Nueva vida a folios usados
Todos tenemos en casa viejos periódicos o revistas que ya hemos leído, facturas que no necesitamos o incluso calendarios que perdieron su utilidad hace tiempo. Podemos darles otra oportunidad y utilizarlos como materia prima de un nuevo papel. Las posibilidades son muchas.
Una opción, por ejemplo, es cambiar el color del papel. Se puede añadir el agua violeta que se obtiene al hervir una remolacha, un poco de curry que teñirá las hojas de amarillo, una infusión de hierbas o de té...
"Para que las fibras del papel absorban bien el color es mejor añadirlo en la licuadora, mientras trituramos el papel que hemos troceado", nos comenta Lurdes Civit, responsable de la escuela-taller La casa del paper, en Barcelona.
En ese momento, para darle un toque aromático, también pueden incorporarse unas gotas de un aceite esencial. Cortarlo con las manos permite que sus fibras se rompan menos que si se emplean unas tijeras.
Usar una vieja licuadora, con cuchillas que no corten tanto como las de un aparato moderno, contribuye también a preservar las fibras del papel y, al mismo tiempo, es una buena oportunidad de rescatar un electrodoméstico en desuso.
Si las fibras están muy rotas el papel que se obtiene es menos consistente y puede romperse con facilidad. Para darle más cuerpo y ayudar a unir las fibras, Civit recomienda añadir un poco de cola blanca cuando el papel triturado ya esté en la cubeta (ver recuadro superior).
"El pegamento, además, ayuda a reducir los poros del papel, por lo que se puede escribir o dibujar sobre él más fácilmente", explica.
Acabados naturales
Pétalos de flores, briznas de hierba o diminutos trocitos de cuerda pueden ser también protagonistas de nuestros folios. Estos elementos deben añadirse a la cubeta y mezclarse con la pulpa de papel antes de introducir el bastidor que dará forma a las nuevas hojas.
Una vez separada la hoja del bastidor, debe secarse bien antes de intentar separarla de la tela en que la hemos adherido. Para obtener un papel abombado, se tiende directamente el retal con el papel y se espera a que el aire lo seque. Si se prefiere un acabado más liso es recomendable prensarlo antes de tenderlo.
Pueden utilizarse, por ejemplo, dos tablitas de madera y poner un objeto pesado encima (para que el papel no se pegue a uno de los trozos de madera, se cubre con otra tela antes de introducirlo entre las dos placas). Después de tenderlo se puede asimismo volver a prensar entre dos libros de gran volumen, por ejemplo.
Sus posibles usos
Una vez el papel está seco y acabado, podemos elaborar con él un bonito sobre o utilizarlo como papel de regalo. O incluso escribir en él una nota de cariño o agradecimiento y dejarla a la vista del destinatario.
Otra posibilidad es confeccionar una libreta en la que anotar pensamientos, sensaciones o propósitos, cosiendo varias hojas con un hilo grueso. Son solo algunas opciones que pueden servir como punto de partida para crear usos particulares y familiarizarse con el proceso.
Un papel así de especial, creado con mimo y esmero con nuestras manos, bien lo merece.