La carne y los embutidos aumentan el riesgo de depresión

Hay muchos otros factores que pueden contribuir al desarrollo de la depresión. Una dieta saludable baja en carnes y embutidos es un componente importante en la terapia holística para tratar la depresión.

Carne y depresión
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Las personas que consumen regularmente carnes rojas y embutidos no solo tiene un mayor riesgo de sufrir cáncer y enfermedades cardiovasculares, y una esperanza de vida más corta, sino que también corren un mayor riesgo de experimentar una depresión, como ha revelado un metaanálisis publicado en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health.

Uno de los estudios clave del metaanálisis fue realizado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins, que descubrieroon que las personas que tuvieron que ser tratadas en el hospital por un episodio maníaco, comían carne y embutidos con mucha más frecuencia que otras personas que estaban mentalmente sanas.

La carne y los embutidos aumentan el riesgo de depresión

El metaanálisis evaluó 17 estudios con un total de más de 240.000 participante y halló una conexión significativa entre el consumo de carnes rojas y productos cárnicos procesados ​​y el riesgo de depresión.

El mencionado estudio de la Johns Hopkins ha relacionado los nitratos, los aditivos conservantes que se encuentran en prácticamente todos los productos cárnicos, con la frecuencia de las crisis mentales.

Por otra parte, la carne y los productos cárnicos procesados ​​tienen un alto contenido de grasas, especialmente los productos cárnicos procesados, que tienen un impacto negativo en el eje HPA (hipotalámico-pituitario-adrenal) y promueven procesos inflamatorios crónicos, que también afectan al cerebro.

Además existe una relación entre el estilo de vida de las personas que no consumen carne, siguen una dieta sana y realizan de ejercicio físico y una mayor protección frente a las enfermedades mentales. En cambio las personas que consumen más carne también suelen ser más sedentarias y probablemente fuman.

La alimentación saludable mejora la depresión

La depresión es mucho más común de lo que cree. En todo el mundo, 264 millones de personas se ven afectadas y una de cada seis personas experimentará una fase depresiva en algún momento de su vida.

En el peor de los casos, la depresión puede provocar la muerte. Entre los jóvenes de 15 a 29 años, el suicidio es la segunda causa principal de muerte después de los accidentes.

Por supuesto, la nutrición no es normalmente el factor decisivo, pero puede influir sobre el estado de ánimo. Si la dieta es mala, puede contribuir al desarrollo de la depresión o evitar que se cure.

Un estudio español halló, por ejemplo, que el riesgo de depresión aumentaba cuantas menos frutas, verduras, frutos secos, legumbres, aceite de oliva y ácidos grasos omega-3 se consumían.

Existen estudios en los que a las personas deprimidas se les prescribió una dieta saludable (que siempre era baja en carnes y embutidos) para ver si la depresión mejoraba, y se comprobó que efectivamente era así, incluso en los casos de depresión mayor.

Un tercio de los pacientes incluso se consideró curado después de tres meses. Dos años después, apareció otro estudio en el que los participantes deprimidos se sintieron significativamente mejor después de tres semanas gracias a un cambio en la dieta.

Cómo la dieta puede afectar a la depresión

La dieta ayuda con la depresión porque los nutrientes están involucrados en la formación de neurotransmisores en el cerebro y también tienen un efecto antiinflamatorio (la depresión conduce a procesos inflamatorios crónicos).

También se requiere un buen aporte de nutrientes para regular el llamado eje hipotalámico-pituitario-adrenal (eje HPA para abreviar, del inglés: hypothalamus-pituitary-adrenocortical), que controla la liberación de la hormona del estrés cortisol.

En caso de estrés se libera cortisol y una vez finalizada la situación estresante, el eje HPA disminuye el cortisol. Pero en el caso de que se experimente un estrés crónico, la reducción no se produce y puede llevar a muchos trastornos en el organismo, entre ellos la depresión.

La neurogénesis (formación de nuevas neuronas) también está influenciada por el suministro de nutrientes y se sabe a partir de estudios en animales que la neurogénesis disminuye en la depresión.

Además, como han probado algunas investigaciones, existe una conexión entre el estado de la flora intestinal, la salud intestinal y el cerebro, y dado que una dieta saludable también mantiene en buen estado el intestino, esta podría ser otra clave del efecto de las terapias nutricionales sobre la depresión.

Referencias científicas:

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