de 2021.

¿Quién va a querer venir a los pueblos si no podemos abrir las ventanas ni el grifo?”. Así resume la crítica situación que se vive en las zonas rurales Inmaculada Lozano, agricultora y portavoz de la Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial.

Y no solo son los nitratos, también preocupa la emisión de amoniaco, del uso desmesurado de antibióticos…

Emisiones de gases de efecto invernadero

La ganadería industrial tiene gran parte de responsabilidad en el cambio climático.

Un reciente estudio publicado en la revista Nature estima que el 19% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero está provocado por la ganadería, una cifra que supera mucho el 14,5% que se estimaba hasta ahora.

En España, el sector agrario es de los pocos que incrementó sus emisiones en el 2020, en gran medida debido a las emisiones provenientes de la ganadería.

  • El sector agropecuario es ya el tercer mayor responsable de las emisiones en España con un 14% del total estatal. De estas, la ganadería es responsable del 65%.

El sector porcino es responsable del 50% de las emisiones de la ganadería, seguido por el vacuno con un 34% y el de aves de corral con un 14%.

Por comunidades autónomas, Cataluña, Galicia y Castilla y León son las que tienen una mayor responsabilidad en la crisis climática a través de la producción cárnica.

Despoblación de las zonas rurales

A pesar de lo que argumenta la industria cárnica para expandir sus macrogranjas, “la ganadería industrial no es la solución a la despoblación”, asegura el responsable de agricultura de Greenpeace.

De acuerdo con el reciente informe de Ecologistas en Acción “Ganadería industrial y despoblación” en las últimas dos décadas el 74% de los municipios con mayor carga porcina intensiva han perdido más población o han ganado menos que municipios con características similares, pero sin este tipo de ganadería.

Medidas urgentes

Por todo ello, desde Greenpeace reclaman la puesta en marcha inmediata de las siguientes medidas:

  • Una moratoria a nivel estatal y regional de la ganadería industrial. “No queremos ni nuevas explotaciones ni que se amplíen las que existen actualmente”, señala Ferreirim.
  • Reducir el número de animales en intensivo en un 50% hasta 2030 y apostar por una transformación del modelo productivo.
  • Que la nueva legislación sobre nitratos sea suficientemente ambiciosa para que sea un freno al avance de la ganadería intensiva y se proteja el agua limpia.
  • Que se establezca una carga ganadera máxima de 1,5 unidades de ganado mayor por hectárea a nivel provincial.
  • Que se establezca un impuesto en origen a las emisiones contaminantes de la ganadería industrial. “Quien contamina, paga”, piden desde Greenpeace.
  • También es fundamental reducir drásticamente el consumo de carne en España. “Somos el país de la Unión Europea que más carne consume por persona”, explica Ferreirim.
  • Prohibir la publicidad de los productos alimentarios insostenibles tales como los provenientes de la ganadería industrial y también de los que no son saludables (según declara la propia Organización Mundial de la Salud), como las carnes rojas y las carnes procesadas.