La hipótesis de la higiene va camino de convertirse en teoría plenamente confirmada. La hipótesis dice que el contacto de los niños con una variedad de alergenos y microorganismos favorece la maduración del sistema inmunitario y evita el desarrollo de alergias.

Es mejor crecer con cinco animales que con ninguno (si hablamos de alergias)

Científicos de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), dirigidos por el doctor Bill Hesselmar, han comprobado que cada animal que vive en casa añade protección frente a las alergias en los niños. Este estudio evidenció que:

  • Cinco animales reducen a cero la incidencia de síntomas de alergia.
  • Si se vive con tres animales, las alergias afectarán al 21-24% de los niños
  • Sin la compañía de animales, casi la mitad de los niños (48-49%) desarrollarán síntomas de alergia durante la infancia.

Los investigadores, que trabajaron con dos grupos de 1.029 y 249 niños, aseguran que, cuanto mayor es el contacto de los bebés con los animales (se han considerado gatos y perros) durante los 12 primeros meses de vida, menos probable es que desarrollen alergias durante la infancia.

Los diagnósticos de alergia fueron realizados por pediatras mediante criterios clínicos y pruebas de laboratorio de eosinófilos, tests en la piel (skin-prick tests) y análisis de inmunoglobulinas.

Aún no se sabe cómo influyen sobre la inmunidad

Los autores del estudio advierten que hacen falta más investigaciones para poder afirmar que los animales facilitan la tolerancia inmunitaria. Los estudios muestran una asociación, perose desconocen los mecanimospor los que los animales modifican la respuesta inmunitaria. Y no existen estudios sobre los efectos protectores a más largo plazo.

Sin embargo, los investigadores suecos tienen algunas sugerencias.

Un posible mecanismo por el que un perro o un gato se convierten en un escudo ante las alergias es que su caspa contiene cantidades masivas de alergenos de sus respectivas especies, lo que induciría una tolerancia clínica a altas dosis de alergenos.

Cada animal crea un entorno de minigranja

Otro mecanismo podría ser que el animal crea un entorno de minigranja con microorganismos y otros factores inmunoreguladores que influyen sobre el desarrollo inmunitario del niño. Esto proporcionaría inmunidad añadida no solo hacia el animal mismo, sino a otros alergenos presentes en el aire o en los alimentos y que no tienen que ver con los animales.

Estudios científicos como este están dando la vuelta a lo que los alergólogos han a dichodesde hace décadas: que cada animal aumentaba el riesgo de sensibilización alérgica. Los autores aseguran que la verdad es la contraria, incluso en niños con padres alérgicos.

Además, la literatura científica enumera otros factores protectores que reducen el riesgo de alergia y que tienen que ver con la exposición a microoorganismos y alergenos: nacer por vía vaginal, alimentarse con leche materna, vivir en una granja y tener hermanos.