Los microplásticos y los contaminantes que desprenden las bolsas de plástico son una gran amenaza para la salud de las personas y para el medio ambiente. Las bolsas de bioplástico, fabricadas a partir de materias primas vegetales, se presentan como una alternativa a las derivadas del petróleo, pero en realidad acaban convertidas también en microplásticos, pues no se biodegradan como prometen.
El estudio realizado en la Universidad de Plymouth (Reino Unido) no deja lugar a dudas. Tomaron cinco bolsas, cuatro de ellas de bioplástico "biodegradable" y una de plástico convencional, y comprobaron que las primeras efectivamente se descomponen... siempre que se den unas condiciones ideales: de 50 a 60 ºC de temperatura y determinado margen de humedad y acidez. Esto se puede conseguir en una planta industrial, pero no en la naturaleza (el mar o la tierra), que es el destino habitual de las bolsas.
Las bolsas de "bioplástico" estaban casi intactas a los tres años
Para saber lo que pasa realmente con estas bolsas, los investigadores las enterrarn en la tierra o las sumergieron en agua de mar, bajo la acción del aire y el sol. El resultado fue que las bolsas de "bioplástico" empezaron a degradarse a los nueve meses, igual que una bolsa de plástico convencional.
En teoría se deberían haber descompuesto y confundido con la tierra en tres meses, como los restos de frutas y verduras, pero no fue así. El estudio británico llegó a la conclusión de que también el plástico biológico degradable acaba convirtiéndose en microplásticos.
De las cinco bolsas, cuatro (tres de "bioplástico" y una de plástico normal) perdieron color, pero a los tres años se mantenían prácticamente intactas y eran capaces de soportar el peso de una compra. La única excepción fue una bolsa "compostable", que en tres meses se había desintegrado en el mar o no era capaz de soportar el peso de un tetrabrik al desenterrarla.
¿Qué es el "bioplástico"?
No existe una protección legal para el término "bioplástico". Con esta palabra se pueden calificar productos fabricados a partir de almidón de patata o maíz o de una mezcla entre materia vegetal y polímeros derivados del petróleo. Y no tiene obligación legal de ser realmente biodegradable. En resumen, se puede deducir que su fabricación es más sostenible que el plástico normal, pero su degradación no es óptima.
Otra cosa es el "bioplástico" compostable, al menos según el estudio de la Universidad de Plymouth.
¿Qué se puede hacer?
Lo mejor es rechazar cualquier bolsa, sea de plástico o de "bioplástico", al menos que su uso sea imprescindible. Para las basuras, lo mejor son las bolsas compostables, al menos para la basura orgánica.
Para el resto de usos, lo más apropiado son las bolsas de tela. Y si cae en tus manos una bolsa de plástico, si puedes darle un uso siempre será mejor que tirarla. Todo lo que se usa muchas veces tiene valor ecológico.