Desde hace más de 10 años África Cañizares Ruiz une el poder de los aromas con los masajes para aliviar los dolores físicos y emocionales. A lo largo de su vida, ha vivido experiencias que la han llevado al límite –dice tener tres fechas de cumpleaños–, vivencias que hoy agradece porque le permiten entender mejor a las personas que le piden apoyo.

"Para aliviar desde una simple contractura a un estado generalizado de ansiedad lo primero es deshacer los nudos emocionales que nos atan a esos trastornos. Los aromas unidos a las manos facilitan que la persona acceda a recursos internos que le permiten salir de la situación en la que está encallada."

–¿Cómo definirías la psicoaromaterapia?
–Es una terapia que actúa sobre la actividad mental y las emociones a través de los aromas. «Psico» se refiere a alma; «aroma», a aquello que huele bien; y «terapia» es lo que cuida, atiende y alivia. En esta técnica la herramienta que usamos para cuidar el alma son los aceites esenciales combinados con masajes corporales y también en el rostro o en los pies.

–¿Por qué empezaste a unir masajes y aromas con una clara intención terapéutica?
–Cuando inicié mi formación en terapias manuales había un módulo dedicado a la aromaterapia que me interesó. Se sabía poco sobre la psicoaromaterapia, pero mientras trabajaba como quiromasajista investigaba para conocer más los entresijos de los aceites esenciales.

Un día, dando un masaje a una mujer cuya espalda se me resistía, decidí preparar una mezcla de aromas personalizada que iba más allá de los preparados para los masajes relajantes, circulatorios o para las contracturas. Al cabo de unos minutos de trabajar con estos aceites me dijo: "¡Cómo me recuerda este olor a las galletas de mi abuela!". Y, al momento, la espalda se le destensó por completo. Entonces me explicó que se había quedado embarazada estando soltera y que en esos años tan difíciles la única persona que la apoyó fue su abuela.

–Sorprendente conexión entre olor y emoción...
–Efectivamente. Desde entonces no he parado de profundizar para comprender lo que allí había ocurrido y cómo los aceites esenciales son capaces de desbloquear emociones que quedan encapsuladas en el cuerpo. La psicoaromaterapia es una terapia muy nueva sobre la que aún queda mucho por descubrir. Es fundamental no parar de formarse.

–¿Cómo actúan estos aromas y aceites?
–Unimos el poder del tacto junto al de los aceites esenciales, que pueden actuar tanto por la vía inhalatoria –el olfato–como por la vía percutánea –la piel–. Los aceites también pueden tomarse por vía oral. Pero en este caso solo pueden ser recetados por un médico especializado, ya que además de curar o prevenir enfermedades víricas y bacterianas, pueden tener efectos secundarios cuando están mal indicados

–¿Qué tipos de aceites se utilizan? ¿Cuáles funcionan mejor?
–La pureza del aceite ha de ser total. Nunca trabajamos con aceites reconstituidos o modificados. Cada aroma tiene unos beneficios e indicaciones, pero en cada persona el aceite esencial produce un efecto distinto. Por eso conviene no generalizar.

Por ejemplo, se dice que el aceite de lavanda es relajante, y lo es, pero eso también depende de las vivencias aromáticas de la persona. Cada aceite esencial tiene unas moléculas con determinados efectos. En el aceite de lavanda son relajantes. Pero también depende de las experiencias que mi cuerpo asocia a ese aroma.

–¿Nos puedes explicar un ejemplo o un caso?
–Claro. Algunas autoescuelas ponían un «stick» de lavanda en el coche el día del examen del carné de conducir. Si me han suspendido mientras olía lavanda, será difícil que ese aroma me produzca bienestar. Cada aceite esencial ha de elegirse en función del motivo de la visita, pero también de la afinidad aromática de la persona.

Así, los aceites esenciales ayudan a la persona a conectar con sus propios recursos internos para gestionar, integrar y trasmutar las emociones que la bloquean y le impiden avanzar.

No se trata de borrar la emoción, sino de integrarla de forma que comience a formar parte de nosotros y deje de doler. La psicoaromaterapia facilita esta integración y potencia las virtudes de la persona que, por lo que sea, no está teniendo presentes.

–Dices que los aceites esenciales nos ayudan a despertar...
–Ayudan a recuperar aquellas cualidades que teníamos olvidadas, las amplifican y, con ello, podemos gestionar mejor los problemas que nos nublan, abordarlos desde la claridad y el entendimiento. A mí me gusta decir que es como unir el cielo y la tierra conservando el equilibrio. Es decir, trabajamos manteniendo los pies en la tierra y abriendo y elevando el corazón.

La conexión del ser humano con el mundo vegetal es ancestral y cuando destapamos un aceite esencial el cerebro entra en un mundo primitivo muy poderoso que nos conecta con una memoria muy antigua y recuerda sin filtros ni limitaciones.

–Utilizas la técnica de liberación de las emociones atrapadas del Dr. Bradley Nelson. ¿En qué consiste?
–Antes de cada sesión someto a la persona a un cuestionario para comprender qué necesita. El Dr. Bradley Nelson es un experto en el campo de medicina bioenergética y psicología energética. Desarrolló lo que se llama el emotionscode (el "código de la emoción"), un método que permite identificar qué emociones pesan y están relacionadas con un malestar o enfermedad y han producido un desequilibrio energético. Se basa en el hecho de que cada acontecimiento traumático que vivimos queda atrapado en forma de energía en alguno de nuestros órganos generando un bloqueo.

–¿La aromaterapia puede ayudar a deshacer ese bloqueo?
–Sí. Ante un estímulo externo, se despiertan pensamientos e interpretaciones que dan lugar a unas emociones a partir de las cuales entro en acción, y esta acción tendrá consecuencias en el mundo exterior. Cuando en este proceso se produce un cortocircuito por una experiencia traumática, la psicoaromaterapia puede ayudar a deshacer el nudo energético.

Si la disfunción energética no se trata, con el tiempo puede producir una disfunción bioquímica que se reflejará en un análisis de sangre. Esta acabará a su vez alterando un órgano y dará lugar a la enfermedad.

–¿Qué se consigue detectar con este test y qué implicaciones tiene?
–Me permite ver qué emoción está atrapada y en qué órgano. Y, a partir de ahí, elegir el aceite esencial que me puede ayudar a desencapsularla al aplicarlo con un masaje. El aroma acompaña para que la persona pueda realizar un trabajo que va de dentro afuera.

–¿Qué disfunciones puede ayudar a resolver la psicoaromaterapia?
–He ayudado a gente a superar el miedo a hablar en público, a adaptarse a un cambio vital brusco laboral o personal, a tratar la ansiedad, miedos, a mejorar la concentración, a sobrellevar un proceso de duelo por una muerte, una separación o un aborto. Ayuda a resolver el insomnio y a mejorar los síntomas de la depresión… A menudo trabajo con psicoterapeutas porque la psicoaromaterapia puede ser un apoyo ideal en un proceso de psicoterapia. Cuando colaboramos con psicólogos o psicoterapeutas se puede ver muy bien cómo la persona va rompiendo patrones antiguos y empieza a realizar cambios desde la conciencia y la libertad.

–También combinas los masajes con la reflexología podal y con masajes en el rostro...
–Sí, es lo que se conoce como «multirreflexología» y es un mundo fascinante. A mí me gusta decir que los pies de las personas hablan. Tuve el honor de formarme con uno de los mejores especialistas en el campo de la reflexología sensitiva. Cada pie tiene unas cicatrices, un color y una textura, y durante el masaje, a medida que la persona te va mostrando su dolor, los pies van cambiando de color.

Por otro lado, combino los aromas con la reflexoterapia porque a veces no conviene aplicar los aceites esenciales en ciertas partes del cuerpo y, en cambio, se pueden poner en los pies. Tanto desde el rostro como desde los pies, puedo trabajar órganos y zonas del cuerpo que no puedo movilizar directamente. Por ejemplo, cuando en una cadera hay una osteoporosis o un hombro está inflamado.

–Todo está unido...
–Sí, yo ya no puedo separar la terapia manual de la aromaterapia, y desde ellas –aunque no haya nunca dos sesiones iguales– abordo tanto una contractura como una ansiedad generalizada.