Un estudio realizado en el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos (Madrid) ha descubierto que existe una asociación entre el estado de la microbiota intestinal y el riesgo de desarrollo de insuficiencia cardiaca. Este hallazgo abre la puerta a desarrollar en el futuro tratamientos para la insuficiencia cardiaca que actúen a través de la microbiota. Estos tratamientos podrían consistir en la administración de probióticos o, incluso, en la realización de un trasplante de microbiota.

Según los investigadores, las alteraciones en la composición de la microbiota digestiva aparecen antes que las afecciones estructurales del corazón. Por eso creen que se podría detectar la tendencia a sufrir insuficiencia y otras enfermedades cardiacas mediante análisis de la microbiota, lo que permitiría tomar medidas preventivas a tiempo, antes de que el corazón sufra daños.

La dieta actúa sobre la microbiota y esta sobre el corazón

La dieta y el estilo de vida son fundamentales para una buena salud cardiovascular y adquieren cada vez mayor importancia. Una dieta correcta, rica en fibra y con presencia de probióticos, y la ausencia de hábitos tóxicos, aseguran que gocemos de una microbiota intestinal sana, que abunde en determinados microorganismos que son capaces de producir sustancias que contribuyen al buen funcionamiento del sistema cardiovascular.

"Una dieta cardiosaludable asegura una buena microbiota intestinal”, resume el cardiólogo y director del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Julián Pérez Villacastín. El estudio, que ha sido realizado con animales de laboratorio, ha sido liderado por la doctora Dulcenombre Gómez Garre y publicado en la revista Hypertension.

Según la investigación, la microbiota de los animales de laboratorio propensos a desarrollar insuficiencia cardiaca mostraba un desequilibrio entre las poblaciones de bacterias digestivas Firmicutes y Bacteroidetes, con un exceso de las segundas sobre las primeras. Estas dos familias de bacterias componen el 90% de la microbiota intestinal humana.

También había un exceso de Prevotella 9, Paraprevotella y Phascolartobacterium, y una deficiencia de Akkermansia y Muscipirillum.

Más fibra y menos carne

Las conclusiones del estudio son coherentes con las del liderado por la doctora Cristiane Mayerhofer, del Hospital Universitario de Oslo (Noruega). Hace unos meses Mayerhofer halló que el bajo consumo de fibra estaba relacionado con una menor diversidad de la microbiota y con un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca.

El trabajo noruego también relacionó la ingesta de carne con niveles más altos de trimetilamina-N-óxido (TMAO) en pacientes con insuficiencia cardiaca. Esta enzima, cuya producción esta regulada por la microbiota intestinal, se relaciona con mayor riesgo cardiovascular.

Referencia científica: