Las empresas textiles y relacionadas con la moda generan anualmente entre 4.000 y 5.000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), lo que representa el 10% de las emisiones globales del gas que causa el calentamiento del planeta.

Según un estudio de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), por cada kilo de ropa que se reúse en lugar de comprar nuevas prendas, se ahorra la emisión de 25 kilos de CO2 a la atmósfera.

Estas cifras se alcanza después de varias décadas de incremento continuado en el consumo de ropa por parte de la población, debido a la bajada de precios. Entre 1975 y 2018 la producción ha pasado de 6 a 13 kilogramos por persona. En otras palabras, se ha más que duplicado.

El 62% de la ropa que se echa en los contenedores se puede usar de nuevo

En su trabajo final de grado, Beatriz Rodríguez, estudiante de la Escuela Superior de Ingenierías Industrial, Aeroespacial y Audiovisual de Terrassa (ESEIAAT), analizó 500 kilos de ropa usada y entregada en los contenedores de la Fundación Formación y Trabajo para determinar las fibras que la componen y su impacto ambiental. Para realizar el trabajo contó con la colaboración del Instituto de Investigación Textil y Cooperación Industrial de Terrassa (INTEXTER), dependiente de la UPC.

Según el estudio, del total de ropa usada de los contenedores analizados, el 62% es ropa reutilizable y el 37%, reciclable.

Los beneficios de alargar la vida útil de las prendas de vestir

¿Cómo se puede reducir el impacto ambiental si reutilizamos ropa usada?

  • Si pudiéramos duplicar el tiempo de vida útil de una prenda de ropa conseguiríamos una reducción del 44% de los gases de efecto invernadero que produce el sector de la moda.
  • Solo alargando nueve meses el uso de una pieza, se reduciría la huella de carbono, agua y residuos entre un 20 y un 30%.
  • Un aumento del 10% de las ventas de ropa de segunda mano ahorraría un 3% de emisiones de carbono y un 4% de agua, según datos del informe Valuing Our Clothes: the cost of UK fashion, publicado por la organización WRAP .

Según INTEXTER, cada kilo de ropa reutilizada representa un ahorro de 25 kilos de CO2. Esta cifra es muy superior a la estimada por los informes de la Unión Eurpea, que la situaban en 3 kilos.

La industria de la moda ha orientado sus esfuerzos a reducir costes y disminuir los tiempos de entrega porque ello supone un elemento fundamental de su atractivo y éxito, pero la humanidad y el planeta están pagando un alto precio por ello.

¿Qué fibras componen la ropa que descartamos?

En cuanto a las fibras con las que están fabricadas las piezas, el estudio de Beatriz Rodríguez concluye que:

  • Predomina el algodón, con un 50% en el caso de la ropa reciclable y un 60 % en la reutilizable.
  • Le sigue el poliéster, con un 30% en ambas tipologías.
  • Las fibras acrílicas suponen un 12,4% en el caso de la ropa reciclable y un 3,1% en la reutilizable.

Por lo tanto, la suma de algodón y de poliéster representa cerca del 80% en el caso de la ropa reciclable y el 88% en la reutilizable. En el caso de la ropa acrílica el porcentaje es menor debido a que la ropa fabricada con esta fibra se deteriora con más facilidad.

En cuanto a la ropa del hogar, se analizaron 361 artículos. A diferencia de las prendas de vestir, en el textil del hogar hay más productos hechos de un solo material.

Las fibras que más se encuentran son el algodón, el poliéster, el lino, la viscosa y el lyocell, por este orden.

En sábanas y toallas predomina el algodón 100%, en cambio, en los manteles y cortinas, domina el poliéster 100%, aunque también hay mezclas binarias de algodón/poliéster y algodón/lino.

Según explica el director del INTEXTER, Enric Carrera, "la estrategia de reciclado de los residuos textiles post-consumo debería centrarse en la recuperación y el reaprovechamiento del 80% de las fibras predominantes, que son el algodón y el poliéster".