Sé como un árbol. Ellos saben que cada cierto tiempo es necesario soltar sus hojas para poder renovarse y volver a brotar luego con más fuerza. No es casualidad que los árboles suelten sus hojas precisamente en otoño, justo después de toda la energía que trae el verano.

El cambio de estación es el momento perfecto para depurar el cuerpo y fortalecer el organismo para prepararnos para la nueva época, un clima más frío en el que debemos estar fuertes y con el sistema inmunológico arriba, libre de toxinas que debiliten nuestro estado de salud.

El hígado, el órgano depurativo más importante

El hígado se localiza en el lado superior derecho de la cavidad abdominal, justo delante de la vesícula biliar. Está por encima del estómago, justo debajo del diafragma.

Pesa entre 1 – 1,5 kilos y es de un color rojo oscuro.

Este órgano tiene dos lóbulos separados por una serie de ligamentos. Cada lóbulo tiene sublóbulos interconectados, un complejo sistema de conductos que transportan la bilis producida en el hígado hacia la vesícula biliar y el duodeno.

El hígado recibe sangre oxigenada a través de la arteria hepática y sangre rica en nutrientes a través de la vena porta. Es un órgano que forma parte del sistema biliar que junto a la vesícula biliar y los conductos biliares se encarga de crear, transportar y almacenar la bilis para la digestión.

También pertenece al sistema digestivo, encargado de digerir, absorber y metabolizar los nutrientes que comemos, junto con otros órganos (estómago, páncreas e intestinos).

Sus principales funciones

El hígado forma parte de más de 500 funciones vitales del cuerpo, entre ellas:

  1. Toda la sangre que sale del estómago e intestinos pasa por el hígado.
  2. Cuando esta sangre llega al hígado, este la procesa convirtiendo los nutrientes y medicamentos en compuestos más biodisponibles.
  3. Contiene el 13% de la sangre del cuerpo en todo momento. Cuando la sangre pasa por el hígado, este órgano equilibra su composición y produce bilis con los residuos.
  4. La bilis transporta estos residuos lejos del hígado para que este siga depurando la sangre.
  5. Es el órgano principal quema-grasas, pues regula el metabolismo de los lípidos y expulsa grasa del cuerpo a través de la bilis.
  6. Produce proteínas de la sangre necesarias para el plasma, componente esencial de la sangre.
  7. Produce colesterol. Aunque muchas personas creen que se trata de un componente malo, el colesterol juega un rol crucial dentro del cuerpo. Es el precursor de la testosterona y los estrógenos (nuestras hormonas sexuales), forma parte de la estructura celular y contribuye a una buena salud neurológica. Con esto me refiero a colesterol endógeno, el que producimos, y no el que comemos con los alimentos.
  8. Elimina bacterias del torrente sanguíneo, algo esencial para la salud de nuestro sistema inmunológico. Además, un hígado saludable produce factores inmunológicos que combaten las enfermedades.
  9. Regula la coagulación de la sangre. Una ineficiencia en la coagulación de la sangre puede llevar a desórdenes de sangrado, y una sobrecoagulación podría provocar una trombosis o embolia.
  10. Depura el cuerpo eliminando medicación peligrosa y otras sustancias tóxicas de la sangre.
  11. Almacena hierro que procesa a partir de la hemoglobina.
  12. Convierte el azúcar en sangre (glucosa) en glucógeno (energía almacenada).
  13. Regula los aminoácidos en la sangre.

Efectos de un hígado en malas condiciones

¿Qué pasa cuando tu hígado no funciona correctamente? Un hígado que no está sano puede obstruir el flujo de la bilis, resultando en una ineficiente eliminación de toxinas. También puede fallar la eliminación de bacterias, lo que lleva a un debilitamiento del sistema inmune.

Pueden fallar asimismo la gestión y el aprovechamiento de nutrientes, así como la depuración de los medicamentos. En casos extremos en los que el hígado está altamente dañado, este puede desarrollar cicatrices llamadas cirrosis y en consecuencia funcionar precariamente o simplemente dejar de trabajar.

¿Cuáles son las sustancias que dañan el hígado?

Conociendo todas las actividades en las que el hígado está implicado y conociendo las consecuencias de que no esté en un buen estado de salud, es fácil comprender la importancia de su cuidado.

Hay ciertos alimentos que debemos eliminar para prevenir su daño:

  • El consumo habitual de alcohol
  • Abuso de medicamentos
  • Abuso excesivo de remedios naturales
  • Jarabe de maíz alto en fructosa
  • Azúcar refinado y fructosa
  • Alimentos transgénicos
  • Edulcorantes artificiales
  • Pesticidas
  • Colorantes, saborizantes y conservantes alimentarios artificiales
  • Alimentos fritos
  • Alimentos procesados

Llevar a cabo una alimentación consciente de entre 5-10 días, libre de picantes y estimulantes, baja en grasas, sin azúcares ni harinas refinadas y abundante en vegetales, sobre todo de hoja verde, junto con deliciosos caldos vegetales y sazones con hierbas y especias que contribuyan a la depuración y evitando la sal y aceites vegetales.

Este protocolo contribuirá a una renovación y descongestión del hígado, y en consecuencia una mayor eficiencia en su labor depurativa.

Beneficios de limpiar el hígado

Mi propuesta de depuración hepática tiene el objetivo de descongestionar el hígado de tal manera que podamos eliminar la retención de líquidos de una forma más eficiente y procesar y eliminar mejor las sustancias tóxicas que entran en nuestro organismo.

  • A nivel interno: alivia tus digestiones, ayuda a estabilizar la presión sanguínea y la glucosa en sangre, así como los niveles de colesterol y triglicéridos. También elimina la retención de líquidos.
  • A nivel estético: ayuda a reducir la inflamación generalizada (piernas, brazos, abdomen y cara) y a reducir la presencia de celulitis, con lo que se observa una reducción de volumen. Además mejora la salud de la piel y el cabello.

Y, aunque no se trata de una dieta para bajar de peso, muchas veces seguir esta planificación de 5 días conlleva una reducción. Esto es debido a la eliminación de líquido retenido, de sustancias tóxicas y consecuentemente de grasa corporal sobrante, que nos estaba protegiendo del daño de dichas toxinas.

Otros beneficios que se experimentan son una mejor calidad del sueño, más energía y vitalidad.

Contraindicaciones e indicaciones específicas

1. Para embarazadas y lactantes

Cualquier plan de alimentación que cree un efecto depurativo considerable está totalmente contraindicado para mujeres embarazadas y madres lactantes. Estas últimas serán aptas solo si la alimentación del bebé es más de un 70% fuera de leche materna.

Las glándulas mamarias son una vía de expulsión de toxinas, que no queremos trasladar al organismo de nuestro hijo. Por otra parte, someter al cuerpo a un estado de depuración no solamente nos remueve físicamente sino que también lo hace de forma emocional.

Durante la depuración hepática nos podemos sentir más irritables, sensibles o incluso un poco ansiosas. Para nada queremos transmitir este estado al bebé, con el que tenemos tan estrecha conexión.

2. Hipertensión

Las personas con hipertensión y que están tomando medicación para regularla deben tener precaución.

Uno de los efectos más notables de esta depuración es la normalización de la presión arterial. Así que si tomas medicamento para reducir la hipertensión, no quieres que se sumen los efectos y que la presión sanguínea disminuya más de lo normal.

Te aconsejo que midas y controles tu presión a diario y que seas crítico al determinar si necesitas añadir un poco de sal a tus preparaciones culinarias, o incluso, bajo la supervisión de tu médico, reducir la dosis de tu medicación.

3. Hipotensión

En caso de tener hipotensión, o tendencia a presión baja y experimentes algún ligero mareo debido a esto, te aconsejo que añadas un poco de sal de calidad (sal de Himalaya o sal marina) a tus platos.

4. Diabetes

Puedes realizar esta depuración siempre bajo la supervisión de un profesional de la nutrición y/o salud.