El lipedema es una enfermedad crónica y progresiva que afecta al tejido graso. Se forma lo que se conoce como grasa lipedémica. No se puede eliminar ni con deporte ni con abordaje nutricional y se acumula en las extremidades. Especialmente en las piernas. El 30% de las afectadas, porque del 90% son mujeres, también lo padecen en los brazos. Yo soy parte de este último grupo.

Lipedema: qué es y tratamiento

Para tratar el lipedema hay diferentes estrategias, aunque ninguna lo elimina. El abordaje más conservador incluye terapia manual y compresión. Otra estrategia es eliminar la grasa mediante cirugía. Como es evidente, no son incompatibles y de hecho es habitual combinarlas.

Al mismo tiempo, es importante cuidar la alimentación y realizar actividad física regular para ayudar a contener la progresión. Y es que, aunque la alimentación no pueda rebajar esa grasa, sí puede ayudar a reducir el edema y evitar el avance de la enfermedad.

Un gran impedimento para el tratamiento del lipedema es que se trata de una enfermedad aún no incluida en el catálogo de enfermedades del Ministerio de Sanidad de muchos países, entre ellos España, aunque esté reconocida por la OMS. Esto se traduce en un acusado infradiagnóstico de la enfermedad, así como una limitación importante del acceso a los diferentes tratamientos. Esperemos que se corrija en breve y aumente la oferta y la cobertura por parte de la seguridad social, para que la capacidad económica no sea una barrera.

Dieta para el lipedema

Sobre el tipo de dieta más conveniente, la necesidad de una pauta terapéutica personalizada se impone. Es habitual rebajar el grupo de los carbohidratos, así como eliminar el alcohol, los lácteos, el azúcar y los ultraprocesados. Hay personas que también rebajan o eliminan la ingesta de gluten.

Un caso muy específico de este tipo de pautas alimentarias sería la dieta cetogénica, donde abundan las proteínas, hay más grasas saludables de lo habitual y se consume el mínimo de hidratos de carbono posible. Se trata de una dieta muy restrictiva que debe ser controlada por un nutricionista. Aunque parezca imposible, es factible una pauta cetogénica apta para personas veganas.

En una dieta cetovegana no se suelen consumir legumbres y las frutas y verduras se limitan mucho. Sin embargo, si son aptos el seitán y el tofu. Ahora bien, al ser gluten de trigo, el seitán no es una opción cuando se trata del lipedema.

Alimentos permitidos y recomendados

Se permiten las bayas, las setas, las hojas verdes, crucíferas como la col o el brécol y el calabacín y los pimientos. También los frutos secos y semillas, así como los derivados del coco.

A pesar de su demonización durante años, lo cierto es que la soja no afecta a nuestro sistema hormonal: Por lo tanto, la soja es un alimento seguro en caso de lipedema y el tofu se convierte en un fuente de proteínas de primer orden.

Otra buenísima fuente de proteínas vegetales y, también, de ácidos grasos muy interesantes son las semillas de cáñamo. Las podemos encontrar peladas, envasadas, y con cáscara, normalmente a granel. Las descascarilladas son mucho más fáciles de utilizar y las podemos incorporar en cremas, ensaladas, postres y salsas.

3 recetas cetogénicas aptas para lipedema

Os dejo tres recetas muy sencillas, de las que ni siquiera requieren cantidades o tiempos. Por una vez, no voy a incluir las raciones ni dar medidas por si alguna afectada lo lee: creo que es importante remarcar que la pauta depende de la persona y no hay generalizaciones posibles.

1. Bol de desayuno

Aunque si cumplimos con todas las restricciones puede parecer imposible desayunar, lo cierto es que podemos hacernos un buenísimo bol de desayuno con:

  • Yogur de coco
  • Manzana ácida troceada
  • Semillas de lino y chía molidas
  • Tahini

En temporada de fresas, puedes hacerlo con fresas y almendra en cuadraditos, mantequilla de cacahuete y cacao puro.

Se trata de un desayuno contundente y muy saciante. Lo puedes acompañar de un chai latte sin azúcar con una cucharada de cúrcuma y pimienta.

2. Barcas de pimientos rojos

Los pimientos rojos, ya sean cortados por la mitad o a cuartos, son ideales para rellenar en crudo (o al horno). La opción en crudo es la más interesante por su gran aporte en vitamina C.

Un relleno ideal es el tofu revuelto con champiñones. El tofu revuelto es muy fácil de hacer, solo necesitas:

  • 1 bloque de tofu
  • Cúrcuma en polvo
  • Pimienta negra molida
  • Ajo en polvo
  • Sal kala namak (si quieres que sepa a huevo)
  • Champiñones, espárragos o ajos tiernos
  • Aceite de oliva virgen

Cómo preparar el revuelto de tofu:

  1. Simplemente, estrujamos el tofu con nuestras manos hasta desmigarlo completamente.
  2. En un bol, colocamos el tofu, añadimos aceite de oliva y las especias y los mezclamos bien. Lavamos y cortamos los champiñones a cuadraditos.
  3. Lo pasamos todo por la sartén a fuego medio unos 5 minutos.

Esperamos que se atempere y rellenamos con este revuelto los pimientos. Servimos templado o del tiempo.

Tienes muchas más ideas con tofu que se pueden adaptar aquí.

3. Zoodles con salsa de aguacate

Los espaguetis de calabacín son nuestros mejores aliados cuando tenemos antojo de pasta, pero por nuestra pauta la tenemos contraindicada. Los podemos consumir crudos, al vapor o ligeramente salteados.

La salsa de aguacate es muy sencilla de hacer, si tienes:

  • Aguacates
  • Albahaca
  • Semillas de cáñamo
  • Anacardos
  • Aceite de oliva (muy poco)
  • Agua caliente

Cómo prepararlos:

  1. Se trata de mezclar estos ingredientes hasta que quede una salsa cremosa pero ligera. Puedes batir o sencillamente ir incorporando con los anacardos partidos. Podemos ir añadiendo y probando. Si le quieres añadir sal, mejor al final.
  2. En un bol, mezcla los zoodles con la salsa y déjalo reposar. Los zoodles suelen sudar, por lo que mezclaremos otra vez antes de servir.