Naranja

Después de largos meses expuesta a los rayos del sol, la naranja se ofrece en plena época invernal como un jugoso regalo de vitaminas y minerales que refuerza las defensas.

En invierno, tiempo de naranjas. Tomarlas como fruta o en zumo constituye una de las mejores opciones para colmarse de energía y blindarse ante las infecciones, puesto que, por sus propiedades nutricionales, es un alimento con múltiples beneficios para el sistema inmunitario.

Pero además ofrecen una enorme variedad de posibilidades para experimentar en la cocina. La singularidad de este cítrico tan presente en nuestra vida diaria es tal que incluso define uno de los colores del arco iris, el naranja.

Origen de la naranja

La naranja dulce tiene su origen en Extremo Oriente, desde China a la península malaya, aunque hay quien lo sitúa concretamente en Vietnam. Se relaciona a las naranjas con los frutos dorados del Jardín de las Hespérides de la mitología griega.

En China está considerada un símbolo de buena fortuna y se suele consumir el segundo día de la fiesta de Año Nuevo, y en Vietnam se obsequia con ellas a los recién casados, como un símbolo de fecundidad.

Su cultivo se extendió por todo Oriente y los árabes la introdujeron en Europa a través de España, en el siglo X. El propio Colón, en su segundo viaje, llevó las semillas a América, a la isla de La Española (Haití).

La palabra naranja procede del vocablo árabe narandj o naranch, y éste del persa narang, que a su vez deriva de la palabra sánscrita nagarunga («la favorita de los elefantes», en alusión a una leyenda de un elefante hambriento).

Propiedades de la naranja

Las propiedades de este jugoso regalo del invierno tienen mucho que ver con su vitamina C: proporciona toda la vitamina C que se necesita al día. Este nutriente es esencial para la resistencia a las infecciones (no en vano el zumo de naranja es el recurso natural más utilizado para prevenir resfriados y gripes); aumenta la absorción del hierro, el calcio y el fósforo y posee propiedades antioxidantes.

Pero la vitamina C no es el único componente interesante. La fibra confiere a la naranja propiedades digestivas y los flavonoides colaboran con las vitaminas en el refuerzo del sistema inmunitario.

Las naranjas son también ricas en tiamina y ácido fólico, dos vitaminas del grupo B esenciales para la salud del sistema nervioso. Las naranajas sanguinas, de color rojo, se caracterizan además por su riqueza en betacaroteno.

Valor nutricional de las naranjas

El valor nutricional de las naranjas por cada 100 g es el siguiente:

  • Calorías: 97 (406 kJ)
  • Proteínas: 1,5 g
  • Fibra: 10,6 g
  • Ácidos grasos omega 3: 11 mg
  • Ácidos grasos omega 6: 29 mg
  • Vitamina A: 420 IU
  • Vitamina C: 136 mg
  • Vitamina B1: 0,1 mg
  • Vitamina B5: 0,5 mg
  • Vitamina B6: 0,2 mg
  • Folatos: 30 mcg

Beneficios de la naranja para la salud

La peculiar composición nutricional de la naranja y las propiedades que le confieren se relaciona con diferentes beneficios para la salud. Estas son sus principales indicaciones:

Refuerza la inmunidad

Por sus propiedades y beneficios para la salud, las naranjas deberían figurar en la dieta de todos, pero convienen especialmente a quienes se encuentran bajos de defensas y se muestran más propensos a sufrir catarros, procesos gripales, alergias respiratorias o infecciones por herpes. Son antivirales y antibacterianas, y neutralizan la acción de los radicales libres.

En caso de anemia

La naranja resulta también aconsejable para personas anémicas y mujeres jóvenes que sufren de menstruaciones abundantes, ya que su vitamina C favorece la absorción del hierro.

Regula el colesterol

La pectina de las naranjas ayuda a bajar los niveles de colesterol en la sangre. Recientes estudios científicos, realizados a partir de compuestos aislados de la corteza de la naranja –flavonas polimetoxiladas– han ofrecido mejores resultados en la reducción del colesterol LDL que algunos de los fármacos prescritos para ello, con la ventaja de que no presentan efectos secundarios.

Además, por su riqueza en magnesio, que fluidifica la sangre y evita la formación de coágulos, protege del riesgo de sufrir trastornos cardiovasculares y derrame cerebral.

Tomar naranjas con regularidad es también recomendable para prevenir varices y hemorroides, ya que protegen los vasos sanguíneos y favorecen una buena circulación.

Bienestar digestivo

Otro de los beneficios de las naranjas para la salud es que actúan como un regulador estomacal e intestinal para aliviar los espasmos gástricos y las digestiones lentas y pesadas o dispepsias. Asimismo, resultan carminativas en quienes son propensos a padecer gases, hinchazón abdominal y flatulencias. Como es ligeramente laxante, conviene igualmente en problemas de estreñimiento.

Su alto contenido en potasio las hace convenientes para hipertensos.

Huesos fuertes

Como fuente de vitamina C y calcio resultan muy adecuadas para proteger los huesos y la dentadura. Se recomiendan muy especialmente para fortalecer las articulaciones y reducir la inflamación de la artritis reumatoide y la artrosis.

Elimina impurezas

Las naranjas favorecen la eliminación de ácido úrico a través de la orina y son depurativas. Previenen la formación de piedras en el riñón e infecciones en las vías urinarias, como la cistitis. Son muy útiles para personas con problemas de artritis y gota.

Al estimular las funciones depurativas del hígado y los riñones, y por su escaso valor calórico, resultan válidas para bajar de peso.

Energía de calidad

La naranja es rica en azúcares de absorción rápida. Por eso resulta excelente para realizar actividades deportivas al aire libre: excursionismo, cicloturismo, carreras de fondo... No solo es bien tolerada por los diabéticos, sino incluso recomendable.

Anticáncer

Por su efecto antioxidante, algunos estudios científicos vinculan el consumo regular de naranjas con la posibilidad de reducir el riesgo a padecer determinados tipos de cáncer, como el de estómago y el de colon. Una de las razones es que esta fruta impide que los nitritos aportados por los alimentos se transformen en nitrosaminas cancerígenas.

Con moderación en caso de acidez

Las naranjas, como cítricos, tienen su punto de acidez. Por ello, pese a sus propiedades y beneficios, tomarlas en exceso puede comportar problemas si se es proclive a padecer acidez estomacal, y esa misma acidez puede tener efectos adversos sobre la placa dental.

Variedades de naranjas

Dentro del naranjo dulce se conocen numerosas variedades, englobadas en tres grupos básicos: las naranjas sanguinas o rojas, las blancas (como la Valencia Late o la Salustiana) y las dulces tipo navel, con una protuberancia en forma de ombligo en un extremo (navel significa «ombligo» en inglés).

  • Naranjas Navel. Son sabrosas y no contienen semillas, pero no resultan muy adecuadas para zumo, pues no contienen mucho jugo y se suelen amargar rápidamente. En cambio, su gruesa corteza es excelente para confitar.
  • Valencia Late o tardía. Es acaso la más consumida en el mundo. Da mucho zumo, con un sabor sutilmente ácido. Es una naranja algo alargada, de corteza fina, con o sin pepitas en la pulpa, y que madura a finales de primavera.
  • Naranja Salustiana. Del grupo de las blancas, es una naranja de gran tamaño y sabor dulce, con más carotenos, que apenas contiene semillas. Se recolecta de noviembre a marzo y se suele emplear para la obtención de zumo, aunque también resulta muy apropiada para ensaladas en forma de gajos sueltos.
  • Naranja Sanguina. De piel fina y lisa, resulta muy jugosa. Se distingue claramente por estar teñida de un precioso rojo granate, muy adecuado para resaltar postres. Es ideal para zumos y muy antioxidante. Hoy no se encuentra fácilmente, pues sólo se cultiva en el Mediterráneo y necesita condiciones especiales, como bajas temperaturas nocturnas.
  • Sevillana. Es la variedad más importante entre las naranjas amargas. De tamaño medio, ligeramente achatada por los extremos y con una piel gruesa y rugosa. Su sabor amargo la hace inapropiada para tomarla cruda pero es ideal para preparar mermeladas y ciertas salsas agridulces o para aromatizar licores.

Usos en la cocina

La mejor forma de disfrutar del aroma y delicadeza de la naranja es tomándola al natural, como fruta de sobremesa, o bien como zumo. Pero también se puede aprovechar en la cocina.

La ralladura de la piel de naranja puede sustituir a la de limón en muchas recetas como natillas, budín de leche, etc. Los gajos se pueden agregar a ensaladas con berros, endibias, remolacha, cebolla roja, canónigos, escarola y otras frutas.

Al cocinar, tanto si se trata de postres dulces como de platos salados, se pueden especiar con canela, cardamomo, jengibre, estragón etc. Combinan muy bien con el chocolate amargo y la algarroba, y son imprescindibles en la macedonia, a la que otorgan jugosidad y textura, además de ayudar a que otras frutas como el plátano no se ennegrezcan.

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