Si eres un consumidor consciente estarás acostumbrado a realizar el siguiente ritual en el supermercado: leer la lista de ingredientes de productos similares y quedarte con el que contiene menos aditivos alimentarios. Y das por supuesto que será el de más calidad y más sano.

Si tienes buena información, puedes discriminar entre aditivos malos, menos malos e inocuos. Pero si eres vegetariano o vegano tendrás que reconocer además los que son de origen animal o han recurrido a materias animales en su proceso de producción. Entonces las cosas se complican bastante.

Aditivos de origen animal

En pocos casos los aditivos revelan su origen animal en el nombre. Muchos se ocultan tras un número E o una denominación química que nos dice muy poco. Es necesario investigar cada uno de los aditivos e ingredientes, labor a la que se han encomendado asociaciones veganas y expertos en nutrición.

E 120 - Cochinilla, ácido carmínico o carmines

Se trata de un colorante natural que se obtiene desecando las hembras fertilizadas de cochinillas escarlatas, pequeños insectos que viven en los cactus.

E 441 - Gelatina

La piel que se desecha de la industria del cuero, los huesos y los tejidos no aprovechables de los mataderos acaba convirtiéndose, después de un proceso químico de transformación y depuración, en la gelatina con la que se producen postres infantiles y otros alimentos. La gelatina acaba tomando forma de reluciente flan o se añade a tartas y a un sinfín de llamativos productos.

E 901 - Cera de abejas blanca y amarilla

Además de proceder de las colmenas, la cera amarilla puede contener impurezas, procedentes de los productos químicos que utilizan los apicultores, con efectos sobre la salud.

E 913 - Lanolina. Es una secreción de las glándulas sebáceas de las ovejas

Recién obtenida de los vellones es una sustancia amarilla y marronácea maloliente, que se refina y acaba formando parte de la composición de, por ejemplo, los chicles, entre otros muchos productos.

E 966 - Lactitol

Se obtiene del azúcar de la leche, la lactosa.

E 1105 - Lisozima

Aunque es posible fabricarla sintéticamente, la lisozima es una enzima que se obtiene principalmente a partir de la clara del huevo de gallina. Se encuentra a menudo en los quesos en lonchas y para mejorar el aroma de judías y guisantes.

Aditivos sospechosos

Otros aditivos pueden ser obtenidos tanto de tejidos animales como de materias primas vegetales. La única manera de saberlo en un producto concreto es que esté certificado como vegano.

La lista de estos aditivos dudosos es muy larga. En algunas páginas webs se encuentran decenas, pero no siempre la información es fiable o está actualizada. En muchos casos el origen animal era cierto hace unos años, pero los procesos de producción han evolucionado y actualmente se obtienen a partir de cultivos bacterianos o síntesis química.

Algunos de los aditivos que se usan frecuentemente y que pueden ser con bastantes probabilidades de origen animal son los siguientes:

E 422 - Glicerol

Es un disolvente que se obtiene tanto de fuentes vegetales (de las habas de soja o del aceite de palma) como animales (sebo de terneras, corderos, etc).

E 471 - Mono y digliceridos de ácidos grasos

Aunque se pueden extraer de varias semillas, la principal materia prima son las grasas que pueden ser de origen animal, que se tratan con glicerol (E 422).

E 631 - Inosinato disódico

Es un potenciador del sabor que se puede obtener por fermentación de azúcares, pero frecuentemente se fabrica a partir de materias primas de origen animal.

Dentro de los aditivos dudosos habría que sumar los aromas naturales y algunos ingredientes funcionales (aquellos que aportan algún valor nutricional):

Ácidos grasos omega-3

El prestigio saludable de esta familia de ácidos grasos hace que se hallen entre los más añadidos a una amplísima variedad de productos comerciales. Para los veganos el problema es que se obtiene generalmente de pescados, aunque podrían extraerse de algas.

Vitamina D

La vitamina D con que se enriquecen algunos alimentos, especialmente cereales para el desayuno y leches vegetales, suele ser de origen animal: se obtiene de la lanolina de la lana de oveja.

Es posible enriquecer con vitamina D2, de origen vegetal, pero la única manera de estar seguro de que esta ha sido la opción elegida es que aparezca especificado en la lista de ingredientes o que el producto posea una certificación vegana.

Los aditivos ocultos sin etiqueta

En los productos frescos que se venden a granel no existe la obligación de informar sobre los aditivos utilizados, y algunos pasan inadvertidos y también pueden ser de origen animal.

Es el caso del E 904, la goma laca, que se utiliza para proteger y dar un atractivo brillo a, por ejemplo, las manzanas, los aguacates y las naranjas. Se obtiene de la secreción de las hembras de un pequeño insecto rojo, llamado gusano de la laca (Laccifer lacca).

Además de los alimentos y aditivos de origen animal, los vegetarianos y veganos también evitan los alimentos en cuya producción de han utilizado materiales de origen animal. Por eso existe el vino y la cerveza veganas, porque sus elaboradores han evitado el uso de filtros clarificadores a base de gelatina animal.

Pero es menos conocido que estos filtros también se utilizan para filtrar la pulpa de los zumos de frutas… una razón más para consumir las frutas enteras o preferir los que conservan la fibra.

En la producción de otro producto tan común como el azúcar de caña también se recurre a menudo a un producto de origen animal, el carbón de hueso.

Como ves, no es fácil estar seguro de que el alimento comercial más aparentemente vegetal esté relacionado de alguna manera con aditivos y materias primas de origen animal. La garantía la encontrarás en los alimentos vegetales naturales y enteros y en los productos que cuenten con una certificación vegetariana o vegana.