Solo en España 7,7 toneladas de alimentos van a parar cada año al cubo de la basura y la mayor parte procede de los hogares, aunque también se tiran grandes cantidades de alimentos durante los procesos de fabricación y en el sector de la restauración.
Además de tomar medidas a la hora de comprar, preparar y conservar los alimentos, podemos apoyar diferentes iniciativas que promueven un mejor aprovechamiento de alimentos que, de otro modo, acabarían desperdiciándose. Particulares, productores, comercios, restaurantes... todos podemos aportar nuestro granito de arena.
Proyectos, asociaciones y apps contra el derroche alimentario
Antes de tirar alimentos, piensa en algunos de estos proyectos o asociaciones y colabora con ellos. También puedes hacerte con apps para móvil que te ayuden a gestionar tus excedentes con recetas creativas o a encontrar ofertas de alimentos o platos preparados en comercios o restaurantes que no han tenido salida durante el día.
1. Bancos de alimentos
En 2016, la Federación Española de Bancos de Alimentos y sus 56 bancos de alimentos asociados distribuyeron 154 millones de kilos de alimentos, que sirvieron de ayuda a más de millón y medio de personas.
Existen bancos de alimentos distribuidos por todo el país, al menos uno en cada provincia, y cuentan con la colaboración de unos 3.000 voluntarios.
Los bancos de alimentos se encargan de canalizar los excedentes de alimentos donados por la industria agroalimentaria, supermercados, restaurantes, hoteles, comedores escolares, ferias y otras actividades empresariales a través de entidades asistenciales y de ayuda social homologadas y registradas oficialmente por las Administraciones hacia los sectores sociales más desprotegidos.
2. Neveras solidarias
La primera nevera solidaria la puso en la calle la Asociación Humanitaria de Voluntarios de Galdakao (Bizkaia), y hoy hay 21 en el territorio español, cuidadas por voluntarios.
Son neveras que se ponen en la vía pública de las ciudades con una pequeña valla o en la sede de una institución social para que las personas en situación de riesgo social no tengan que coger la comida de un contenedor.
Supermercados, agricultores, restaurantes, particulares (en tápers y etiquetados, con fecha de consumo preferente)… dejan sus excedentes para que quienes lo necesiten puedan recogerlos. A veces se vuelven a llenar tres veces en un día.
Cada una de estas neveras evita que de 200 a 300 kg de comida acaben en el vertedero y que las personas más vulnerables pasen hambre.
Puedes ver más información sobre cómo funcionan y dónde se encuentran aquí.
3. Recolectores al rescate de frutas y verduras
Los voluntarios de Espigoladors luchan contra el despilfarro alimentario desde 2014 y para crear oportunidades más dignas para las personas vulnerables. Lo que hacen es recoger en los campos frutas y verduras que, por su mal aspecto o tamaño, no pueden venderse y que, de otro modo, acabarían tirándose pese a ser aptas para el consumo.
El 95% de estas frutas y verduras "rescatadas" lo canalizan hacia entidades benéficas locales.
Con el 5% restante elaboran mermeladas artesanales bajo la marca Es Im-perfect, de fruta y verdura imperfecta. Avala la marca la chef Ada Parellada, propietaria del restaurante Semproniana, uno de los establecimientos de restauración más implicados en el despilfarro cero.
Esta forma de funcionar permite a quienes "espigolen" o recogen en los campos concienciar de que los productos "feos" son igual de válidos que los otros, tanto desde el punto de vista nutricional como culinario.
4. I am perfect food, ¡aprovéchame!
Iamperfectfood.com o "Soy comida perfecta" es una startup que recupera alimentos de la industria o de supermercados que están en buen estado pero que han sido descartados por problemas en el empaquetado, por estar poco maduros, cerca de la fecha de consumo preferente o de caducidad…
Se comercializan a través de una app para móvil con hasta un 80% de descuento para su red de usuarios.
Esta app para móvil evita que comida perfectamente apta para consumo acabe en los contenedores junto a fábricas y supermercados.
Hay que hacer una compra mínima de 15 euros para que lo sirvan a domicilio y solo operan en Barcelona y Castelldefels. La aplicación se puede descargar en Google Play o APP Store.
5. Bolsas en restaurantes para llevarte lo que no te comes
A través de la campaña Remenja'mmm, las asociaciones Rezero, Nutrición Sin Fronteras y Banco Sin Fronteras ofrecen un envase diseñado para que los clientes de los restaurantes puedan llevarse a casa la comida que no se acaben. Es lo que se conoce como doggy bags o bolsas para las sobras.
Esta iniciativa, similar a otras foráneas y diseñada para sensibilizar contra el despilfarro alimentario en restauración, cuenta ya con más de 100 restaurantes adheridos.
6. Nooddle
Esta aplicación te enseña a cocinar y a no desperdiciar comida. Le indicas los alimentos que tienes rodando por la nevera desde hace días y a los que no sabes cómo dar salida, y la plataforma te recomienda recetas sanas y sencillas de elaborar.
Incluye recetas veganas, sin gluten…
7. We save eat
Es de las aplicaciones para móviles más efectivas para comprar con descuentos de entre el 50 y el 70% pequeños lotes de comida que ha sobrado en bares, restaurantes, pizzerías o panaderíasde Barcelona y Madrid al final del día (a mediados de 2018 había ya unos 59 establecimientos adscritos).
La aplicación va sumando el "peso" del producto salvado de ir a la basura, que servirá para compensar con un vale de regalo a los savers o clientes "salvadores".
Muy elogiada y utilizada por jóvenes y estudiantes, permite ver la oferta en la zona donde te encuentras (por geolocalización) y pagarla a través del móvil. Recoges el pedido una media hora antes del cierre del local, enseñando el recibo de compra en el teléfono.
8. Ni las migas
Esta app es similar a la anterior y tiene su radio de acción en Madrid.
Pone en contacto a clientes con establecimientos de restauración o panaderías que no han podido vender todos sus platos u ofertas. Mediante el móvil, los "migueros" reservan los productos a un precio menor y lo recogen a la hora indicada, ahorrando y ayudando a reducir los excedentes.