El yoga tradicional es mucho más que un simple ejercicio: su objetivo es mejorar el estado de salud de la persona, tanto físico como emocional, psicológico y espiritual. Estos objetivos se refuerzan en lo que hoy llamamos "yoga terapéutico" al incorporar a la práctica los conocimientos más avanzados de la anatomía y la fisiología, así como las aportaciones de disciplinas como la osteopatía y la fisioterapia.

El yoga terapéutico actual puede modificar y adaptar las posturas tradicionales para potenciar su efecto, reducir los riesgos y adaptarlas a las necesidades, patologías y características biomecánicas de cada persona.

Tanto practicantes como terapeutas partimos de la premisa de que el cuerpo tiene abundantes recursos y capacidad plena para la autorregulación y el autoequilibrio. A partir de ahí, el yoga terapéutico da especial relevancia al alineamiento corporal correcto y al desarrollo de una consciencia despierta.

Yoga terapéutico: tratamiento completo y 100% personalizado

El yoga terapéutico está totalmente consolidado como una nueva rama del yoga. Tiene su origen en la necesidad de muchas personas de todo el mundo de buscar una práctica que se ajuste a sus dolencias.

Y como cada persona es diferente, el yoga terapéutico se adapta a las particularidades morfológicas, patológicas y/o psicoemocionales de cada practicante. Solo así se logran los mejores resultados en la evolución de los procesos de salud.

Además, el instructor de esta disciplina, que nunca diagnostica, está vinculado a un profesional sanitario y cuenta con su diagnóstico y orientación para poder crear un programa individualizado.

El yoga terapéutico no sustituye el trabajo de un profesional sanitario, sino que lo complementa con reeducación postural, ejercicios físicos y respiratorios o prácticas meditativas.

Se podría considerar como una disciplina de reeducación del individuo, que permite sustituir los hábitos que ha ido adquiriendo y que resultan perjudiciales desde un punto de vista biomecánico, por otros enfocados a mejorar el estado de salud físico y psicoemocional.

Como tal, esta disciplina no solo abarca el cuerpo y los movimientos que se hacen en la esterilla, sino también la forma global en la que tú experimentas la vida y te relacionas contigo mismo y con los demás para llevar una vida sana y equilibrada.

¿Cómo es una sesión de yoga terapéutico?

  • Las clases suelen ser individuales o en grupos reducidos donde es posible atender las necesidades y características de cada uno de los practicantes. Se proporciona un plan de ejercicios para hacer en casa.
  • La intensidad se adapta a cada persona. Puede ser suave o requerir un esfuerzo (por ejemplo, en el caso de una curvatura anormal de la espalda en una persona joven).
  • La alineación corporal es esencial. Por eso, y para evitar desequilibrios, si es necesario se usan apoyos, como cojines, mantas, sillas o la pared. No se realizan terapias manuales sobre el practicante, a no ser que el instructir de yoga sea también fisioterapeuta u osteópata.
  • Evitar el dolor es una regla de oro. Cuando se trata de dolor emocional se incorporan herramientas para tratarlo: mantras, meditación, visualizaciones, etc.

Indicaciones probadas del yoga terapéutico

Con el yoga terapéutico se puede tratar cualquier desequilibrio. Por ejemplo, Jnani Chapman aplica diferentes métodos del yoga terapéutico en el Centro de Medicina Integrativa Osher de la Universidad de California a personas con cáncer, problemas cardiacos y otras enfermedades crónicas.

Es ideal para el estado de forma y los problemas de los deportistas. El científico deportivo LeRoy Perry lo ha aplicado con gran éxito en el entrenamiento de atletas olímpicos y equipos deportivos, que mejoran su rendimiento y bienestar físico y mental.

En las clases personalizadas se pueden tratar desde hernias discales hasta hiperlordosis y rectificación lumbar y cervical, tonificación abdominal, osteoporosis, escoliosis, artrosis de la columna y la rodilla, lumbalgia, ciática, etc.

También puede resultar beneficioso a quienes padecen fibromialgia, migrañas, asma, hipertensión y obesidad.

También está indicado en trastornos de tipo anímico. El psicoterapeuta Ira Israel lo usa frente a la depresión, la ansiedad, el insomnio y otros trastornos de tipo psicológico.

¿Cómo se ha desarrollado el yoga terapéutico?

Hagamos un poco de historia. La práctica de yoga terapéutico se remonta a los yoguis de principios del siglo XX, maestros de los que la mayoría nunca han oído hablar, como Shri Yogendra, Swami Kuvalayananda y Shri Rama Mohan Bramachari, que fue el maestro de Tirumalai Krishnamacharya, el padre del yoga moderno.

Krishnamacharya modificó algunas asanas clásicas con fines terapéuticos para que se adecuaran a los distintos cuerpos. Además, abogó por el uso de accesorios que su sucesor, B.K.S. Iyengar, desarrolló en su escuela de yoga. A principios del siglo XX se fundó el Kaivalyadham Health and Yoga Research Center en India, un centro que buscaba coordinar las tradiciones yóguicas con la ciencia moderna.

El hijo de Krishnamacharya, T.K.V. Desikachar, llegó a Estados Unidos en la década de los setenta y formó a la primera generación de instructores de yoga terapéutico. Esta línea de enseñanza llegó a España con la academia FisiomYoga, que forma desde 1997 a instructores de yoga y profesionales sanitarios.

El cambio está en ti

Tú eres el auténtico protagonista de tu tratamiento con yoga terapéutico. Esta práctica supone también una potente herramienta preventiva, tanto desde el punto de vista físico como psicológico. Solo hay que tocar las teclas adecuadas para estimular la autorregulación y la recuperación del equilibrio integral de la persona. En este proceso el protagonista absoluto es el practicante, tú.

Debes darte cuenta de que tu salud y tu bienestar dependen de ti, de tus hábitos diarios, tales como la postura corporal, los movimientos que haces, la dieta, las relaciones personales y la relación con las propias dinámicas mentales (estrés, nerviosismo, tristeza, decepción, miedo, rabia...).

El yoga reconoce que cualquier cambio que desees empieza y se desarrolla a partir de la consciencia. En consecuencia, el yoga terapéutico te ayuda a buscar una manera nueva de explorarte y tratarla.

Cuando confías plenamente en la inteligencia de tu cuerpo para encontrar su propio equilibrio y fuerza, dejas de caer en la pasividad y no delegas toda la responsabilidad de la curación en el terapeuta o el médico. Y es que los cambios ocurren cuando despiertas una nueva actitud, cuando entiendes que no puedes seguir con los mismos hábitos esperando que el dolor desaparezca sin más.

La constancia en la práctica de los ejercicios posturales y respiratorios, junto al desarrollo de una consciencia despierta y aguda, más la propia voluntad, te llevará a una nueva actitud frente a los retos físicos, mentales y emocionales. Y la independencia de tus hábitos y patrones de conducta te llevarán a la libertad y a la felicidad.