Una de las familias víricas que comparten con nosotros la vida, que nos ayudan a adaptarnos a ella y nos producen modificaciones, son los herpes.

El nombre significa "reptar" en griego y lo denominaron así porque sobre el herpes zóster aparece en forma de pequeñas ampollas que se van dibujando sobre la piel, una forma de reptil o de culebras. Por eso se le ha llamado también "culebrilla".

¿Qué es el herpes?

El herpes simple es una reacción causada por la activación de la infección por el virus tipo HVS-1. Se presenta en forma de erupción de pequeñas ampollas más o menos molestas, que aparecen en los labios, en la zona perilabial o incluso en otras zonas circundantes de la cara.

El virus queda latente y en momentos de debilitamiento del sistema inmunitario o cuando hay una demanda del sistema termorregulador con fiebre vuelve a aparecer en la zona más sensible, que es la mucosa labial, preparada como mucosa pero expuesta al exterior. Por eso el herpes suele aparecer después de una fiebre o infección, durante la menstruación o tras una exposición intensa al sol.

A veces surge la pregunta de si se puede erradicar el virus, si es necesario o conveniente hacerlo o si hay que pensar que forma parte de la naturaleza y que es importante adaptarse a él. Para erradicar un virus habría que erradicar al ser vivo.

Los virus forman parte de esta convivencia y probablemente, aunque el herpes produce calentura, ejerce también el efecto positivo de estimular otros sistemas de defensa. La ampolla y la reacción febril que se producen, aun resultando molestas, tienen la finalidad de restaurar el equilibrio y la salud.

¿Cuáles son los síntomas del herpes?

La primera infección del virus empieza a generar síntomas una o dos semanas después del contacto con una persona infectada. Las lesiones del herpes labial permanecen de siete a diez días y luego van desapareciendo formando una costra cicatricial.

Pero, como se ha dicho, el virus queda latente en la estructura de los nervios y puede volver a rebrotar más o menos frecuentemente.

Lo primero que suele aparecer es picor, aumento de la sensibilidad y quemazón en la zona donde se localizará la erupción.

Uno o dos días después se desarrollan las lesiones típicas del herpes simple, que son:

  • Erupción de la piel con vesículas localizadas alrededor de los labios o la boca.
  • Vesículas que contienen un líquido claro amarillento.
  • Ampollas. Las vesículas pueden juntarse dando lugar a ampollas enrojecidas.
  • Dolor y quemazón. La zona queda dolorosa y con quemazón.
  • Costra amarilla. Posteriormente tanto las vesículas como las ampollas se rompen y forman una costra amarilla.
  • Piel cicatricial. Esta costra cae dejando una piel cicatricial.
  • Fiebre. Puede aparecer algo de fiebre y engrosamiento de los ganglios del cuello.

¿Se puede evitar que vuelva a surgir el herpes?

Para prevenirlo resulta de gran ayuda llevar una dieta equilibrada:

  • Rica en frutas y verduras frescas, ya que aportan abundante vitamina C, cinc y carotenos.
  • También conviene aumentar el consumo de alimentos ricos en lisina (soja, levadura de cerveza, alubias...)
  • Reducir el consumo de productos disminuir los ricos en arginina (cacahuetes, avellanas...).
  • Se aconseja eliminar el azúcar en exceso y los azúcares refinados.
  • Como para cualquier otra cuestión de salud, se recomienda evitar tóxicos y excitantes como el café, el té, el chocolate, el alcohol, el tabaco...

¿Cómo tratar el herpes labial?

Es importante mantener la zona muy limpia para evitar infecciones bacterianas. No hay que tocarse las lesiones, ni mucho menos después tocarse los ojos.

Conviene asimismo tomar precauciones para no infectar a otras personas, ya sea por contacto directo o a través de los utensilios de comida o de higiene diarios.

Al cuerpo le cuesta crear anticuerpos para controlar el herpes de 3 a 7 días y no se ha demostrado que, antes de la erupción, los antivirales detengan el virus ni lo acorten.

Una vez ha aparecido el herpes labial, es importante mantener una buena hidratación de los labios. Además, pueden resultar de mucha ayuda los remedios naturales que aconsejan tanto la fitoterapia como la homeopatía:

  • Ratania. Para secar bien las heridas se pueden usar plantas astringentes como la ratania, que se encuentra entre los ingredientes de algunas pastas dentífricas, por ejemplo.
  • Hipérico o melisa. Existen plantas que ejercen una acción antiviral. Es el caso del hipérico o de la melisa.
  • Regaliz. El ácido glicirrícico, un componente de la raíz de regaliz, resulta útil para aliviar las mucosas inflamadas.
  • Alcohol y cinc. Se aconsejan fricciones de alcohol yodado o alcohol de 70-90° en la zona, así como aplicar tópicamente pomadas de cinc.
  • Boj. Para uso externo, en zonas accesibles, se pueden aplicar compresas empapadas en una infusión de hojas de boj (se hierven 40 g en un litro de agua) o en una infusión de nogal.
  • Cola de caballo. Se puede limpiar la zona con una decocción de cola de caballo, que también ejerce un efecto astringente y posee un alto contenido en ácido silícico. Esto último favorece la curación de las lesiones herpéticas.
  • Fórmula magistral. Se pueden realizar aplicaciones locales de una fórmula magistral a base de aceites esenciales de manzanilla, orégano, mejorana, tintura madre de bardana y Clematis vitalba.
  • Equinácea y harpagofito. Por la asociación del herpes con las defensas debilitadas, es importante que se recurra de forma regular a plantas de efecto inmunoestimulante, como la equinácea (se puede utilizar el extracto), y un antiinflamatorio, como el harpagofito.
  • Lúpulo y sauce. Si se precisan analgésicos se puede tomar lúpulo y sauce.
  • Homeopatía. Entre los diferentes remedios homeopáticos que se suelen indicar para el tratamiento del herpes se encuentran los siguientes el Rhus toxicodendron a la7CHo9CH (cinco gránulos diarios); Cantharis 4 CH y Berberis a 3CH, tomando quince gotas antes de las comidas.

¿Qué es el herpes zóster? Diferencias, síntomas y tratamiento específico

El zona o herpes zóster (VVZ) es una reactivación del virus de la varicela caracterizada por pequeñas ampollas dolorosas en forma de anillo agrupadas a lo largo de un dermatoma conocido como culebrilla o culebrina.

La incidencia en personas mayores de 65 años ronda los 1.900 casos por 100.000 habitantes. La mayor parte de las personas toman contacto con el VVZ durante la infancia, aunque no siempre se haya tenido la varicela.

El sistema inmunitario elimina el virus del organismo, pero permanece latente en los ganglios nerviosos. Solo cuando el sistema inmunitario se debilita el virus se reactiva y forma nuevos virus que circulan a lo largo del axón hacia el área de piel inervada por ese ganglio (dermatoma). Una vez ahí, el virus puede inflamar la piel y formar ampollas.

El dolor característico del herpes zóster se produce por la irritación de fibras sensibles en el nervio infectado. Suele presentarse al principio con dolor de cabeza, sensibilidad a la luz, fiebre y malestar general a lo largo de uno o varios días.

El dolor del herpes zóster puede llegar a ser extremo en la zona del nervio afectado, donde aparecerá la erupción cutánea.

El sarpullido consiste en manchas rojas que pasan a vesículas o ampollas, distribuidas en un trayecto de piel que simula un cinturón y sin pasar la línea media del cuerpo. Una vez secas pueden dejar la piel pigmentada, incluso durante varios meses.

Suele aparecer en la región media del tórax y la zona de los ojos, donde puede ser peligroso ya que puede provocar lesiones en la córnea. Las ampollas son contagiosas por contacto directo (en general en la primera semana).

La erupción cutánea y el dolor persisten de 3 a 5 semanas. Sin embargo muchos pacientes desarrollan un dolor crónico o neuralgia post-herpética, difícil de tratar.

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Hoy no es posible eliminar el virus del organismo (los fármacos antivirales no demuestran mucha eficacia). Sin embargo, algunos tratamientos pueden paliar los síntomas y disminuir la duración y gravedad del proceso.

Para aumentar los anticuerpos y reducir el dolor resultan útiles el ayuno con zumos de frutas y verduras frescos e infusiones, el ejercicio adecuado y tomar el sol en periodos breves. El descanso es la base de una buena reacción. Se recomiendan estas medidas:

  • Aceite de caléndula. Aplicaciones con aceites esenciales y el extracto fluido de melisa por su acción antiviral.
  • Cremas de capsaicina. Para aliviar el dolor de la neuralgia postherpética. Se cree que la capsaicina, que otorga el sabor "picante" a los chiles y guindillas, inhibe los compuestos químicos en las células nerviosas que trasmiten el dolor. La crema de capsaicina puede prepararse en dos dosis: 0,025 y 0,075% y se aplica en el área afectada de tres a cuatro veces al día durante varias semanas.
  • Compresas. Sobre los ojos cerrados, empapadas en infusión de manzanilla o de semillas de llantén.
  • Baño de ojos. Si el herpes zóster afecta a la conjuntiva, se prepara una infusión añadiendo a medio litro de agua una cucharada sopera de 20 g de ajenjo, 15 g de eufrasia, 20 g de hinojo, 15 g de aciano y 25 g de saúco.
  • Estimuladores de la inmunidad: equinácea o un extracto inmunoestimulante con eleuterococo y grosellero negro.

Diferencias entre el herpes labial y el genital

El herpes genital es una enfermedad de transmisión sexual causada por los virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1) y tipo 2 (VHS-2). Este último es más frecuente en las mujeres (aproximadamente en una de cada cuatro).

La mayoría de las personas infectadas por herpes genital no presentan síntomas de la infección o estos son mínimos.

Si los síntomas se manifiestan, lo hacen en forma de una o más ampollas en los genitales, el recto o alrededores. Estas ampollas se rompen formando úlceras dolorosas (llagas) que pueden tardar de dos a cuatro semanas en curarse la primera vez que se presentan.

Si se da otro brote semanas o meses después, suele ser menos intenso y más breve. A pesar de que la infección puede permanecer de forma indefinida en el organismo, los brotes tienden a disminuir con los años.

Los antivirales a veces producen efectos secundarios muy desagradables. Hay aceites como el de hipérico que son antivirales; otros como el "bálsamo tranquilo" pueden aliviar el dolor. Además se aconsejan:

  • Baños de sal (una cucharadita en 600 ml de agua) para lavar el área genital.
  • Analgésicos simples. Hielo y cremas usadas con moderación (pueden demorar el secado).
  • Baños de asiento usando infusiones añadidas al agua (manzanilla, caléndula, malvavisco...).

Las personas con lesiones u otros síntomas del herpes deben abstenerse de tener relaciones sexuales. Además, aunque ya no tengan síntomas, todavía pueden infectar, por lo que deben usar preservativos para reducir el riesgo.