En las vías respiratorias se acumulan a veces mucosidades que impiden respirar bien. Estas mucosidades no son nocivas, sino benignas, pues contienen enzimas antisépticas o antimicrobianas. La mucosidad se forma para atrapar bacterias y motas de polvo e impedir que entren en el cuerpo. Protege los pulmones y evita que se resequen las mucosas.

Pero cuando las paredes de las vías respiratorias se irritan e inflaman, puede crecer en exceso y obstruirlas, lo que causa tos y malestar.

Para reducir la congestión se prescriben fármacos que fluidifican la mucosidad a fin de que se pueda eliminar. Muchos incluyen sustancias mucilaginosas o mucolíticas, que facilitan la expulsión de flema, pero a veces tienen efectos secundarios, como trastornos gastrointestinales.

Una buena alternativa es la fitoterapia, que propone remedios naturales a base de plantas medicinales. Estos, además de fluidificar la mucosidad, pueden sumar efectos bactericidas, antitusivos y antiinflamatorios sin provocar reacciones adversas.

A continuación encontrarás cinco de los remedios para la tos a base de plantas medicinales más eficaces.

En este vídeo te presentamos, además, dos infusiones que combinan otras plantas antitusivas, una para tos seca y otra para tos productiva.

5 remedios caseros para la tos con plantas expectorantes y antitusivas

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tomillo

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Tomillo para expectorar

El tomillo destaca por su riqueza en un aceite esencial expectorante, antiinflamatorio y antiséptico.

  • A quién conviene: alivia desde simples catarros a gripes, pasando por catarros con tos irritativa, faringitis, traqueítis, bronquitis y ataques asmáticos leves.
  • Cómo se toma: en decocción, infusión, extracto líquido y jarabe, o el aceite esencial por vía externa. También se pueden hacer vahos para el pecho.
  • Precauciones: el aceite esencial no debe ingerirse en ningún caso; tampoco debe aplicarse por vía tópica en menores de seis años ni en personas alérgicas.

Un buen remedio natural para expectorar es hacer vahos para el pecho. Para ello, añade tomillo, romero, mirto y lavanda (5 gramos de cada) a un litro de agua; calienta en una olla y aspira el vapor.

pulmonaria

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Pulmonaria para la bronquitis

La pulmonaria diluye la mucosidad y facilita la expectoración gracias a sus mucílagos, que la hacen mucolítica y demulcente.

  • A quién conviene: a quienes sufren bronquitis recurrentes o crónicas, fumadores y personas expuestas a humos o gases tóxicos, contaminación o polvo, y que suelen sufrir infección e inflamación en faringe, laringe y tráquea.
  • Cómo se toma: en infusión, decocción de la planta entera o cápsulas.
  • Precauciones: sus saponósidos pueden irritar la mucosa gástrica en personas propensas, a quienes se aconseja combinarla siempre con plantas demulcentes.

Para preparar un remedio para la bronquitis: se mezclan pulmonaria, lavanda, ajedrea, malva y anís verde, a partes iguales. Se hierven 5 gramos de la mezcla por taza de agua un minuto, se reposa diez, se cuela y se toman dos o tres tazas tibias al día. 

violeta

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Violeta, mucílagos para suavizar la garganta

Las bellas flores de esta viola y otras afines se caracterizan por su riqueza en sustancias mucilaginosas, que junto al ácido salicílico y los saponósidos le confieren propiedades balsámicas, demulcentes, febrífugas, antiinflamatorias y antitusivas.

  • A quién conviene: personas con irritación de garganta y tos persistente, con gripe y mucha mucosidad o con infecciones de faringe, laringe y tráquea. Contribuye a bajar la fiebre, despeja la garganta, ablanda la tos y elimina mucosidad.
  • Cómo se toma: en jarabe, extracto líquido e infusión.
  • Precauciones: deben evitarse las dosis altas, pues podrían causar vómitos.

Para hacer un remedio natural para la tos: se mezclan violeta, malva, amapola y tomillo a partes iguales. Se añade esta mezcla a agua caliente –una cucharada por vaso– y se deja reposar durante diez minutos, ya fuera del fuego. Se toman cuatro tazas de esta decocción caliente a lo largo del día.

musgo-irlanda

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Musgo de Irlanda antitusivo

Esta alga parda medra en costas rocosas del Atlántico. Sus mucílagos (hasta un 80%) tienen un gran poder protector de las mucosas, así como efectos antiinflamatorios, antitusivos y balsámicos.

  • A quién conviene: a personas afectadas de bronquitis con mucha o poca tos, y en caso de laringitis, faringitis y gripe, acompañado de moco y flema, para ayudarles a expectorar sin problemas.
  • Cómo se toma: en jarabe, extracto líquido, tintura y decocción. 
  • Precauciones: puede presentar interacciones con algunos medicamentos.

Para la congestión pulmonar puedes preparar este jarabe: se mezclan bien en un frasco extractos líquidos de musgo de Irlanda, llantén mayor, drosera, malvavisco y naranjo amargo (5 gramos de cada) y se toma una cucharadita cada ocho horas.

marrubio

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Marrubio blanco, un bálsamo contra la gripe

Las sustancias amargas, como la marrubiína, en asociación con los saponósidos, confieren a esta planta propiedades balsámicas, antipiréticas y antiinflamatorias. El marrubio blanco actúa sobre los focos de infección en el árbol respiratorio, baja la fiebre y favorece la eliminación de flema y mucosidad.

  • A quién conviene: en gripes, sobre todo con congestión pectoral y nasal, en resfriados con mucha mucosidad y tos, y en bronquitis, laringitis y faringitis.
  • Cómo se toma: en infusión, tintura, extracto líquido, jarabe y cápsulas.
  • Precauciones: conviene combinarlo con menta o anís para suavizar su amargor.

Puedes preparar este remedio natural contra la gripe: se mezclan marrubio, ulmaria, flores de saúco, yemas de pino silvestre y menta, a partes iguales. Se hierven 5 gramos de la mezcla por taza de agua dos minutos, se reposa diez y se cuela. Se toman de dos a tres tazas diarias, con miel o zumo de limón.

Cómo preparar cataplasmas para la tos

Las cataplasmas, aunque han caído en desuso, siguen siendo uno de los remedios más eficaces para favorecer la expectoración de la mucosidad: proporcionan un calor húmedo que la reblandece y facilitan así su expulsión del organismo.

Ingredientes

Para elaborarlas se necesitan 100 g de harina de fenogreco (Trigonella foenum-graecum), 100 g de harina de linaza (Linum usitatissimum) y 10 g de harina de jengibre o harina de mostaza.

Preparación

Se mezclan estas harinas hasta que se consigue un polvo homogéneo, del que se toman tres cucharadas soperas. Se echan en una cazuelita, al fuego, con un vaso grande de leche (200 ml) y se cuece todo removiendo con una cuchara, hasta que empiece a hervir.

Cómo usarlas

Llegado este punto, se extiende la masa caliente sobre un retal de sábana vieja, que se envuelve y se aplica sobre el pecho.

Se han de evitar las quemaduras en la piel. Si es preciso hay que envolver la cataplasma con otra sábana e irla desenvolviendo a medida que se vaya enfriando.

Se mantiene aplicada hasta que se enfríe, unos 15 o 20 minutos.

Se pueden repetir las cataplasmas tantas veces al día como sea necesario.