Cuidado con los pesticidas de las patatas

Comprar patatas realmente buenas no es tan fácil. Con este alimento se utiliza una varieda de productos químicos que no son inocuos para la salud. Uno de ellos ha sido prohibido recientemente.

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Las patatas se pueden conservar durante los meses de invierno en perfecto estado si se guardan de manera adecuada, en un lugar fresco, seco y a salvo de la luz. Sin embargo, en marzo y abril los tubérculos comienzan a brotar en cuanto ven un rayo de sol. Así se lo ordena su ciclo natural, después de todo, cada patata quiere convertirse en una nueva planta.

Como los brotes significan que las patatas se están estropeando para su consumo, los vendedores tratan de evitarlo por todos los medios, para que las patatas duren más desde que se cosechan hasta que el consumidor decide cocinarlas.

Para conseguirlo, se rocían las patatas con productos químicos que inhiben la germinación. Primero se tratan plantas antes de la cosecha y después las propias patatas.

Un germicida prohibido puede estar en las patatas

El germicida más utilizado con las patatas entre 1996 y 2020 fue el clorprofam por sus riesgos para las personas y el medio ambiente.

Después de utilizarse "tranquilamente" durante años, en 2013 un estudio realizado en la Universidad de Kiel probó que podría dañar el sistema nervioso, el hígado y los niñones.

Finalmente la Unión Europea lo prohibió a partir de octubre de 2020, pero se estima que todavía se pueden encontrar este 2021 patatas tratadas antes de la prohibición.

La mayor parte de los residuos se quedan en la cáscara, pero también se han encontrado en el agua de cocción, en las patatas hervidas sin piel y en procesados como las patatas fritas.

Por otra parte, el clorprofam todavía puede usarse en muchos países fuera de la Unión Europea, incluido los Estados Unidos, por lo que hay que tener especial cuidado con los productos de importación.

¿Son seguros los inhibidores de la germinación?

El clorprofam ha sido sustituido por otros productos químicos germicidas que tampoco son inocuos.

Uno de ellos es la hidrazida del ácido maleico o hidrazida maleica, que se utiliza para tratar las patatas y también las cebollas, los ajos y las chalotas.

Este producto es una neurotoxina, que en las dosis que se encuentran en los alimentos no es mutagénico (no es cancerígeno). Por supuesto, no es posible descartar que en el futuro se descubran efectos dañinos y que se deba prohibir.

Además, como ocurre con todos los pesticidas, se desconoce el efecto a largo plazo en el organismo de la mezcla con otros residuos, aditivos y contaminantes.

Lo que sí se sabe ya es que la hidrazida del ácido maleico es tóxica para insectos beneficiosos como la crisopa, así como para los peces y organismos acuáticos.

No sirve lavarlas ni pelarlas

La hidrazida maleica es un pesticida sistémico. Esto quiere decir que se rocía sobre las plantas antes de la cosecha, se filtra por las hojas y llega a los tubérculos, donde se almacena. Por tanto, no se puede eliminar de las patatas lavándolas o pelándolas.

Otro pesticida que ya se ha autorizado en algún país europeo, pero todavía no en España, es el 1,4 dimetilnaftaleno o 1,4Sight.

El último informe del Ministerio de Sanidad español es desfavorable, pero probablemente será permitido porque la posición de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) es positiva.

Por otra parte, el 1,4Sight está autorizado para su uso en la agricultura ecológica en Estados Unidos por ser una molécula que se encuentra naturalmente en la patata.

Además, se están investigando decenas de nuevas moléculas pesticidas que podrían usarse en el futuro con las patatas.

Los consumidores no pueden saber con qué pesticidas han sido tratatadas las patatas porque, como ocurre con todos los alimentos, no es obligatorio declararlos en la etiqueta.

La única garantía de que no ingieren pesticidas es elegir patatas de producción ecológica. Para combatir la germinación se recurre a aceites vegetales y al etileno, un gas que es emitido naturalmente por muchas frutas.

En caso de elegir patatas convencionales, conviene comprarlas de cosecha reciente (nuevas).

Guardar bien las patatas

Para que las patatas no broten tan rápido en casa, guárdalas en un lugar fresco (pero no demasiado frío, es decir, a unos 4 u 8 grados) y oscuro.

Cuando se almacena por debajo de 4 grados, la patata comienza a transformar los almidones en azúcares.

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